Está lloviendo ausencia...

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Llegó el día de la inauguración del salón de usos múltiples y arte en el barrio "Primero de Mayo", todos estaban muy entusiasmados porque los niños ahora tendrían actividades culturales y talleres para desempeñar su creatividad, Clara estaba muy emocionada y al momento de dar las palabras de bienvenida y para cortar el listón, no pudo evitar sentir gran nostalgia por todo el trabajo realizado en los últimos meses y que ese día se veían los primeros frutos. Ella sabía que su vocación de servicio era lo que la hacía sentir viva, sentirse útil y poder ayudar a quienes más lo necesitan la hacía sentirse plena y además se sentía muy feliz de poder compartir el logro que era de todos junto con su familia, Esperanza, Jorge, Tomás, Lola, Pedro, las hermanas del convento, los profesores del Colegio y padres de familia.

La exposición de "Reacciones químicas" de la que se encargó Gonzalo, fue todo un éxito, todos los presentes quedaron encantados, desde los niños hasta los adultos, realmente fue bastante interactivo además de creativo. Gonzalo cumplió con su objetivo... Impresionar a todos con su trabajo, pero más que nada a Clara...

Todos compartían entre sí, cuando llegó un momento en el que Clara decidió salir a tomar un poco de aire fresco, en lo que Jorge platicaba unos asuntos con Tomás y Esperanza; y fue justo en ese momento que Gonzalo aprovechó para poder hablar con ella, porque antes había sido imposible siquiera acercarse, solo sus miradas se encontraban por momentos, miradas que Clara evadía y la hacían sentir muy culpable e incómoda.

Clara se encontraba viendo hacia el cielo, eso le daba un poco de paz, ya se estaba haciendo de noche y parecía que iba a llover, Gonzalo se acercó por atrás de ella y le dijo:

G: Hola Clara...

C: ¡Gonzalo, me asustas!

G: Lo siento no fue mi intensión, ¿Por qué tan solita?

C: Yo quise salir a tomar un poco de aire fresco.

G: ¿Y Jorge?

C: Adentro, hablando de unos asuntos con Tomás y Esperanza, yo ya estaba un poco cansada de hablar de trabajo, así que decidí salir.

G: Ya estoy yo acá, me gustaría hacerte compañía, si no te molesta.

C: Te agradezco, pero preferiría estar sola.

G: Entiendo, sigues molesta por lo que te dije ayer cuando entrabas al colegio.

C: No estoy molesta por nada Gonzalo, no pienses cosas que no son, lo que me incomoda es la manera en la que me miras, cómo me hablas, los momentos que buscas para estar a solas conmigo. Entiende que yo estoy con Jorge, que tenemos una familia...

G: ¿Una familia? Clara tu vives sola en tu departamento, el vive en su casa con su hijo, tu hija ya tiene su propia familia y vive son su marido. ¿Ser una pareja, tener una hija en común y vivir cada quien en su casa? Discúlpame pero eso me suena más a costumbre que a amor...

C: ¿Qué estás diciendo? Pretendes opinar de cómo vivir mi vida, si ni siquiera sabes que es lo que pasa, el porqué de todo, no me conoces Gonzalo, no tienes derecho a hablar de mi vida y de cómo debo vivirla.

G: Entonces quiero saber, quiero que me cuentes, llevamos unos meses de conocernos, hasta cierto punto puedo decir que somos colegas cercanos, quiero conocerte Clara, quiero saber de ti. Quiero ser tu amigo, un amigo de verdad, independientemente a lo que yo pueda sentir por ti.

Clara hizo una pausa, suspiró mirando hacia el suelo y en ese instante volteó a ver a Gonzalo y dijo:

C: Gonzalo... mi vida no ha sido nada fácil, mi historia con Jorge tuvo una pausa de veinte años, veinte años los cuales yo decidí entrar al convento y fui monja durante ese tiempo, tomé los votos... Tuve un hija antes de entrar al convento, la cual di en adopción y reencontré hace poco tiempo y es Esperanza, bueno eso ya lo sabías, Jorge se enteró que era el padre de Esperanza cuando ella se puso muy grave de salud; les mentí a los dos durante muchos años y ellos a pesar de todo el daño que les hice, a pesar de todos mis temores e inseguridades pudieron perdonarme, y yo los amo, Esperanza es lo más importante que tengo y lo mejor he hecho en la vida, cuando quedé embarazada yo amaba a Jorge profundamente, todo mi amor por el no cabía dentro de mí... Y cuando nos reencontramos antes de que él supiera la verdad, mi corazón latía muy fuerte cada vez que lo veía, yo seguía siendo religiosa, ambos nos buscábamos y nos evadíamos, estábamos muy locos pero nos amábamos, con tanta dulzura y a la vez desenfreno que ahora que nos está tocando vivir otra etapa en nuestra relación, donde ambos estamos saturados de trabajo, actividades y demás, no tenemos tiempo ni de vernos, ni hablarnos y yo me siento muy sola... muy cansada... pero lo amo, Gonzalo yo amo a Jorge, él ha sido el único hombre en mi vida y será así para siempre... Y me duele todo lo que está pasando entre nosotros, tengo miedo de lo que pudiera pasar, de lo que pudiera sentir...

Clara después de decir todo eso no pudo evitar llorar de impotencia y Gonzalo la abrazó muy fuerte, la contuvo, ella se abrazó a él, se sentía completamente abatida...

Desde el salón Jorge volteo a ver hacia a fuera justo en el momento en el que Gonzalo abrazó a Clara y no pudo evitar sentir celos, se contuvo en ese instante, tomó aire y salió inmediatamente para ver que ocurría con Clara...

J: Clara...

Clara suelta de inmediato a Gonzalo y voltea a ver a Jorge un poco apenada por la situación y se acerca a él y lo abraza... Gonzalo por su parte sonríe temeroso y camina hacia la puerta del salón, dejando a Clara y Jorge solos...

C: Jorge... (sollozando)

J: ¿Mi amor estás bien?

C: No, no estoy bien, te necesito.

J: Acá estoy mi amor, acá estoy, todo va a estar bien.

Jorge la tomó del rostro, la miró a los ojos fijamente, esos ojos verdes cristalizados por las lágrimas, secó las lagrimas que chorreaban por sus mejillas con sus pulgares y se acercó para besarla, le dio un beso suave y dulce, de esos que te aseguran al momento que todo va a pasar, que todo estará bien... Clara correspondió al beso y entre dientes le dijo...

C: Jorge, perdóname... Te amo.

Jorge al escuchar eso, sintió un escalofrío correr por su cuerpo y dejó de besar a Clara y nuevamente la abrazó con mucha fuerza...

En ese momento ambos caminaron hacia el auto para ir a descansar...

Esa noche Jorge se quedó en el departamento de Clara, acompañándola, quien no dejaba de sollozar, y de pensar en mil cosas que pasaban por su mente sobre lo que estaba ocurriendo en su realidad actual... Las situaciones de trabajo en ese momento habían pasado a último término, todo relacionado a eso estaba bajo control... Lo que no estaba bajo control era su corazón y la razón...


Continuará...




Mentira que el amor se nos fue de la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora