Capítulo 6

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Zach se despidió de mí en cuanto pusimos un pie fuera del escondite, con la excusa de que era mejor que mi hermano no nos viera juntos. Sinceramente, me sentí un poco decepcionada. Era casi imposible que Jesse sospechara sobre lo que habíamos estado haciendo. Resignada, me limpié la ropa con las manos, me acomodé el pelo y salí rumbo al comedor.
Me sorprendí al ver que Zach no se encontraba allí, por lo que le pregunté a los chicos si lo habían visto. Pero nadie sabía nada. Al principio me enojé un poco, pero me tranquilicé al darme cuenta de que era lo mejor. No estaba segura de que hacer ahora que nos habíamos besado. Obviamente, lo nuestro tendría que permanecer en secreto. Suponiendo claro, que existía algo a lo que llamar nuestro. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos y me concentré en escuchar la charla que estaban manteniendo los demás.
-Entonces- decía Chris- ¿a dónde vamos a ir este fin de semana?
Lo miré confundida. No se nos permitía salir de colegio, excepto en las vacaciones.
-¿Qué...?- empecé a decir, pero Jesse me interrumpió.
-¡Cierto! Por poco lo olvido, este sábado tenemos la salida-dijo
Yo seguía sin entender, y lo miré raro.
-La salida-repitió- Todos los años, los dos últimos grados del colegio visitan las "atracciones turísticas" de la ciudad, para luego armar un informe y entregarlo.- Pusé una mueca, pero él siguió- Como hay muchas cosas para ver en un solo día, por la noche vamos a un hotel, para continuar al día siguiente. La mejor parte es que podemos salir del hotel a escondidas, y hacer lo que queramos el sábado por la noche.- Sonreí. Esas sí que eran buenas noticias.
Los chicos siguieron hablando de lo bien que lo íbamos a pasar. Pero dejé de prestar atención. Esta era mi oportunidad de pasar tiempo con Zach sin tener que preocuparnos por Jesse, o por nadie. Seguro le gustaría la idea. Pero para contárselo, primero tendría que encontrarlo.
Me levanté de la mesa y saludé a todos con la mano. Me encaminaba a mi habitación para ver si Zach estaba ahí, cuando alguien me tocó el hombro.
Era Cameron, amigo de Jesse. Habíamos hablado un par de veces, y me caía bien. Era lindo. Rubio y alto.
-Alex- le sonreí a modo de saludo- Yo me preguntaba si... me preguntaba si querrías salir conmigo el sábado- dijo esto último bastante rápido.
No quería decirle que no, pero en serio tenía ganas de salir con Zach.
-Yo...- dije mientras pensaba una excusa- tengo que pensarlo. Es la primera vez que voy, y tal vez Jesse quiera ir conmigo. Pero hablaré con él, y te diré.- él esbozó una sonrisa- Nos vemos luego.- Y seguí caminando.
***
Al llegar a la habitación, estaba bastante emocionada por contarle a Zach lo que se me había ocurrido. Pero cuando abrí la puerta, casi se me salen los ojos de las órbitas. Zach estaba ahí, sí. Pero estaba muy ocupado besuqueándose con una rubia como para notar mi presencia. Caminé directo a mi habitación y cerré de un portazo. Unos minutos después, oí la puerta de entrada cerrarse también
Sentí que iba a llorar. Pero no. Claro que no. No podía comportarme como una completa estúpida. Saqué mi celular y le mandé un mensaje a Cam:
"Me encantaría ir contigo el sábado. Nos vemos pronto "
Si algo iba a aprender Zach, es que nadie se mete con Alexia Monroe y vive para contarlo.
Okay, eso puede haber sonado un poco exagerado. Pero no importa. Zach, me las pagaría de una forma u otra.
Aunque por otra parte no sabía porqué me tenía que pagar, ya que nos hemos besado una vez, quiero decir, no somos nada. Él es libre de hacer lo que quiera y yo también. A parte conozco la clase de chico que es Zach, lo supe desde el primer día (y sin exagerar). Yo también era una chica de las que los "amores" no les duran más de dos días. No sé porqué me preocupa tanto.
Escuché un golpeteo suave en la puerta y vi cómo se abría lentamente.
-¿Qué pasó Alex? -dijo Zach con una voz aterciopelada que jamás había escuchado en él (aunque pensándolo bien, Zach y yo no nos conocíamos hace mucho). Se sentó en la cama a mi lado.
-¿Qué pasó con qué? -fruncí el ceño. Al contrario de él, mi voz sonó más dura y fría de lo que esperaba.
-¿Por qué cerraste la puerta de esa manera?
-Ha sido el viento.
-¿Ah, sí? -se cruzó de brazos, las comisuras de sus labios se elevaron un poco, casi formando una sonrisa, y levantó una ceja- ¿A caso el viento atraviesa paredes? Porque jamás en mi vida, he visto una ventana, por la cual pudiera entrar, en ésta habitación.
Suspiré pesadamente y lo miré.
-¿Qué te hace pensar que puedes tener sexo con una rubia desconocida en el medio de la sala? -no esperé respuesta- Zach, sabes que compartes habitación conmigo y que yo en cualquier momento podría entrar. Y me disgustaría ver un show porno apenas entre, por lo menos ten la dignidad de ir a tu habitación.
-En mi defensa, solo nos estábamos besando. Pero tienes razón, y me disculpo. La próxima vez tomaré precauciones.
-Por favor. No creo que a ti te guste encontrarme con un chico besuqueándome a casi tal punto de tener sexo con él.
Zach soltó una carcajada.
-Alexia, eres tan dulce...
Me abrazó y luego se retiró.
¿Qué era lo que le parecía gracioso? ¿A caso no me tomaba enserio? ¿Y qué era eso de "La próxima vez"? ¿No puede llevar a sus zorras a uno de sus estúpidos escondites?
Revisé mi celular a ver si Cam me había respondido. Pero no era así, el mensaje ni si quiera le había llegado. Maldición, lo había olvidado, aquí no hay señal. Tendré que decírselo personalmente.
Claro, ¿Pero cómo lo encontraría? Ni si quiera se su número de habitación. Tendré que preguntárselo a Zach. Me tragaría el orgullo y lo más amablemente posible se lo preguntaría.
Salí de mi habitación y fui hacia el salón. Zach se encontraba sentado en el sofá jugando al "Need for Speed".
-¿Cuál es la habitación de Cameron? -dije. Bien, mi voz no había sonado tan mal. Al principio pareció quebrada pero rápidamente hablé con tono normal.
-415 -dijo entretenido en la carrera.
-Ah, gracias. -dije. Y salí lo más rápido que pude de allí.
Bien, solo me quedaba saber dónde se encontraba la 415. Lo cual era un problema, porque mi habitación era la 306, pero la de en frente era la 523. No me pregunten, ya saben que esto es un laberinto sin fin y la verdad no sé si algún día voy a poder entenderlo.
Suspiré y miré hacia la izquierda y luego a la derecha. Dejé que mi instinto me guiara y elegí la derecha.
A penas comencé el rumbo frené al escuchar la voz de Zach.
-Es para el otro lado -dijo-
Me giré sobre mis talones, mi intuición se nota que es genial. Zach estaba apoyado contra la pared y con los brazos cruzados.
-Ya lo sé -dije- solo... Eh... Yo... Bueno... -tartamudeé.
Zach levantó una ceja.
-No tienes porqué mentir Alex, sé que todavía no te acostumbras a esto. Hasta yo me sigo perdiendo a veces.
No sabía qué decir. Me había quedado completamente muda. Zach suspiró.
-En fin -dijo- ¿Para qué quieres a Cameron?
-Eh... Necesito decirle algo.
Frunció el ceño.
-¿Qué exactamente?
Rodé los ojos.
-No es de tu incumbencia Zach.
Empecé a caminar hacia la izquierda, pasando por su lado. Pero Zach me frenó tomandome el brazo.
-¿Te gusta Cameron?
-¿Qué? No -dije arrugando la frente, pero se me encendió la lamparita. Así que aflojé la mirada y titubeé- Además... Si me gusta ¿Cuál es el problema?
Zach me soltó, se rió, negó con la cabeza, se mordió el labio y me acercó hacia sí.
Nuestras respiraciones chocaron y se agitaron. Mi corazón latía al mil por hora. Me quedé mirando sus labios, sus jugosos, deliciosos y adictivos labios.
-No tienes porqué darme celos Alexia -susurró. Luego me dio un beso corto en los labios y luego entró en la habitación y cerró la puerta.
Me quedé paralizada ¿Qué había sido eso? ¿Me volvió a besar?
Parpadeé, sacudí la cabeza y reaccioné. ¿Qué había dicho de los celos? Éste tipo está totalmente loco. Cerré los puños con fuerza y de repente quería gritar, y romper todo lo que estaba a mi alcance.
Tomé rumbo hacia la habitación de Cameron, con pasos fuertes y decididos.
Definitivamente me las pagarás Zach Collins.
415 ahí estaba, al lado de la 336, golpeé la puerta. A penas se abrió, tomé a Cam por la camisa y lo besé.
Lo besé fuertemente, como si quisiera descargar toda la bronca que me había provocado Zach, en ese beso.
Cuando me separé y abrí los ojos, mi respiración se cortó. Me tapé la boca con las manos y mi mirada no reflejaba más que sorpresa y vergüenza absoluta.
-¿Alexia? -dijo casi en un susurro entre cortado por la sorpresa. Su expresión era idéntica a la mía.
-Jesse...
Había besado a mi hermano. Hermano mi a besado había. A mi besado había hermano. Hermano besado mi había a.

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