Perra

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-¡NICK!- grite por entre las escaleras.
...
¡NIICKKKKKKK!
...
¡Por que nadie nunca me responde en esta casa!


Baje con pasos fuertes las escaleras y encontré a Nick escondido tras la puerta del refrigerador.

- Ohh, donde estará mi hermano.- Dije sarcásticamente.

Escuche una pequeña risilla de su parte.

-¡Que haces aquí!

Lo mire fijamente y vi que estaba lleno de chocolate en su boca.

-No me digas que... ¡Te comiste mi pastel, maldito Nick!

-¿Y porque crees eso?

-Em, como que estas lleno de chocolate en la cara.

Me hizo una mueca graciosa y comenzó a correr.

-¡Ven acá pendejo!

-¡No me mates!

- Esta bien no te haré nada si me haces un favor.

-Uf, esta bien.

-Bien, no te haré nada si es que me prestas tu casco y tu traje anti balas.

- ¿Y para que quieres eso?

-Solo dámelo.

-Por favor hermanita dime, tengo que saber para que necesitas eso.

-Esta bien, iré a la casa del director a cuidar a su chihuahua.

-No no no, todos saben que ese perro es diabólico y que es capaz de todo, así que lo siento pero no te prestare nada.

-¡Pero Nick! ¿Acaso prefieres que tu hermana se muera?

-Sip.

-AAAGGH.- Me fui indignada de su habitación.

Me las tendría que ingeniar sola.

****

Tome dos almohadas y me puse una en mi espalda y otra adelante y las amarre con una cuerda.
Tome los bototos de mi papa que son extremadamente duros y me los puse,
En mi cabeza me puse el casco de mi bici con el cabello completamente amarrado y pues por ultimo y mas importante me puse cuatro calzas para hacer mis piernas mas fuerte.

****
-¡Hola Paulette! Que tenida mas particular.

-Si lo se, pero tengo mis razones.

- Bueno aquí tienes el libro de los horarios de mi perro y lo que debe comer y lo que no.

-Pero si solo lo cuidare unas horas.

-Si, pero necesita especial atención.

Hasta al perro lo cuidan mejor que a mi.- Dije en mi mente.

-Si, lo se, hasta lo cuidan mejor que a ti.

-¿Leyó mi mente?

-Algo parecido, bueno nos vamos, el perro esta en su habitación.

-¿Habitación?

-Si, sube las escaleras y la veras a mano izquierda.

Ahora  solo falta que tenga iphone. Aunque no me sorprendería si lo tiene.

Subí rápidamente y me encontré con una puerta rosada con una foto pegada del perro o mas bien perra...

Jaja eso sonó un poco feo, pero ustedes entienden a que me refiero.

Gire de la manilla lentamente. Al entrar pude ver una habitación perfecta que hasta yo querría tener y estaba tan maravillada hasta que vi al perro mirándome fijo con cara de desprecio nuevamente.

Tome un bate de beisbol y comencé a caminar para entregarle su comida.
Y de la nada este salto sobre mi para morderme. Como si fuera algo nuevo para mi.

Comencé a gritar cuando sentí unos pasos subiendo rápidamente la escalera
Mire hacia atrás y vi que Alan venia con una espátula.

Esperen, ¿ Alan?

-¡Atrás perro diabólico! -Gritó.

Y de la nada vi como el perro salió volando.

-¡Mierda, que has hecho!

-¡Te estaba atacando que querías que hisiera!

-¿Tienes auto?

-¿Si, por?

-Solo conduce.

****

-Aquí dobla, ¡No, era a la derecha! ¡Donde te metiste! ¡Solo escucha donde te indico!

-¡Ni siquiera se adonde me llevas, así que no te quejes!

- Inhala, exhala, inhala, exhala...

-¿que haces?- Me pregunto Alan.

- Estoy tratando de calmarme, estar contigo no es nada un privilegio.

-Como si tu lo fueras.

-¡Oye no te pases, estar conmigo es lo mejor que te puede pasar en la vida!

-Si si como digas.

-Llegamos, baja a la chihuahua.

Llegamos al hospital y entramos con el perro metido en un abrigo para que no se viera ya que la sala de bingo quedaba a solo 4 cuadras y quien sabe si el director estaba allí porque se doblo el dedo poniendo una ficha.

-La señorita perra pase por favor.- Se escucho una voz proveniente de el altavoz.


Todos nos miraron raro, pero bueno yo no me sabia el nombre de la Chihuahua así que  cuando me preguntaron el nombre del paciente dije que la anotaran como perra.

El doctor comenzó a hablar...

-Y bueno, ¿Señorita perra?- Me miro fijo con una cara extraña.

-No me mire a mi.- Señale a al perro con mi mano.

-Ah pues yo no soy veterinario, pero dígame que tiene.

-Este chivato de acá le pego con una espátula y quedo inconsciente.

-Uy, déjeme verla.

Se la pase y empezó a examinarla hasta que miro donde yo estaba y me dijo:

-Lo lamento, pero esta muer...

Lo siguiente que escuche fue un agudo y fuerte

-¡AGGGGHH!

-JAJAJAJA.- Comencé a reírme fuertemente al ver la situación.

-¡SAQUENME ESTA COSA DE MIS PANTALONES!- Comenzó a gritar el doctor.

-Cuando menos lo esperas el chihuahua  ¡Ataca!- Dije.

PauletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora