De camino de regreso a sus casas, Saori recibe un mensaje de su hermano. Haciendo que ella se desespere por llegar pronto. Se le olvidó por completo que hoy llegaba su padre, que hoy tenían cena familiar y que seguro será regañada por él. Todo por tener la cabeza en otro lado.
—No te preocupes, ¡te acompañaré a casa y tomaré la responsabilidad!—Bokuto le sonríe con su característica alegría.
Muchas veces se han cubierto la espalda mutuamente, logrando evadir castigos y salidas a las que no querían ir. Siempre para lo que el otro necesitase, siempre el uno para el otro. Son un par de amigos muy exóticos.
—Solo hay que decir que la salida ya la teníamos prevista, aunque no sea muy normal en un lunes...—Saori se queda pensando, y es que no quiere meter en problemas a Kotaro. Según el mensaje de su hermano, su padre no llegó con un humor muy bueno. Al parecer hace unos días se divorció por completo de Sophia, su segunda esposa, y esta le quitó la casa de Francia y un par de pinturas algo caras. Todo se lo dijo resumido, para que supiera a qué atenerse al llegar.
—Entonces que sea por el club, hoy salimos algo temprano y no nos dejan quedarnos tarde practicando—dice casi refunfuñando por ese detalle, por eso no le gustan los lunes. Es el día que menos puede practicar—. Y no estaríamos mintiendo en eso.
Saori sonríe, tiene razón. Asiente ante la idea y ya tienen armado el qué dirán. La experiencia de cubrirse mutuamente les sirve en momentos verdaderamente importantes, como ese. Ahora solo falta esperar que de verdad eso evite un regaño. Nunca se sabe cómo reaccionará él.
Las cosas eran más sencillas antes.
Para cuando llegan, es Tsubasa quien los recibe. Bastante aliviado de verlos antes de las ocho y media.
—Padre se fue a dormir, tienes suerte. Le di un té de manzanilla con un relajante muscular, se veía realmente tenso—Invita a Bokuto a pasar un rato, diciendo que con gusto lo va a dejar después en el auto de su padre.
Eso es suficiente para que entre.
—Que considerado—Bokuto se deja caer en una de las sillas del comedor, a veces le sorprende lo buenos hijos que son. A pesar de que él los trate como si no lo fueran, ellos se preocupan y buscan formas de hacerle la vida más sencilla. Tsubasa lleva muy buenas calificaciones en su carrera y, aunque le cuesta, Saori lleva notas arriba del promedio. Y han subido un poco, gracias a que Akaashi le recuerda las tareas.
—Bueno, es nuestro padre al fin y al cabo—Sonríe un poco antes de serviles un té a cada uno—. Mañana te tienes que levantar temprano, Saori.
Ella asiente sin muchas ganas, todavía debe hacer un par de tareas y tener que levantarse muy temprano no la entusiasma mucho. Pero estando su padre ahí, no puede darse el lujo de quedarse dormida.
Ellos deben actuar como buenos hijos, responsables que se levantan temprano para iniciar el día a día con energías. Aunque esa energía se la quede la cama.
A la mañana siguiente, Saori se está tomando una taza de café junto a su desayuno. Tsubasa está terminando de servir el de su padre, quien se está cambiando de ropa y bajará en cualquier momento.
Saori está usando todo el uniforme completo, algo que no suele hacer porque usar la corbata tan socada no le gusta. ¿A quién se le ocurrió que una corbata era buena idea para el uniforme femenino?
Mientras que Tsubasa usa una camisa manga larga de vestir, de color azul pizarra y pantalón negro muy bien planchado. Se ven muy diferentes a como siempre se ven, normalmente el mayor usa camisetas para ir a la universidad y los normales jeans algo viejo, pero esta semana deberá usar un tipo de ropa como si fuese a entrevista de trabajo.
Ninguno está muy alegre con eso. Porque ellos no son así.
Ambos se sientan en cuanto oyen las pisadas de su padre, se dedican una sonrisa antes de soltar cualquier cosa que tengan en mano y esperar. Porque ellos no deben comer si él no está presente.
Yoshiro Suzuki no es un hombre muy alto, apenas unos centímetros más alto que su hijo. Su cabello es muy oscuro y rebelde, pero siempre encuentra la forma de peinarlo, y sus ojos son de un café oscuro muy profundo. Cualquiera pensaría que un hombre así no intimida, pero su expresión, el porte y la forma de dirigirse a los demás es lo que lo hace ser intimidante. Alguien frío y muy despegado de todos los demás.
—Buenos días.
—Buenos días—Ambos saludan al mismo tiempo, poniéndose de pie para ello.
El puesto de Yoshiro es a la cabeza, aunque solo sean ellos tres y puedan comer en el desayunador. Con él ahí, eso es un simple adorno de la casa.
—Ayer llegaste tarde, Saori. ¿Dónde estabas?—Toma el periódico mientras hace esa pregunta y al instante también su taza de café, para dar el primer sorbo. Un periódico lleno de noticias internacionales.
Tsubasa tuvo que imprimirlo porque sabe que a su padre no le interesan mucho las noticias locales, a menos que tengan impacto en todo el país. Mayormente del lado económico por lo que son mejores los periódicos internacionales, ahí hay un popurrí de noticias y datos importantes.
—Había quedado con Bokuto-kun de ir a cenar; los lunes son los días que más temprano sale del club. No hay que faltar a nuestros compromisos—Se apega al principio que él siempre les inculcó, el siempre cumplir cualquier compromiso y promesa que se ha haga. La responsabilidad es lo más importante—. Lamento no haber estado para recibirlo.
Baja la cabeza en disculpa.
—Está bien. Comamos—Lo dice, pero no deja de lado el periódico. Es más de costumbres extranjeras, por todo el tiempo vivido allá, por lo que solo ellos agradecen por los alimentos y comen en ese momento.
Comen en silencio, Saori es la primera en terminar.
—Permiso—Se levanta y va directo a lavar los platos, y se queda esperando a que Tsubasa le lleve los de él. Porque ella es la que debe hacerse cargo de todos los quehaceres, su hermano no debería ni tocar una escoba. Aunque se turnen los tiempos para ello.
—Nos vemos en la noche, hermanita. No se te olvide regresar temprano, nada de me quede viendo la práctica de vóley porque Kotaro me lo pidió o porque quería tomarle fotos a los jugadores—Le da un beso en la cabeza, al fin y al cabo es solo un poco más alto que ella. Raras veces se dan ese tipo de demostraciones de cariño, pero cuando se dan es para darse apoyo mutuo. Puede que su relación este algo fragmentada y necesiten hablar, convivir más, pero el cariño sigue fuerte entre ellos—. Tienes que hacer la cena. Los libros de cocina están en aquella gaveta; escoge recetas alemanas para esta noche.
Dicho todo eso, se despiden. Mientras más rápido huyan de casa mejor, de todas formas Tsubasa tiene clase dentro de cuarenta minutos y la universidad no queda a la vuelta de la esquina.
Saori se despide de su padre, diciendo que deje los platos ahí y cuando vuelva los lavará. También que el almuerzo está guardado en el microondas y si gusta algo de beber en la hielera están guardadas todas las bebidas.
Después de eso se va, bastante temprano. Akaashi se sorprenderé de verla ahí para cuando él llegue.
Y aquí al fin. Ya conocimos a su padre. Lamento haberme tardado tanto. Espero haya sido de su agrado.
¿Qué les pareció? ¿Alguna opinión? ¿Qué piensan de Yoshiro Suzuki? ¿De la relación de todos ellos?
PD: ¡Tengo un fanfic de Hanamaki!
¡Gracias por leer!
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Love and Letters [Akaashi Keiji]
Fanfiction"A veces solo se desean palabras amables" ---- Este fanfic está escrito en forma de mensajes de texto, aunque habrán algunos que serán narrados. Eso significa que... ¡Lo actualizaré a diario porque puedo escribirlo desde el teléfono! El dibujo es m...