Star Wars:Order 66 (Fan Story)

Capítulo I: Camino del Jedi.

La verdad creo que mi misión es muy sencilla, es algo peligrosa, pero nada a lo que no me he enfrentado antes, pero esta vez, la haré sin mi melliza, Kara.

Kara y yo somos gemelos, somos hijos de una tal Winter Drav que al casarse con mi padre su apellido cambio a Moonwood. Sinceramente no me contaron mucho sobre nuestro padre, solamente se que fue un soldado y murió en el campo de batalla. Y en cuanto a Kara, ella y yo hemos entrenado siempre juntos, desde que éramos unos niños. Nuestro maestro, Zev Solari, hizo un gran trabajo entrenándonos.

Kara aprendió, gracias a Zev, el Jar'Kai, el cual, consistía en portar dos sables de luz en ambas manos. Uno de los sables se usa para atacar, mientras el otro se utiliza para la defensa o para golpear y aumentar la capacidad ofensiva. Kara sigue usando esta técnica en sus combates, y duelos contra algunos Sith. A mí me enseñó el Soresu. Esta forma de combate emplea movimientos muy pegados al cuerpo para lograr la mejor protección posible, invirtiendo muy poca energía, hasta que el oponente comete un error, momento en el que atacó agresivamente.

Zev también nos enseñó a armar nuestros propios sables de luz usando la fuerza y eligiendo nuestro cristal en las cavernas de Ilum. Kara eligió dos cristales para cada uno de sus sables. Uno fue de color amarillo, este color no lo veíamos mucho en el Templo Jedi ni en ningún otro lugar, pero extrañamente Kara se sintió atraída por uno. El otro fue de color verde, este color es más normal. Muchos Jedi tenían sables de color verde. Yo elegí un cristal de color morado o violeta. No sé porque me sentí tan atraído por este cristal, no soy muy fan de este color, pero cuando lo elegí para mi sable, de repente se volvió en mi color preferido, muy extraño. No conocía a muchos Jedi con este color en su sable, solo a Mace Windu.

Cuando llegó el momento de armar nuestros sables de luz, yo arme un sable con la empuñadura curva, sabía que no era buena idea, pero hubo una vez en que mi sable de entrenamiento, fue dañado en un combate. Así que tome uno de los Jedi que habían caído, el sable que tome era curvo, me sentí tan bien y cómodo con el, que es el sable que he estado usando antes de armar el mío. Me tomó cerca de 2 días poder armar mi propio sable. Kara en cambio, tardó más días, ya que tenía que armar 2 sables de luz. Tardó cerca de una semana, pero logró hacer 2 sables de luz totalmente idénticos, solo cambiaba el color de la hoja.

Zev nos había enseñado muchas cosas y también no orientó durante toda nuestra vida. Como éramos sus únicos aprendices, normal que quisiera que nosotros fuéramos personas exitosas. Kara y yo veíamos a Zev como nuestro padre, alguien en el que podíamos confiar. Sabíamos que mientras estuviera con vida, él daría su vida por nosotros. Era el mejor.

Lamentablemente, Zev fue mandado a una misión, en un planeta del cual no sé su nombre, de la cual nunca regresó. Pero aunque se allá ido, Zev cumplió su trabajo, gracias a la ayuda de Yoda, yo y Kara completemos nuestro entrenamiento junto a otros Padawans, recién nos acaban de ascender de Padawans a Guerreros Jedi.

Como dije al principio, mi primera misión como Guerrero Jedi, será sin Kara. A ella le asignaron una misión en un planeta diferente a donde iba ser la mía, y para matarme más, el transporte de Kara salía una semana antes que el mío. Nunca me he separado de ella en los 22 años que llevo con vida. Cuando íbamos a las misiones con Zev Solari, siempre nos cubríamos las espaldas, éramos como un dúo mortal, nadie lograba ni siquiera tocarnos. Dependíamos en el otro, mi defensa y su forma de atacar nos hacían imparables, es por eso que me atormenta que Kara no esté conmigo en esta misión, pero trato de calmarme.