Capitulo III

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Uno de los dos no sabe dónde está, pero el que sobra sabe lo que quiere. Lo que ha esperado todos sus años de vida.

Estaba tan segura de esto que no pensó dos veces en lanzarse al ojimiel y comérselo a besos. Devoró su boca. Se exploraron de rincón a rincón con las manos. El borde del vestido de la chica se levantaba debido al jugueteo que tenía Justin con sus manos. Estaban desesperados, aunque era inevitable que SS no sintiera algo de miedo. Su primera ve estaba a punto de ser.

El castaño metió las manos debajo del vestido tocando sus largas y bronceadas piernas, algo trabajadas debido al tiempo que otorgaba cada día al baile. Tomó su culo y lo estrujó haciéndole soltar un leve gemido.

Mordió el labio del chico haciendo que gruñese. Sacó su chaqueta y luego la camisa que andaba trayendo dejándole ver sus bien trabajado sixpack.

Bajó sus besos desde los labios, pasando por su cuello, pecho hasta llegar a su abdomen. Trazó líneas con sus dedos mientras humedecía parte del cuerpo de Justin. Su respiración iba de acelerada a aún más.

Scarlett desesperada buscó las manos de su acompañante para que le tocará ambos senos por encima del vestido que por ahora estaba subido hasta la cintura.

—Vamos, tócame —le miró a los ojos, estaban oscuros y llenos de lujuria.

Él, sumiso, lo hizo. Primera vez que lo mandaban en este tipo de cosas y le gustaba más de lo que pensó alguna vez.

Deshaciéndose del estorbo que era el vestido la dejó en ropa interior. Su sujetador era de tela transparente que dejaba ver sus pezones color cafés erectos. Los pellizco con el pulgar y el índice, chupó encima de la tela humedeciéndola.

SS nunca había tenido sexo antes, era algo extraño que supiera tanto de la unión cuerpo a cuerpo. Existe internet y el porno que la ayudo mucho. Sería salvaje hasta cierto punto por el simple hecho de ser virgen.

—Deliciosa —murmuró él entre besos.

Bajó de a poco hasta entre medio de las piernas de la chica. Estaba húmeda, mojada hasta más no poder. Lo quería dentro, y ahora. Pero jugar no le hace mal a nadie. Podría explotar esta noche.

—Vamos, ¿cuál era tu nombre? —dijo la chica desconcertada soltando una risa entre gemidos.

—No lo sabrás hasta que ambos hallamos acabo, traviesa —tenían confianza aunque recién se conocieran.

Incluso ella, que tenía una teoría y esperaba comprobarla. Él no era un experimento, pero sin darse cuenta lo estaba siendo. Porque una chica loca que de la nada aparece queriendo tener sexo con un desconocido que apenas había besado y ya pensaba que era el amor de su vida, no era normal. Sin embargo, Justin estaba en otro mundo, ya. La lujuria y el deseo se llevaban todos sus sentidos. La chica le ponía, era imposible negarlo.

La montó en sus brazos haciendo que rodease su cadera con sus piernas, rozando ambos sexos.

—Es incómodo —reclamó SS.

— ¿Qué? —frunció el ceño, tanto por la fricción de sus sexos y lo que había dicho.

—Tus jeans, es incómodo. D-dañan —dijo cómo pudo, el placer seguía ganándole.

La dejó en el suelo y se apresuró en quitarse los pantalones. La acorraló entre la pared y su cuerpo semidesnudo, susurrándole cosas obscenas en el oído, dejándole un beso húmedo detrás de ella. Siempre —aunque duela admitirlo— le gustaba hacer eso con las chicas antes de acostarse con ellas... Antes de follarlas.

Kiss Land ➳ j.b. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora