Le fue fácil distinguir a Akaashi entre la pequeña multitud de personas que vienen de noche a comprar al centro comercial, no cualquiera lleva un uniforme a estas horas y menos del Fukurodani, además de que su altura resalta también; el japonés promedio mide 168.1 cm por lo que alguien que mide 182.5 es fácilmente reconocible en una multitud de no tan altas personas.
Ella ya se había cambiado por lo que anda solo con un short hasta las rodillas y una camiseta de su hermano, los tenis que usaba hace un año en el club de basquetbol y su largo cabello naranja amarrado a como sea con un par de palillos. Todo su conjunto de estar en casa, el verano en Tokio es sofocante y no puede evitar utilizarlo al salir.
—Siempre me pierdo, nunca me oriento aquí—murmura manteniéndose cerca del chico.
Le molesta dar más de dos vueltas por todo el lugar, que no es nada pequeño, solo para darse cuenta de que ya lo había pasado en una ocasión y no lo vio.
—¿Ya has venido antes?
—Un par de veces, pero siempre es Tsubasa quien me guía—responde haciendo mala cara; y es que por no querer decirle a su hermano que la lente se agrieto cuando, para desgracia suya, se le cayó la cámara después de tomarse una foto junto a sus dos amigos anteayer, es que anda en el centro comercial con Akaashi.
Le iba a decir a Kenma, pero tendría que ver a Tetsuro y no tenía ganas de ello. No es que esté enojada, pero en verdad quería evitarse algún comentario que pueda caer en discusión, sobre todo porque le estaría pidiendo a otro que la acompañé pudiendo pedírselo a él sí ya fue hasta ahí.
—¿Te pasa algo, Suzuki-san? —Akaashi le mira confundido, de un momento a otro siguió caminando con la vista en la nada.
—¿Eh? —lo vuelve a ver, encontrándose con los ojos azul oscuro del chico que la miran directamente, perforando su alma por la profundidad de su mirada inquisidora—. Solo estaba pensando en que no quiero que Tsubasa se entere de lo que le pasó al objetivo.
—¿Qué le pasó?
—Uh. Por poco se rompe, solo tiene una grieta, pero está bien fea. Necesito cambiarlo—Mira los lugares y por fin la ve, después de la segunda vuelta en la segunda planta puede ver que está justo al lado de una tienda de ropa, aunque es claramente opacada por dicho lugar—. Se me cayó después de tomarme una foto junto a Tooru e Iwa, anteayer estuve en casa de uno de ellos para tomarles fotos porque necesitaba nuevo material. Mi profesora estaba aburrida de ver siempre a Bokuto-kun, Konoha-san y Tachibana-san del club de basquetbol.
»Fue desastroso, se dio justo en la lente con una piedra. Eso pasa por tomarnos fotos de noche en la calle.
Akaashi asiente, siguiéndola a la tan deseada, por la chica, tienda de fotografía. Nada pretenciosa, solo una pequeña tienda con un cartel casi disimulado con el nombre, fácilmente eclipsada por las tiendas que tiene al lado.
Ambos chicos entran, solo hay como dos personas ahí viendo las cámaras, una pareja al parecer.
Saori hala al chico directamente hacia donde están los objetivos en una pequeña vitrina, busca en especial los parfocales y varifocales, le es más cómodo porque raras veces hace sus fotografías en alguna clase de estudio, para eso tiene todo un repertorio de objetivos bien guardados y cuidados.
Para Akaashi todos son iguales, a pesar de que ve números de graduación y tamaños diversos.
—Aquí están—murmura halándolo siempre.
La vista de ella está fija en la vidriera viendo la más parecida a la que tenía y otra solo para poner de excusa por su salida, después de todo la que tenía era varifocal y puede decir que compró una parfocal porque como se acercan los torneos quiere mayor comodidad para tomar fotos.
—¿Cuál es la diferencia?
—Estás de aquí son varifocales—señala las del lado izquierdo—, y estás parfocales—señala las de lado derecho—. La diferencia radica en que las varifocales hay que estarlas enfocando cada que se cambia la distancia, pero con las parfocales no es necesario. También, este tipo de objetivo es más pesado que los demás por ser más volumétrico para permitir el cambio de zoom.
»Con los demás objetivos la desventaja es estar cambiado cada cierto tiempo para los enfoques a larga o corta distancia, todo depende en que te especialices a la hora de fotografiar. Al menos, yo, prefiero los objetivos zoom porque tomo más fotos a deportistas desde diversas distancias, en el parque a algún ave que este lejos para no asustarla y cosas por el estilo, me gusta capturar momentos.
»Pero, sí tomas fotos en un estudio no hay necesidad de ello porque te da el tiempo de cambiar de objetivo. Al menos así lo veo, no es que lo que yo diga sea tan fiable... no suelo prestar mucha atención a lo que dice mi profesora con respecto a la teoría, prefiero hacerlo a mí manera sin reglas buscando mostrar la forma en que yo veo el mundo. ¿Se entiende o me fui por las ramas?
Akaashi la escuchó con atención, la forma en que sus ojos brillan al hablar de eso que tanto le apasiona es primera vez que la ve. Seguro que si le prestara más atención cuando la ve tomando fotos podría ver ese mismo brillo al hacerlo, puede dejar abrumado a cualquiera porque es ese tipo de pasión por lo que lo das todo y siempre buscas mejorar.
—Se entiende perfectamente. Amas mucho la fotografía, ¿por qué?
—El único regalo que me dio mi madre fue una cámara, y con ella tomé la primera vez que mi hermano saltó alto y consiguió rematar un balón levantado por papá, fue el día más feliz de él porque estaba empedernido en querer practicar voleibol a pesar de ser pequeño, y yo capturé el momento justo en que sus alas se desplegaron y surcaron el cielo por primera vez.
»¿Es razón suficiente?
Él sonríe al verla hablar tan emocionada, además de que es primera vez que menciona a su hermano sin poner una expresión de irritación.
—Sí.
Saori sonríe abiertamente, estaba creyendo que hablaba demás, pero, sí a Akaashi no le molesta entonces está bien.
—¿A ti por qué te gusta el voleibol?
—No es tan poético como el tuyo—Ella hace una mueca rara, se nota que no le parece que sea así—. Solo me dio curiosidad y al jugar me pareció entretenido, más que otros deportes que había jugado. No hay nada interesante en eso.
—Siempre que se inicia algo hay un poco de poesía en ello, en especial cuando en ese algo encuentras pasión.
—Además de fotógrafa, poeta. ¿Algo más que añadir a tu currículum? —Se da el lujo de bromear por primera vez, nunca antes lo había hecho y espera no sea estúpido lo que haya dicho.
El ambiente es tan relajado que ha soltado las palabras con mucha naturalidad, como si decir algo como eso fuera de todos los días.
Saori ríe divertida, nunca se imaginó que el siempre serio y recto Akaashi fuera a decir algo así.
—Oh. Agrega voleibol y tango.
—¿Tango?
—Sí. Mi madrastra es una loca obsesionada con ese baile, nos mandó a clases por dos años. Ahora cada que escucho alguna canción de ese género quiero salir corriendo—Niega por los recuerdos. A ella no le gusta bailar, es la cosa a la que más le huye y por desgracia es buenísima bailando tango.
Akaashi no ríe, pero mantiene una pequeña sonrisa hasta que compran los objetivos y deciden ir a cenar a algún restaurante de camino a casa.
Tercer capítulo narrado. Estaba inspirada y aprovechando que tenía en mente que después del mensaje anterior sea así pues dije que lo haría hoy, así que aquí está.
Hoy aprendí algo nuevo, no sabía lo de los objetivos y tuve que investigarlo xD
¿Qué les pareció? ¿Les gustó o no?¿Qué piensan de Saori y su relación con Akaashi? ¿De su relación con Kuroo? ¿Y la forma en que llevo a los demás personajes? ¿Ustedes se hacen una idea de quién es el hermano de ella (les he dado pistas :v)?
Prometo solemnemente que responderé a sus comentarios.
¡Gracias por leer!♥
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Love and Letters [Akaashi Keiji]
Fanfiction"A veces solo se desean palabras amables" ---- Este fanfic está escrito en forma de mensajes de texto, aunque habrán algunos que serán narrados. Eso significa que... ¡Lo actualizaré a diario porque puedo escribirlo desde el teléfono! El dibujo es m...