Kiss Land ➳ j.b. ©

Capitulo II

La cola para entrar era enorme, no importaba en que parte del recinto quedarán porque de cualquier ángulo se disfrutaba. La música comenzó hace dos horas aproximadas. Mil quinientas pulseras fluorescentes fueron fabricadas para permitir la salida y entrada de adolescentes en busca de diversión, otros de amor.

SS todavía no lograba entrar. No estaba desesperada. Al final pudo vender la otra entrada el día anterior, no perdió el dinero ni tiempo en ofrecerla. Iba con una falda tubo resaltando su cintura, la playera era holgada y llegaba por arriba del ombligo. Dejaba algo de imaginación.

Justin recién llegaba. Estaba poco preparado porque pensaba vender su ticket. Se paró cerca de la entrada en busca de alguien desesperado por ir a una fiesta que una vez cada dos años visitaba la ciudad. Vio lo rápido que avanzaba la fila y nadie se le acercaba a preguntarle si tenía alguna entrada para revender. Piensa que hacer esto es fácil sin nunca haberlo hecho.

Pasaron unos treinta minutos, solo quedaban tres personas. Una chica con un vestido apretado y otra que llevaba un traje de dos piezas. Le llamó la atención. Como no tuvo opción debido a su reciente fracaso, entró. El ambiente era tóxico, el olor a pieles con distintos tipos de perfumes mezclados en el aire. Estaban tan apretados saltando, dando vueltas. Aún no comenzaba la acción.

Primer apagón.

Lo tomó desprevenido, este era el primero de muchos. Debía buscar a alguien con quién poner en práctica lo que tan bien sabía hacer, besar. Nunca piensa que besa perfecto porque cada uno tiene una manera diferente de besar ¿no? Y a las personas con quién se besan tienen otros gustas. Quizá besos húmedos, lentos o con amor. De aquello no hay nada escrito.

Una rubia, su elección. Estaba sola, le vendrá bien un poco de compañía. No va a negar ese sentimiento de culpabilidad de estar ahí, y no buscando un trabajo. Estaba rompiendo la promesa que le hizo a su madre a la vez. Restó importancia, no duro mucho e intentó ignorarlo.

Le dio la mano a la chica, una media vuelta y el trasero de ella quedó directo en el miembro de Justin. Él ya sabía "controlarse", se repite mentalmente las cosas que no debe hacer. No tocar, no sentir, bailar, esperar, no beber en exceso. Esenciales para su futuro cambio.

Comenzó a sonar una canción de The weeknd. La melodía era sensual lo que provocó que muchos ardieran en busca de un fogoso beso. Era todo lo que necesitaban. La diversión del ambiente era esa. Besos, toqueteos... Algo más allá que solo los involucrados se enteraban.

SS apenas ha bailado, quiere dejar lo mejor para el final. Analiza a toda persona que pasa al lado de ella. Ya la han invitado a bailar más de una vez, rechaza a cada uno de ellos con la excusa que acaba de sentarse y tenía sed cuando en realidad pensaba que los más guapos eran los que no duraban nada en una relación, solo quieren a alguien que los caliente.

Después del primer apagón decide que es momento de atacar, y como si le hubiesen leído la mente un chico un par de centímetros más alto que ella le pide esta pieza. Es una táctica para conquistar, se le viene a la mente. Toma su mano, está algo sudorosa y le provoca escalofríos. Ya casi al medio de la gran pista empiezan a bailar. Scarlett también tenía sus juegos, no los usaría al instante o se acabarían rápido.

—Muévete más rápido —le susurró el chico en un tono nada sensual, se escuchó como una obligación.

Para complacerlo, lo hizo. Estaba consciente que duraría la nada misma bailando con él porque ya estaba poniéndose duro y para SS la fiesta recién comenzaba. Un golpe de mala suerte; segundo apagón. Era predecible que lo primero que haría el pelinegro sería sujetarla fuerte y devorarle la boca. No le causó mucho gusto; no era de su tipo, tal vez sea guapo y todo el cuento pero no sepa besar resta cien mil puntos. Volvieron las luces fluorescente que iban de un lado a otro entonces aprovechó la canción para cambiar de pareja con una chica de vestido corto y apretado, parecía no estar contenta con su pareja.