Capítulo 37: Atraídos por la sangre.

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Bienvenidas a todas las lectoras nuevas, espero que os esté gustando la historia y a las que lleváis desde el principio, os amo mucho ;D

Teo intentó salir de la cama sin ser descubierto, pero de nada le sirvieron sus sigilosos movimientos.

- ¿Mmm...? -ronroneó Esme a su lado, despertándose en ese momento- ¿Dónde vas? -curioseó de manera inocente, abriendo los ojos con dificultad.

- Iba a... -Teo volteó a mirarla, dándose tiempo a sí mismo para inventar una exucsa. Cuando se dio la vuelta, la chica ya estaba a centímetros de él, sentada sobre sus talones, observándole con ojos de gatito.

- Me hace más daño el verte ir en busca de otra persona de la que alimentarte, que el simple hecho de que bebas mi sangre -comentó la morena rompiendo el incómodo silencio- así que,por favor, deja de ser tan duro contigo mismo -se acercó más a él, sin apartar los ojos de sus masculinos labios, los cuales atacó sin previo aviso.

- ¿Cómo sabías...? -preguntó el vampiro confuso, separándose milímetros de ella.

Esmeralda cogió despacio la mano del vampiro y la subió hasta hacer contacto con su cuello.

- Tengo mucho tiempo libre -bromeó pegándose más a su cuerpo, a la vez que acercaba la cabeza de Teo a la zona que acababa de acariciar- y soy muy atenta -Teo comenzó a repartir besos sobre su piel, y ella hizo más presión sobre su nuca para que le mordiese.

Rodeó el cuerpo del vampiro con los brazos, subiendo y bajado las manos por su espalda para que estuviese a gusto y seguro.

La morena tenía razón, con todo el tiempo libre que había allí dentro, le había dado tiempo a aprenderse la rutina del vampiro, a base de observar detenidamente todos sus movimientos.

Teo se animó por fin e hincó sus colmillos en la tersa piel de la muchacha. Ella sintió una leve molestia, pero soportable sabiendo que ambos confiaban el uno en el otro.

- ¿Ves que no pasa nada? -se atrevió a decir Esmeralda- lo tienes más que controlado.

Él siguió absorbiendo mientras la juntaba más a su cuerpo, odiaba el mero hecho de que la humana pudiese temerle y decidiese marcharse.

*
Un sonido irritante e inconfundible despertó a la pelirroja. Se frotó los ojos para que estos se acostumbraran a la negrura de la habitación. El sonido cesó y Ciara rodó sobre la cama, como era de esperar, amaneció sola.

Se levantó para encender la luz, y casi se muere del susto cuando al darle al interruptor el tono de un móvil volvió a sonar.

Estaba claro que no era el suyo, puesto que lo había perdido en el momento en el que la llevaron a Hidden City por primera vez, y desde entonces no le habían otorgado ninguno más, por lo que solo podía ser de una criatura.

Cuando el aparato sonó por tercera vez, la pelirroja se dirigió a atender la llamada. Debía de ser una urgencia si la persona que se encontraba al otro lado de la linea insistía tanto en contactar con el vampiro.

Cogió el teléfono con cuidado de no molestar a su propidtario, y se sorprendió al descubrir de quién se trataba, al fin Bénjamin daba señales de vida.

- ¿Bénjamin? -preguntó la pelirroja aún sin creérselo- ¿Cómo...cómo estás? ¿Por qué no vienes por aquí?

Hubo un silencio un tanto extraño al otro lado,y después un carraspeo, el guardian tampoco se esperaba hablar con la muchacha.

- ¿Puede pasarme con el señor, por favor? -solicitó muy educado pero incómodo al mismo tiempo.

- Es que ahora mismo está...

Heartless | #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora