Capítulo II: Cada Jedi tiene un origen.

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Día 7 a.M (Antes de la Misión)
Localización: Coruscant.
-¡Kyle!-. Me asuste al escuchar que alguien gritaba mi nombre, pero solo era mi mejor amigo, Jandi Vin Wyn.

-¿¡Porque no me avisaste para ir a entrenar juntos!?-. Jandi estaba muy molesto y nervioso a la vez, pero era de todos los días. Recuerdo que cuando íbamos a ser ascendidos, el solo se la pasaba dando vueltas en el vestidor y diciendo cosas como: "Y si me caigo en las escaleras". Pero aún así es el mejor amigo que alguien puede tener.

-Perdón Jandi, pero estaba entrenando con Kara-. Le respondí con un asentó que me mostraba preocupado.

-Tranquilo, Kara es una Jedi bastante habilidosa. Su misión será como pan comido para ella-. Me lo dijo de manera que pudiera tranquilizarme, además me dio un golpe en el hombro, a lo que sonreí.

El transporte de Kara salía hoy en la noche, lo cual me pone más nervioso aún. Decidí ir al la zona de entrenamiento con Jandi para tratar de olvidar lo de Kara. En el camino nos encontramos a Daylana Sheotah y a Aayla Sularen, ambas van a acompañarnos, a mí y Jandi, a la misión que nos asignaron. Decidí saludarlas, siempre es bueno tener una buena amistad con tus compañeras de equipo.

-Hola, ustedes son nuestras compañeras, ¿No?-. Les pregunté a ambas

-Eso creo, si ustedes son Kyle y Jandi, si somos sus compañeras de equipo-. Nos digo Daylana de una manera muy amistosa.

-¿Qué les parece si vamos a entrenar todos juntos?-. Preguntó Jandi

Ambas aceptaron y nos fuimos todos a la zona de entrenamiento. Cuando llegamos decidimos platicar sobren nuestras vidas, nuestras técnicas y formas de combate, ya que cada quien tiene su forma de combate y su propio sable.

Daylana nos platicó que su planeta vivía en muy malas condiciones, sin en cambio, era feliz. Ella es humana, pero nos dijo que muy pocas veces tenía contacto con humanos, la mayoría de sus amigos eran de otras especies.

-Un día como cualquier otro, un grupo de personas decidieron plantar el terror en la aldea donde vivía, cabe mencionar, solo contaba con tan solo 6 años de edad cuando todo esto ocurrió. Bueno en fin, durante el caos, alguien salió de la nada, con una espada de luz en su mano, sacaba a todas esas malas personas volando por todos lados sin siquiera tocarlos, le disparaban y no lograban darle, era como un guerrero sin armadura, solo una espada y su valentía. Obviamente era el primer Jedi que veía en mi vida entera. Me maravillé tanto de como esa persona podía salvar vidas. Después de todo el caos, empecé a buscar a mis padres y mi hermana mayor en casa, ella se llama Tiana. Pero cuando llegue, a mi padre lo habían lastimado demasiado y era obvio que no saldría de esta, se fue al cabo de unos minutos, y mi mamá se había dormido para siempre. Tiana había salido ilesa, gracias al cielo. Pero esto me había lastimado mucho, pero gracias a Tiana, me ayudó a olvidar todo lo que había ocurrido-. Nos dijo Daylana. Vaya que es triste saber que Daylana tuvo una vida muy dura.

Después de haber tomado un respiro Daylana siguió contando su infancia y la razón por la que se volvió Jedi.

-Unos días después de lo ocurrido, el mismo Jedi llegó a mi aldea, al parecer estaba buscando algo, estaba preguntando en las casas, que ya con el tiempo se estuvieron recuperando. De un momento a otro el Jedi se acercó a mí y me pregunto qué había pasado con mi familia, yo lo conté lo que había ocurrido. El Jedi, me dijo que lo lamentaba mucho pero que me tenía una buena notica, al parecer yo tenía un fuerte enlace con la fuerza y, si quería, podía unirme a los Jedi y podía iniciar mi entrenamiento. Según el consejo ya la había aprobado. No quería que la muerte de mis padres fuera en vano, quería que ellos fueran los padres de alguien que puede salvar familias y mantenerlas juntas, así que acepte la oferta, me despedí de Tiana y mis amigos-. Terminó algo nerviosa y un poca distraída, supongo que debe ser duro recordar un pasado triste.

Star Wars:Order 66 (Fan Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora