Después de que tuve mi primera cita con Andrew las cosas parecían estar mejorando, ya que gracias a él, mi círculo de amigos se había ampliado bastante.
Todos sus amigos eran geniales, en especial Michael, su mejor amigo.
En cuanto a mi amistad con Nathaly y Diana, las cosas no podrían marchar mejor.
Habíamos vuelto a ser aquellas chiquillas revoltosas que solíamos ser en la escuela primaria, y gracias a ellas, había conocido a muchas personas geniales. Además, ahora no solo éramos nosotras tres, sino nueve; Nathaly, Diana, Laura, Verónica, Daniela, Leslie, Alice, Amy y yo. Éramos todo un grupo, y los chicos nos molestaban diciendo que parecíamos una de esas 'mafias organizadas'.
Era genial estar rodeada de tantas personas agradables, me llevaba bien con todos mis compañeros de clase, mis notas eran excelentes y parecía que finalmente la vida me sonreía.
Pero, a medida que mi vida se iba iluminando, la de Rosy se iba opacando. Ya no era la misma de siempre, y si antes era un poco callada, ahora era mucho peor.
No hablaba con nadie ni le gustaba socializar con otros, era muy triste. Varias veces intente hacer que se integrara a mi nuevo grupo, pero prácticamente, nuestra amistad se había disuelto.
------------------------------------------------------ ¡por favor Kat, has tenido cientos de citas con An y a duras penas has llegado a primera base! – dijo Alice en cierto tono burlón.
- Kat, tienes 15 años, ¡Por lo menos ya deberías haber llegado a segunda base! – dijo Verónica siguiéndole el juego a Alice.
Había tenido una cita con Andrew durante ese fin de semana, y al contarles como había salido solo conseguí que me hicieran burla, ya que solo nos habíamos besado un par de veces.
A decir verdad, para ser todavía unas niñas, estas chicas sí que tenían mucha "diversión", si saben a lo que me refiero.
- Kat, a este paso estoy segura de que morirás siendo virgen – comento Nathaly, a lo cual todas solo pudimos estallar en carcajadas.En medio de risas y carcajadas, alguien se acercó por detrás de mi espalda y tapo mis ojos.
- Adivina quién soy – susurro una voz cerca de mi oído, la cual reconocí de inmediato.
- ¡An! – dije emocionada al momento de girarme para darle un gran abrazo.
- ¿Cómo está la princesa más hermosa de este mundo? – dijo al momento de depositar un pequeño beso en mis labios.
Me sonroje de inmediato y correspondí su beso, lo cual solo provoco una que otra broma por parte de los demás.
Andrew y yo reímos, y nos fuimos a un lugar más privado para hablar, lo extrañaba muchísimo.
A pesar de que nos habíamos visto el fin de semana, para mí, cada segundo que pasaba lejos de él era una agonía, a veces me sorprendía lo mucho que lo quería.
Hablamos durante un par de minutos, y cuando sonó la campana que daba por terminado el receso volvimos juntos a clase.
Entraba al salón, cuando sin querer me tropecé con Rosy, quien también entraba.
- Lo siento, no me di cuenta de que también entrabas – le dije, a lo cual ella no dijo nada, solo bajo la mirada y camino hasta sentarse en su pupitre.
Era triste que nuestra amistad se hubiera acabado, ella me había apoyado cuando recién había entrado a la secundaria, pero había hecho todo lo posible para que se integrara. Supuse que lo mejor sería dejar que ella fuera feliz a su manera.
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La clase había estado tan aburrida como siempre, y la campana que daba por comenzada la clase de biología había sonado hace un par de minutos.
El profesor entro y llamo lista como siempre.
- Roseline Woodman – nadie contesto - ¿Se encuentra la señorita Woodman? – Voltee hacia todos los lados, pero Rosy no estaba en el salón de clases.
Supuse que solo tenía un dolor de estómago, y tal vez por eso había ido a la enfermería, asi que no le di mucha importancia.
La clase trascurrió con normalidad hasta que decidí ir al baño. Por lo general a esa hora todos estaban en clase así que lo más probable era que estuvieran desocupados.
Entre al baño de chicas y escuche que alguien sollozaba, reconocí esa voz de inmediato.
- ¿¡Rosy!? – pregunte acercándome rápidamente al gabinete con la puerta abierta; lo que vi me dejo horrorizada.
Rosy se encontraba en el suelo, con la espalda recostada sobre una de las paredes del gabinete; en sus manos tenía una pequeña cuchilla llena de sangre y sus brazos estaban llenos de cortadas, algunas viejas, otras recientes, de las cuales salía sangre.
No podía creer lo que estaba viendo, me quede muda. Me deje caer en mis rodillas y le di un fuerte abrazo, mientras las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.
- Por dios... ¿Qué estás haciendo? – dije en un sollozo.
- Como si a ti te interesara... - dijo ella.
- ¿¡De que estas hablando!? ¡Tú eres mi amiga! – dije mirándola a los ojos.
- Por favor – dijo con ironía – Ahora todo el tiempo te la pasas con esas chicas, ¡Solo mírate! ¿Dónde está mi amiga? – dijo con sus ojos llenos de tristeza.
Me tome un momento para pensar en lo que Rosy me decía, me observe a mí misma y me quede asqueada; mi falda a duras penas cubría ciertas partes indecentes, llevaba mucho maquillaje en mi rostro y apestaba a perfume barato. Me había convertido en alguien que no era, ¡Por favor, odiaba a esas chicas cuando las conocí y ahora era una copia barata de ellas! Rosy tenía razón, ¿Dónde estaba la Kattie de siempre?
No podía comprender nada de lo que estaba pasando, no comprendía el por qué Rosy hacia esto, y no comprendía como es que me había dejado influenciar por esas chicas.
En medio de mi confusión, abrace a mi querida amiga con todas mis fuerzas, en un principio intento zafarse de mí, pero después solo correspondió mi abrazo y se deshizo en un mar de lágrimas.
Sus ojos no eran los de siempre, ahora solo se veían vacíos, llenos de miedo y dolor, solo podía preguntarme algo: ¿Qué era lo que le provocaba tanto sufrimiento?
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Soy yo, no morí, andaba de parranda. Perdón por no haber publicado en estos días, es que tenía un maldito bloqueo y no sabía cómo escribir el capítulo, pero les prometo que esta vez sí voy a hacer todo lo posible para actualizar a diario.
Los amo calabacitas, todos sus votos y comentarios son los que me animan a seguir con la historia.
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Diario de un adolescente
Novela JuvenilPara muchas personas la adolescencia puede ser la etapa mas feliz de sus vidas, ya que tienen recuerdos bastante agradables sobre sus días de juventud, pero, ¿Que pasa cuando no todos tienen recuerdos tan agradables? En esta historia veremos la vida...