Mancillado.

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El Baile en Corazones siempre era el más hermoso, tal vez por la ayuda de Feliks en la confección de los trajes para la corte Roja, o por el trato de los siervos hacia los invitados, que eran parejos, tanto a quienes venían de Dos o a quienes eran de Diez. A los primeros en llegar las cartas fueron a los reyes de Picas, los aliados más fervientes de los reyes de rojo, e inmediato su asistencia fue confirmada. Arthur Kirkland no se perdería un viaje a esa tierra de encanto y amor, ni Alfred quería faltarle el respeto a la Reina, por quien el baile se celebraba: era su cumpleaños, y entre ambos señores del reino decidieron enviarle –en primer lugar- un ramo de las rosas del jardín, y se debatieron mucho tiempo acerca de qué regalo darle, con el cual se presentarían al momento de la celebración. Al no llegar a un acuerdo, decidieron llevarle dos regalos: una botella del vino más añejo de Picas –de parte del rey- y un libro con cuentos e historias preciosas del cual siempre Arthur solía hablar cuando se visitaban a las orillas de sus reinos, o cuando bebían el té en el laberinto del castillo. Los dos fueron envueltos y empaquetados, para ser acomodados finalmente en el baúl de la carroza, donde en ese momento ambos reyes miraban por las ventanas, contemplando el paisaje de la noche.

Al lado de Arthur iba Matthew, concentrado en unas tarjetas que debía memorizar para la presentación de los regalos.

Afuera, en su caballo, Yao contemplaba el horizonte.

El castillo era espléndido, eso no había que negarlo, al igual que la caballerosidad de Alfred al ayudar a bajar a su reina.

-Te cortaste con las flores. –cuando le sujetó de la mano se dio cuenta de las heridas superficiales en las manos de su reina amada, quien le miró con desdén sin darse cuenta.- Tendrías que haberte hecho curaciones en casa, Arthur.

-No importan. –murmuró el otro, en sus pensamientos, en ese otro mundo impenetrable para el de lentes. Matthew tosió mientras se arreglaba el cabello, y miraba a Yao, quien avanzó delante de los tres. Alfred sujetó la mano de su reina y le instó a avanzar en procesión, siendo recibidos en la entrada del castillo por los sotas, uno sonriente y el otro malhumorado.

Un gesto de su mano les hizo avanzar hacia un salón lleno de rojos y amarillos; eran los únicos azules ahí, pero no les molestaba, en todos lugares solía ser así. Los regalos fueron entregados a los sirvientes y los pajes de picas –que llevaban las maletas, tras el Jack, que siempre iba delante, alejando a todos con su imponente presencia- fueron a las habitaciones que les había sido destinadas con anterioridad. Alfred miraba a su reina confundido, intentando descubrir que cosas pasaban por la mente del otro.

-¡Oh la-la! ¡Rey Alfred, Reina Arthur! -la voz jovial de un francés hizo que la reina reaccionara. Una mueca de disgusto -vagamente disimulado- se formó en su rostro.

-Rey Francis. -aguantó apenas el abrazo del otro, quien reía. Alfred se acercó a la Reina Lily, que estaba tras su Rey y le besó la mano por costumbre, , evitando la mirada enfurecida del Jack amarillo.

-Es un gusto verlos por acá, ¡La recepción está excelente! Aunque la Reina Kiku está algo perdida... nadie sabe donde se encuentra, tal vez está arreglándose para la fiesta principal y la entrega de los regalos. –nadie, jamás, podía quitarle a Francis la sonrisa de la cara. El rey dorado le tomó delicadamente la mano a su reina y le dio un suave apretón, para darle fuerzas, como siempre lo hacía. Lily solía ser tímida, pero eso a él le encantaba, le gustaba protegerla mucho.

-¿Y el Rey Ludwig? –preguntó el Rey de Picas, mirando a su reina, quien comenzaba a tener un rostro con más color y su típica expresión molesta en el rostro.- No nos fue a recibir... solo estaban los sotas.

-No tengo la mínima idea, mon ami. –Francis hizo un mohín con los labios y elevó las cejas.- ¿Les gustaría servirse algo para beber? La mesa de por allá –la apuntó con su nariz- está llena de licores finos y los sirvientes de ese sector son quienes más saben de alcohol y todas sus variedades. Vale la pena que se vayan a dar una vuelta por allá.

[Aph] AsaKiku Week!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora