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Un tiempo después, la madre tras gastar mucho dinero en medicinas, doctores y especialistas durante largo tiempo sin éxito alguno, asustada  y confundida, preguntándose “¿Por qué me sucede esto? Yo jamás pedí un niño enfermo”. Su molestia envenenaba su rol de madre; convirtiendo en odio su estrés. Un día lluvioso,tan rígida la brisa y fuertes los azotes de las ramas en las ventanas; parecían asemejar un acto vasto de inmoralidad,decide tomar sus cosas y empacar sin voltear una última vez, sin decir adiós.
A cargo de vecinos,Jesús tuvo una niñez fría, pero nunca se sintió solo realmente…
Jesús de 18 años de edad, comienza a vivir solo en un departamento de bajo costo. Empleado en una tienda cercana a su vivienda, con su libertad total. La juventud desata en emociones experimentales, caminos abiertos para emprender vuelo hacia la sociedad y debidamente adentrarse al mundo. Pero Jesús no es un chico común, lo antes mencionado deja cuan transparente el pasivo río.
Un momento de privacidad, una necesidad juvenil apertura con una obsesión, aquella niña de sus sueños, quién susurraba a su oído y contaba excéntricas historias, es ahora una mujer que habita en su lugar de lecho nocturno.
Jesús comenzó a escribir un diario, pues para el resultaba una experiencia agradable, lejos del mundo,anhelaba registrar sus sentimientos en papel; solía escribir sus experiencias de cada noche con aquella mujer en sus sueños, describió entonces,que era una mujer de cabello largo, negro y lacio, delgada, de piel pálida, esbelta y de ojos profundos y muy oscuros. Esa mujer, a quien llamaba “Alesha”, tenía encantado a Jesús, al punto de obligar que el chico no deseara despertar, la realidad era un sueño y sus sueños era una realidad viva. Para el chico, vivir en el mundo de sus sueños era la verdadera libertad,pues al lado de Alesha, sentía que era un hombre capaz de todo. Ya no solo eran 8 horas al día lo que pasaba durmiendo, esto fue incrementando lentamente a 10 y pronto a 15 horas…Los entornos de su”Realidad” comienzan a confrontar efectos en su vida.
Había perdido el empleo,Jesús comentaba con Alesha sobre su cansancio al mundo exterior,con deprimente y verdadero disgusto expresaba cada palabra sobre las personas, sus criterios hacia él, sobre el sistema aburrido, Jesús ya no aceptaba el mundo real como la realidad, pues su realidad era Alesha, su sueño continuo, su mundo y su anhelo. Con claridad, Alesha tan solo le pregunto en esa noche, “ –¿quieres vivir a mi lado en constante placer? ¿Quieres olvidarte de todo?–” Jesús sin poder hablar, afirmo con su cabeza “si”.
La chica lentamente se acerca a su espalda, sus caricias comienzan a recorrer su cuerpo, aquellas frías y delicadas manos manejaban sobre los tensos y delgados músculos de un chico cansado, conduciéndole con lentitud hacia una camilla brillante y con apariencia lujosa, situada en una habitación oscura. Mientras Jesús, comenzaba a sumir todo su cuerpo en un clímax de relajamiento profundo, se desvanece el control de su cuerpo, Alesha, aquella niña ahora toda una mujer, comienza a danzar entre la música que producía aquellos estiramientos ligados a gemidos lujuriosos, desprendiendo los impedimentos que cubren el atractivo fémino, desnudando con lentitud su sexo, una habitación oscura enciende una llama en el alma de un desvalido chico. aquel danzar comienza a interactuar con el cuerpo de Jesús, progresivamente sobre él, la lujuria viste el rostro de la inocencia, los límites de una pasión, estallan el éxtasis perdido entre un placer indescriptible e incomparable, Jesús comienza a desear deslizar sus manos hacia una Alesha completamente desnuda, y a su vez, nota que no puede moverse.
Un acto y un pacto son formados al volverse uno, la demencia de un joven, deseando escapar de una realidad muerta ante los brazos de una “Ilusión”…
Un joven extasiado en su propia realidad, encerrado en la oscuridad infinita de sus más internos deseos con un reflejo, una necesidad, ahora hecha una mujer.  Atrapado y esclavizado a merced por quién siempre ha deseado, el aroma femenino que desprendía el cuerpo de Alesha era un delicado perfume que sometía la lujuriosa ambición del joven. siquiera podía gritar, ni por placer…Despejado de su alrededor, su entorno oscuro comienza a sumir la camilla y a dicho acto de lujurias y deseo carnales hacia un descenso sin vista apreciable. Aun cuando la temperatura del sexo invade la carne de Jesús, comienza a notar que su entorno se vuelve caluroso, a medida que descendía la camilla.

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