Claro que lo recordaba ¿Como olvidarlo?

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Oigo el despertador indicándome que debía despertar.

Ah~. Odio los lunes.

Hoy es el primer día de clases. Ya por fin último año. Por fin saldría de esa preparatoria para irme bien lejos. No era muy ambiciosa con respecto a mi futuro. Total, sería feliz haciendo lo que me gusta hacer. Siempre he querido estudiar artes dramáticas en una academia.

Y eso estaba determinada a hacer.

Con poca gana, apago el despertador y me siento sobre mi cama. Largo un sonoro suspiro para luego levantarme e ir en busca de mi uniforme.

Ese uniforme que había llevado por 5 años. Nunca cambiaba, siempre el mismo. Recuerdo cuando ingresé a la secundaria y comencé a usarlo. Me resultaba horrible pero a esta altura de mi vida, le veo un cierto lado sentimental. Como a esos juguetes que todos alguna vez tuvimos. Estaba segura que dentro de un tiempo, lo echaría de menos.

Me coloco las prendas a mi tiempo, sin apurarme, pues aún faltaban unos cuarenta minutos para salir de casa.

Me dirijo al baño para lavarme la cara y alistarme. Luego de unos minutos salgo de ahí para bajar las escaleras y poder tomar mi desayuno.

Abajo estaba esperándome mi madre, con una taza caliente de te en sus manos.

-Toma reina - Me alcanza la taza mientras yo me acerco a la mesa.

-Gracias ma - Le sonrío amablemente y luego tomo un sorbo de mi te.

-¿y? ¿como te ves para el primer día de clases?- pregunta mi madre emocionada. Estaba mas emocionada que yo.

-Genial. Estoy feliz de que por fin sea el ultimo año - contesto terminando de tomar mi te caliente.

-Como has crecido mi amor - hace un puchero con sus labios y me mira nostálgica.-¿Recuerdas cuando estabas en el jardín de niños?- cuestiona con un tono misterioso como si tratara recordar.

-No ma. Recuerdo muy poco de esos años.- Mentí. Claro que lo recordaba ¿Como olvidarlo? Pero basta, ya no quiero recordar momentos que dentro de unos minutos me harían llorar.

Ya se había hecho la hora para salir y tomé mi mochila rápidamente para saludar a mi madre y luego salir por la puerta.

Cuando voy saliendo de la entrada de mi casa, lo veo.

No.

No puede ser.

No puede ser el.

Miré discretamente con mas atención y estaba en lo correcto.

Era el.

El chico con el que había pasado todos mis años de kinder y la razón por la cual no quería olvidar aquellos años de mi vida.

Era el. HanSol.

El niño más bonito y travieso del kinder.

De repente volvieron a mi miles de recuerdos. No. NO. BASTA.¡vamos!Comienza a caminar MinSeo. Que no te vea. Bueno, cero eran las posibilidades de que el pudiera recordarme, pero igual, debía escapar de ahí.

Por alguna razón, mi cuerpo no se movió. Se quedó en su lugar, quedando obvio que lo estaba observando.

El salía de su casa con un uniforme de preparatoria.

Espera.

ESPERA.

ESE UNIFORME ES DE MI PREPARATORIA.

No puede ser.

El caminaba hasta un auto, el cual se notaba que había sido heredado. No daba señales de ser nuevo.

Se veía tan apuesto, no había cambiado en lo más mínimo. Eso por alguna razón me alegraba.

De la nada sentí mi corazón acelerar sus latidos a una velocidad incalculable.

El se dio la vuelta. Para encontrarse conmigo.

Me vio.

Me observó unos segundos como si tratara de aclarar su mente y luego me sonrió.

Aquella perfecta sonrisa me hizo derretir por dentro. Y mi cuerpo seguía sin moverse.
Me odio a mi misma por no reaccionar y quedar como una tonta frente a el.

HanSol ingresó al automóvil y se marchó. Fue ahí cuando mis extremidades inferiores decidieron despertar.

Quería golpearme a mi misma por ser así.

No quería volver a pasar vergüenza frente a el. Pero lo que menos quería...

Que no me recordara.

COME BACK /Vernon/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora