Aquel día que me enteré de lo que sentía por esa mujer, me causaba un poco de extrañísmo ya que jamás en mi vida había sentido algo parecido por nadie, ese día después de lo que ocurrió, o más bien de lo que fui capaz de hacer, salí de aquella casa sin decir nada, aún no me recuperaba por completo, pero no me importó, estaba tan decepcionado de mi mismo por haberla besado que no me era capaz de mirarla a los ojos, aún no podía volar así que camine sin rumbo alguno, mis heridas comenzaron a molestarme, ya que conforme más iba avanzando, se reabrian más y me dolían.
—¿Se encuentra bien señor?—una niña pequeña me tocó la mano, no le dije nada sólo la mire fulminante y está comenzó a alejarse lentamente.
—Largo de aquí insecto—la infante comenzó a correr, hacia el otro lado de la calle, un auto grande con un hombre aparentemente ebrio de conductor, circulo por aquel lugar de donde la niña iba cruzando, corrí hacia ella parando el auto con mi cuerpo, impidiendo que la embistiera haciéndome caer ya que mis heridas ya no me dieron para más.
Desperté en una cama blanca vendado de pies a cabeza, no podía moverme, así que sólo me quedé observando aquella habitación nada familiar, la puerta se abrió, era aquella niña junto con Bulma, quiénes se había acercado hacia mi, yo cerré lo ojos para simular que estaba dormido.
—Este hombre me salvo—escuche la voz de la infante.
—Gracias por traerlo aquí—al escuchar la voz de Bulma me puse nervioso, no sé porque, pero sentía una cierta tranquilidad de que ella estuviera aquí; ¿Qué mierda me está pasando?.
—Señorita—la infante llamó a Bulma.
—Dime pequeña—Bulma le prestó atención a la niña.
—Cuando despierte, ¿puede llamarme?, tengo que agradecerle por salvarme la vida—aquella niña me exasperaba.
—Claro cariño, cuidate—escuche los pequeños pasos de la niña saliendo de la habitación.
—¿Vegeta?, ¿en que rayos estabas pensando?—Bulma me regaño, no abrí los ojos sólo la escuche.
—Cuando me llamaron diciéndome que estabas aquí, me preocupe, por favor Vegeta, ya no te hagas daño, descansa—Bulma depósito un beso en mi frente y escuche sus pasos alejándose abrí los ojos, aquel beso me había proporcionado seguridad y protección, por primera vez, alguien se preocupaba por mi y eso me conmovió plenamente, nadie, nunca, jamás, había mostrado ese tipo de interés hacia mi, jamás alguien se había preocupado por mi bienestar.Sonreí, hasta el punto en que mi dentadura sobresalió de mis labios, no se que rayos me estaba pasando, me sentía patético al reaccionar de esa manera, pero era inevitable, esa mujer me había sacado de mis casillas de una manera nada normal, ya no me importaba lo ridículo que fuera, ella se había ganado un lugar muy a fondo de mi ser, su voz, su cabello, su rostro, el hedor que ebanaba de su piel, se habían convertido de algo de apariencia y olor fétidos a algo muy sublime, toda ella se había convertido en mi debilidad, mi apoyo, mi esperanza y mis ganas de seguir.
Mi problema era, que ella jamás lo sabría, jamás sería capaz de explicarle o confesarle todo eso, me causaba irritación, mi orgullo era mucho más fuerte que esto, el no me permitía mostrar mis sentimientos a nadie, no me dejaba expresar mi interés, pero ya estaba al limite, está mujer me estaba convirtiendo en quién jamás pensé que sería, una persona con sentimientos extraños, formas de ser extrañas, esos despreciables sentimientos que no me dejaban en paz y que tenía que sacar de una vez por todas.
ESTÁS LEYENDO
Un Amor Orgulloso (VegetaxBulma).
FanfictionVegeta, el hombre más orgulloso y frío de todo el universo, se ve casi obligado a vivir en la tierra, después de conocer a Bulma, con la cual, comienzas tener una relación más cercana.