Capítulo XVIII

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Había sido un mes difícil, la relación con mi madre era cada vez más tensa y eran pocas las cosas que había logrado recordar. Sin embargo, no todo lo que ha pasado lo podría catalogar como malo; había vuelto a recuperar la vida social que tenía antes, eran más los momentos que pasaba con Mikey, Brendon, Ryan, Ray y hasta con Lynz comencé a convivir, había descubierto que era una chica genial, gracias a ella Jamia había dejado de molestarme. En cuanto a las cosas con Gerard todo seguía igual, los detalles que él tenía hacia mi se habían vuelto diarios, fueran dulces, flores o cualquier otra cosa, siempre lograban sacarme una sonrisa. Hubo una ocasión en que quise dejar el pasado atrás, olvidar cada palabra que dije aquella vez en el hospital y darle una oportunidad a Gerard, que todo fuera como antes, pero había algo más fuerte que yo, que me lo impedía, no podría especificar que era, sólo era una extraña sensación de negación a él.

***

Salí de mi habitación, para salir directo al colegio. Me encontré a mi madre sentada en uno de los sofás de la sala, viendo hacia mi dirección, pareciera que llevaba un tiempo esperándome allí.

− ¡Buenos días, mamá!- dije por educación, Linda no contesto nada simplemente me hizo una seña para que me acercara

−Te quiero Frankie- dijo mientras me rodeaba con sus brazos -ve anda al colegio, se te hará tarde- deshace el abrazo y besa mi frente, tomo mi mochila del suelo y me voy.

El comportamiento de mi madre de hace un momento es muy extraño, los últimos días no ha hecho mas que ignorarme y ahora me sale con que me quiere, y no es que lo tome a mal yo igual la quiero, por mas daño que me haya hecho con sus mentiras no podría odiarla, pero si era raro que demostrara esa muestra de afecto tan repentino.

Seguí de camino al colegio aun sin dejar de pensar en Linda, estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien se había atravesado en mi camino.

−Buenos días, Frank- y ahí estaba Gerard parado frente a mi con una sonrisa de oreja a oreja y luciendo terriblemente atractivo

−Hola, Gerard ¿Qué haces aquí?- dije intentando sonar desinteresado en la pregunta que acaba de hacer

−Quise pasar a darte los buenos días y decirte que vendré por ti a la salida- el timbre sonó me tuve que despedir rápidamente de Gerard para lograr llegar a mi clase antes que el profesor.

***

Las clases fueron más tenues, las vacaciones estaban cercas a si que los profesores se habían puesto más relajados. Después de que toco el timbre de salida, lo primero que hice fue tomar mis cosas y salir despavorido del lugar. Gerard ya se encontraba allí esperándome, mostrando una sonrisa idéntica a la que tenía por la mañana.

Habíamos ido por un helado, Gee hablaba y hablaba, llevaba ya bastante tiempo sin ponerle la mínima atención, una rara sensación en mi pecho se empezaba a presentar, era como si algo me estuviera avisando o previniendo de algo. Gerard noto mi extraño comportamiento.

−No has puesto nada de atención ¿te encuentras bien?- Gerard tomo mi mano y la estrecho con fuerza y sutileza a la vez

−No sé, quiero ir a casa- él asiente y paga la cuenta, toma mi mano y ambos salimos del establecimiento.

Cada vez que nos encontramos más cerca de mi hogar la sensación de que algo no está bien, se hace más fuerte, entrelazó mis manos con fin de tranquilizar esa preocupación, pero lo único que provoco es que estas suden. Puedo percibir los golpeteos de mi corazón, son rápidos y más frecuentes casi al punto de una taquicardia.

Justo en el momento en que el auto de Gerard ya se encuentra estacionado, bajo corriendo de este, entrando velozmente a mí casa, siento como Gee me sigue con preocupación. Dentro todo parece estar normal, me adentro en mi habitación, sobre mi cama se encuentran un folder con algunos papeles, además de un sobre que es de parte de mi madre.

Querido Hijo...

Sé que te estarás preguntando la razón del porqué de esta carta, y tal vez al terminar de leerla te preguntarás porque no te lo dije de frente, pero Frankie lo que a continuación leerás se meda más fácil expresarlo en una hoja de papel. Desde aquella vez que me confrontaste en el hospital estuve pensando las cosas y he decidido que alejarme por un tiempo es lo mejor para ti. No he sido la mejor madre, sé que lo sabes, siempre tratando de protegerte lo único que logre fue dañarte. Cuando tu padre murió yo me aferre a la idea de que te cuidaría más de lo que cualquier madre podría. Pero nada de lo que hacia me salía bien, siempre intente ponerte cosas en el camino, las que creía correctas, pero tu tomabas otras. Por eso odie que te enamorarás de ese muchacho, te había visualizado de diferente manera, el amor que le tenías, arruinaba todas esas cosas que me había planteado para tu futuro.

Aun me cuesta trabajo aceptar que tú no eres el hijo que siempre quise crear, eres todo lo contrario, no lo digo de mala manera, Frank eres inteligente, maduro y tienes los mas puros sentimientos. Debería de estar orgullosa de tener un hijo como tu, pero por mas que intento no puedo, esa es la razón por la que me voy, eres muy joven, lo sé, sin embargo se que saldrás adelante solo, te he dejado lo indispensable, tienes a tu mano el fideicomiso de tu padre y algo de dinero que te he dejado. Estarás mejor sin mí, perdóname por no haber podido ser la madre que te mereces. Te quiero mi niño, recuérdalo siempre

Hasta siempre.

Linda Iero

Caí al suelo al terminar de leer las palabras de mi madre, me había abandonado, el llanto se había apoderado de mi, era increíble como unas palabras me fueran a dañar de esta manera, nunca me espere esto de Linda.

Gerard corrió abrazarme cuando vio que me encontraba tendido en el frio piso, sentí el calor de su cuerpo al momento de que me rodeo en sus brazos.

−Mi madre me dejo, estoy solo Gerard, ¡SOLO!

−No Frank, no estas solo, yo jamás te dejare

***



Please! Remember me; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora