Capitulo 5. Está mujer...

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La relación entre Bulma y yo era más intensa, no estábamos saliendo, eso era aún muy pronto, pero no nos faltaban algunas caricias y besos que de vez en cuando nos dedicábamos mutuamente, era extraño para mi, demostrar estos sentimientos de los que simplemente no estaba familiarizado.

El padre de Bulma me había dicho que tenía algo de lo que quería hablar conmigo, a cada rato me lo repetía.

—Vegeta, ¿podemos hablar?—está vez fui a ver que es lo que tenía que decirme.

—Vegeta, mi hija, está interesada por ti y se que tú también lo estas por ella, me a contado todo lo que le haz dicho, solo te pido, que no la hagas sufrir—eso último me incómodo, yo jamás había lastimado a Bulma, simplemente no me nacía hacerlo.

—Esa mujer no morirá en mi manos—dije mientras el me observaba.

—No seas muy duro con ella y no la ilusiones, sí es que en realidad no quieres nada con ella—comenzó a caminar en dirección a la calle y desapareció de mi vista.

Este señor tenía sus razón para desconfiar de esa manera, su primera impresión de mi, había sido de una persona egocéntrica y asesina, pero eso había cambiado.
Regrese a mi habitación y Bulma estaba en ella, se había quedado dormida en mi cama, ya que al parecer me estaba esperando, me acerque sigilosamente a la cama y me recoste a su lado, la abrace y ella se levanto, pero no se impuso ante la posición.

—Vegeta—Bulma me llamó, aún estábamos recostado y mi brazo rodeaba su cuello.

—¿Qué quieres mujer?—dije pero no la mire.

—¿Estamos saliendo?—dijo, me sonroje; está mujer.

—¿Q-que dices?—era verdad, aún no se lo pedía, aunque ya había pasado tiempo, no me sentía seguro de preguntárselo.

—¿En verdad quieres estar conmigo?—se sentó en la cama y me miro.

—Por supuesto—la tomé del brazo y la acerque hacia mi para abrazarla.

—Quisiera que me lo pidieras, pero puedo esperar—correspondió mi abrazo.

—¿De verdad quieres eso mujer?—dije y ella asintió con la cabeza. —Bulma, ¿quisieras hacerme el favor de aceptar ser mi pareja?—está mujer había destruido hasta el más mínimo orgullo que yo tenía, ya no me importaba lo ridículo que me había vuelto.

—Ay Vegeta—dijo y me estrecho con aún más fuerza. —Claro que si—ya sabía su respuesta, pero el echo de escucharla que provenía de sus labios, me hizo realmente feliz.

Y así fue como esta mujer entró a mi vida, destruyendo todo mi antiguo yo a su pasó, haciéndome sentir confundido de mi mismo, desatando esos aún inexplicables sentimientos, haciéndose acreedora de mis pensamientos, destruyendo por completo mi egoísmo y mi orgullo, dejándome sólo con la opción de querer permanecer con ella el resto de mi vida.

Un Amor Orgulloso (VegetaxBulma).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora