Una cita bien detallista

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Narra Krei

Después de ducharnos juntos, comer con la familia y pasar un poquito el rato, Chris me dijo que me esperara en casa.

-Luego vendré a recogerte, aunque igualmente sepa que eres hermosa, ponte guapa. ¿Ok?- y me da un beso.

-Está bien, no tardes.- le guiño el ojo y vuelve hacía mi y me besa.

-Te lo prometo.

Se despidió de mi y de los otros y fui a arriba para cambiarme de ropa. Bajé en 40 minutos y al bajar todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo. Alex estaba mirando la tele junto con Derek, Germán estaba comiéndose un bocadillo y Greg estaba mirando el ordenador con la cámara al lado.

-Estás preciosa.- dice Derek.

-Vas a provocar a Chris.- dice Alex guiñándome el ojo y sonriendo.

-Estás para una sesión fotográfica.- dice Greg.

-No todas las chicas tienen tanto estilo. ¿Ahora entiendes por qué hay mucha celosa por ti?- dice Germán.

-Gracias, gracias, gracias y gracias. Supongo que Chris no vendrá tarde.- digo yo.

-No creo...- Chris abre la puerta con llave y Greg señala a Chris y me guiña el ojo.

-¡Prin...! Princesa...

Chris pensó que yo estaba arriba. Se quedó mirándome sorprendido, "babeando", analizándome de arriba a abajo, boquiabierto y con una sonrisa enamorada y sin palabras.

-¿Vamos?

-S-sí..- primero balbuzeó un poco y luego empezó a tartamudear.

-Que vaya bien, chicos.- dice Greg.

Nos despedimos de todos a lo lejos y Chris me cogió de la mano.

-No entiendo cómo no te pude conocer antes.- dice Chris abriéndome la puerta del coche.

Le sonreí y le besé. Me llevó hacia el centro, dónde habían bastantes restaurantes, aparcamos y me abrió la puerta. Me llevó hacia un restaurante que parecía tener mucha clientela. Nos sentamos en una mesa que había en un rincón, un rincón un poco escondido de la gente que pasaba por la calle. Después de pedir la cena, me sacó una caja, bastante plana pero grande.
No podía ser un anillo así que me imaginaba que sería un colgante. En realidad eran 2 colgantes en uno. Uno era una cadena de oro y con una cabeza de osito de oro y los ojos con piedras negras. El otro colgante llevaba diamantes incrustados en una K de oro.

-Chris...- le dije en tono dulce y mirándole, más enamorada que nunca.

-¿Cuál quieres ponerte?

-El del osito. Mañana la K.

Sonreí y le besé.

-Hay más regalos, pero están en casa.

Nos traen el plato y digo:

-Ya sabes. Estoy ansiosa por verlos.

Cenamos, hablamos un buen rato, hubieron miradas, rozamiento de piernas y... "casualmente", vi a Tony y a Kailee. Iban juntos, nos vieron y cogieron una mesa que estaba cerca. Me acerqué a Chris y le dije que pasaba en voz baja. Él dejó los cubiertos, enfadado pero no conmigo y les vio. Tony y Kailee le saludaron sínicamente y Chris les enseñó el dedo medio. Me reí y Chris me miró sonriendo. Él conocía al jefe del restaurante así que le llamó, se acercó y le dijo:

-Cóbrales más a ellos.- dice Chris.

-¿Por qué?

-Ellos fueron los estúpidos que hirieron a mi chica.

-¿Cómo es tu chica?

-La tienes al lado.

Me miró, le sonreí y dice:

-Hecho. ¿50, 100?

-80 a la tipa y 80 al tipo también.

El jefe asintió y estuvimos hasta que les cobraron. Ya que esa zona del restaurante estaba calmada, se podía oír casi todo. El jefe vino y dijo en alto:

-$55 por favor.

Chris pagó con la tarjeta de crédito y cuándo el tipo fue hacia la otra mesa dijo:

-$215 por favor.

Kailee y Tony se quedaron mirando, nos miraron a los dos, no hicimos caso y ellos pagaron a medias. $107'5 cada uno.
Tony dijo que lo iba a denunciar y el jefe dice:

-Hágalo, pero aquí ponemos estos precios. Si no, haber mirado antes la carta.

Tony no dijo nada y cogió a Kailee de la mano. Se fueron y Chris y yo nos reímos. Estuvimos un poquito más y nos fuimos a dar una vuelta. Me hacía recordar a esos paseos que dimos en el paseo marítimo, aunque ya fuera de noche.

-¿Quieres o puedes quedarte conmigo aquí algún tiempo?

-Quiero y puedo.- le digo sonriendo.

Era más fácil que él me pudiera mirar sin distraerse ya que estábamos en el coche. Se sentó de lado, me miró fijamente, me puso su mano en la mejilla y me besó.

-Vamos a hacer muchas cosas.- me dice sonriendo.

Le devolví la sonrisa y dice:

-¿Preparada para ver los regalos que tengo para ti, preciosa?

Asentí con un beso en la mejilla y volvimos a casa. No importaba que fueran las 11:50pm. Cómo quien dice, mañana tenemos fiesta. Saludamos a todos los de la casa y nos fuimos a nuestra habitación. Abre el armario y vi muchísimos regalos.

2 botes de perfume
Un móvil nuevo con 2 carcasas
2 vestidos
3 pares de zapatos con tacón
2 pares de Nike
3 blusas
3 tejanos: negro, azul y blanco
Un oso polar bastante grande

Más los dos colgantes que me dió primero. Me quede boquiabierta, no sabía que decir:

-Me he quedado sin palabras. Es un regalo bastante abundante de cosas, también me diste otro regalo que me encantó mucho.

Se quedó con cara de interrogación y dice:

-¿Que fue eso que tanto te gustó?

-Estar contigo.- digo acercándome a él y dándole un beso.

Se quedó mirando los regalos para despistarme y inesperadamente salta encima mío y me hace estirarme en la cama. Me empieza a hacer cosquillas y peto de risa.

-¡Chris! ¡Para!- digo riéndome.

-Admite que te encanta.- dice riéndo y dándome un beso.

-No. Lo od...io.- ya casi ni podía hablar de tanto reír.

Estuvimos otro rato riendo, paramos, él se puso encima mío, nos quedamos mirándonos fijamente y nos besamos.

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Mal De AmoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora