Dime que no

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La vida se habría vuelto demasiado atareada y complicada para Clara, con tantas juntas en la Curia, papeles que firmar, juntas con los padres de familia, más a parte actividades programadas en el barrio Primero de Mayo con las mujeres y niñas de ahí, donde ella se había adjudicado la responsabilidad de enseñarlas a bordar y a coser, había dejado de tener tiempo siquiera para tomar un café como la gente y platicar con Jorge era siempre de veinte a treinta minutos diarios a la hora de la comida cuando el iba a verla para comer juntos... de pasar veinte años en una calma absoluta y viviendo un apostolado dentro de lo que puede catalogarse como normal de un convento, ahora estar del otro lado como responsable de todo y de actividades extras estaba acabando con su paz y también con su buen humor. Ella sabía que tenía que empezar a delegar más actividades, entonces se le ocurrió involucrar a algunos profesores para que apoyaran una o dos veces por semana en el apostolado que se hacía en el barrio, a lo que los profesores aceptaron con mucho gusto. Uno de ellos fue el nuevo profesor de Ciencias que ya tenía tres meses impartiendo clases en el colegio, a él, Clara le encargó que organizara con los niños y adolescentes varones una exposición sobre reacciones químicas, para la inauguración del salón de usos múltiples y de arte dentro del barrio, que justamente se realizaría dentro de una semana. 

Gonzalo, el profesor de Ciencias estaba muy entusiasmado con su trabajo en el Colegio, se sentía realmente feliz y tomado en cuenta, eso lo hacia sentir muy contento y motivado para seguir realizando su trabajo como hasta ahora y si podía, dar siempre el extra.

Gonzalo, es un hombre muy apuesto, es divorciado, según dijo en la entrevista que le hizo Clara cuando quedaron; vivía cerca del Colegio, no tiene hijos y es bastante responsable con sus actividades, de hobbies le gusta el tenis y ver películas de comedia romántica, ama su trabajo y es consciente de que puede hacer la diferencia en el lugar en el que se encuentre, tiene un espíritu libre y es amante de la vida y de buen vestir, pero a parte de todas esas cualidades tiene una más que lo hace una amenaza para Jorge... Desde que conoció a Clara  su corazón comenzó a latir muy fuerte y como es tan persistente, desde que llegó al colegio no ha dejado de tener detalles con ella, como llevarle el café, acompañarla hasta que termine de trabajar, regalarle un chocolate para endulzarle la vida e incluso tuvo el atrevimiento de invitarla a salir, a lo que Clara siempre ha sido muy directa con esos detalles y aunque los agradece, ella siempre le ha dejado claro que está enamorada de Jorge y tiene una relación con él, que tienen una hija y que es muy feliz. Eso es más que lógico que a Gonzalo no le interesa, ya que cuando sus ojos marrones se cruzaron con esos verdes profundos sabía que su destino iba a cambiar para siempre... 

Jorge por su parte tenía igual más responsabilidades en su trabajo de Comisario y también seguía colaborando como presidente de la Cooperadora y Representante de los Padres de Familia del Colegio de Santa Rosa, así que con eso Clara tenía un pendiente menos, ya que sabía que con Jorge siempre llegaba a un buen acuerdo y mejores estrategias para involucrar a los padres de familia en las actividades comunes y necesarias con sus hijos en la escuela.

En cuanto a su relación como pareja iba como el principio aunque no se veían más que para comer o cenar, por las múltiples ocupaciones de ambos, cada vez que se veían era una oportunidad que no desperdiciaban para amarse mucho y demostrarse cuanto se extrañan... 

Dos días antes de la inauguración del salón de usos múltiples y de arte del barrio Primero de Mayo Clara se encontraba en su despacho organizando unos documentos para enviar a la Curia cuando tocaron la puerta y era Gonzalo que pidió pasar y platicar con ella sobre los últimos detalles para el evento de dos días más tarde. Clara lo hizo pasar y le pidió a Beatriz que les llevara dos cafés y unas galletitas, sabía que la reunión se iba a prolongar, estaban por dar las ocho de la noche y no quería dejar ese tema para después aunque se encontrara muy agotada porque al otro día tenía mil pendientes más, así que escuchó a Gonzalo todo lo que el tenia que decirle sobre el evento... 

Mentira que el amor se nos fue de la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora