Mentira que el amor se nos fue de la piel

Que mi cuerpo te enfría, es mentira...

A veces las emociones que se presentan dentro de uno hacen que perdamos el rumbo por momentos,el dejarse guiar por las emociones no es siempre recomendable, aunque a veces es incontrolable...

Después de haber pasado una noche nada agradable, por estar pensando en todo lo que le pasaba, lo que sentía, levantarse por momentos de la cama y observar a aquel hombre que estaba profundamente dormido a un lado de ella, acompañándola, la hizo darse cuenta que quizá se estaba equivocando, que la realidad le estaba jugando una mala pasada y que no podía estar dejando que ocurrieran acercamientos como estaban pasando con  Gonzalo, después de todo lo que ha vivido con Jorge y quien asegura y se repite a sí misma una y otra vez que es el gran amor de su vida, pero no sabía que los caminos se iban a cruzar y aunque el amor por Jorge nunca iba a desaparecer, Gonzalo había llegado a su vida para darle una lección, una gran lección de vida.

Ya en el convento, Clara se dirigió a la sala de música donde iba a presidir una reunión con los profesores y al terminar Gonzalo la detuvo, el sentía la necesitad de hablar con ella sobre lo que había ocurrido la noche anterior.

G: Clara, quiero hablar contigo.

C: Gonzalo, yo creo que últimamente estás demasiado cerca de mi, te pido de favor que tomes distancia, anoche hablamos y esperaba que te haya quedado claro todo.

G: Clara, tus palabras me dicen algo, pero tus ojos me dicen otra cosa, Clara... yo me estoy enamorando de ti, siento que te quiero...Perdóname por decirte...

En ese instante Gonzalo no puede más y se recarga en el escritorio, agacha la cara, se encorva, como protegiéndose de la respuesta que estaba seguro que recibiría de parte de Clara a lo que él le había dicho...

Clara se acerca a él y le acaricia la espalda, como consolándolo, y le dice:

C: Gonzalo, no te pongas así, perdóname por no poder corresponderte, perdóname por hacerte sufrir, estoy segura que alguien más llegará a tu vida y entonces podrás ser feliz con esa persona.

Gonzalo levanta la cara y la mira directo a los ojos, sus ojos estaban llenos de lágrimas, realmente se sentía terrible, no sabia como canalizar lo que estaba sintiendo en ese momento con todo lo que Clara le decía, más asuntos personales que desde hacía unas semanas lo venían atormentando.

En ese instante sin titubear y sin pensarlo toma a la fuerza a Clara y la besa con mucha intensidad, la voltea hacia el escritorio sin dejar de besarla... Clara intenta alejarlo de ella, lo empuja sin éxito, y entonces se rinde ante la fuerza de Gonzalo y corresponde el beso, no podía explicar lo que sentía, se le hizo eterno ese beso, se sentía muy confundida y mil culpable otra vez... la respiración se empieza a tornar agitada, van perdiendo el aire y se separan... se miran a los ojos... Clara agacha la mirada, Gonzalo se acerca la toma de la barbilla y le levanta la cara y mirándola a los ojos le dice:

G: No sigas fingiendo que no te pasa nada, no sigas fingiendo que no sientes nada, no me mientas más, porque tus ojos y tu cuerpo terminan delatándote...

C: Gonzalo... (casi sin aliento) Gonzalo, no debiste, esto está mal. Esto no debió pasar...

G: Pero pasó y aquí estamos sin poder contener lo que sentimos, Clara por favor.

C: No Gonzalo, No, yo no siento nada, tú estás confundiendo todo, entiende. Yo amo a Jorge, Jorge Correa es el único hombre que yo amo y voy a amar toda la vida...

Clara sale furiosa del salón de música a su despacho, entra y aporrea la puerta, se sienta en su silla y no soporta más y las lagrimas comienzan a manifestarse nuevamente, temblaba y sabía que no podían las cosas seguir así... Tenia que acabar lo que acaba de ocurrir... Ya que estuvo más tranquila mandó a llamar a Gonzalo con Beatriz y le entregó su carta de despido, no quería verlo más, ni tenerlo cerca, porque hasta su olor la hacía sentir una culpa terrible, por haberle ocultado a Jorge todo lo que pasaba.