Capítulo 3

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  -Señora Monroe-comenzó a hablar Demian. Nos encontrábamos en la cocina de mi casa, tratando de convencer a mi madre de que enviarme a una academia de ninguna manera ayudaría a mejorar mi comportamiento. Lo empeoraría, en todo caso. 

-Diana, querido, te dije mil veces que me digas Diana- Mi madre odiaba que la llamaran "señora".  Decía que la hacía sentir vieja.

-Lo siento, Diana. Bueno, créame cuando le digo que enviar a Alex a un internado no va a ayudarla. Soy consciente de que la Academia en la cual decidió inscribir a Alexia es una de las mejores- Mi madre asentía con la cabeza.Admiraba la capacidad de Dem de manejar a los adultos. La mayoría quedaban impresionados con su vocabulario, bastante extenso para un chico de 17 años.- Pero Alex está acostumbrada a su forma de vida aquí. Y separarla de personas a las que ella se encuentra muy apegada, como ustedes, podría tener efectos secundarios. Ataques de pánico, por ejemplo- Tuve que contenerme para no reir, de ninguna manera podría pasarme algo malo si me separara de mis padres. Es decir, tampoco estoy tan apegada a ellos. 

-Demian, sé que ustedes son muy unidos, y estoy feliz por ello. Me alegra mucho que Alex tenga un amigo como tú. Pero sus travesuras han superado todos los límites y me temo que ya la inscribimos en la academia, no hay vuelta atrás. Alexia estudiará allí a partir del próximo semestre-

Miré a Dem apenada. No soy la clase de chica que se rinde sin luchar, pero cuando mis padres decidían algo, no había vuelta atrás. Lo sabía por experiencia propia.



__Bueno, tendremos que aprovechar, el poco tiempo que nos queda-Dijo Demian, estábamos en una plaza sentados tomando helado-

__Ay, no quiero irme, va a ser horrible, Dem, voy a morir ahí.

__Seguramente te vas a acostumbrar, además está tu hermano allí, te cuidará bien.

__Lo sé, te juro que si no te conociera, no me molestaría cambiarme de colegio, pero somos mejores amigos, y separarme de ti va a ser algo totalmente horrible, y créeme, que alejarme de vos es peor que morir.

__No digas eso Alex, vas a estar bien, además nos vamos a ver en las vacaciones.

__¿Te parece lo suficiente las vacaciones?

__No... mira, sabes qué, voy a tratar de convencer a mis padres para que me cambien al instituto al cual irás.

__¿Enserio?-Podía sentir cómo mis ojos se iluminaban al escuchar eso-¿Harías eso por mí?

__Lo que fuera para estar contigo, Alex -Me sonrió y acto seguido me abrazó- ¿Empezamos a disfrutar?

__Empecemos a disfrutar.

Y sí, los siguientes dos meses no nos separamos ni un segundo. Si él no se quedaba a dormir en mi casa, yo me quedaba a dormir en la de él.

Fuimos al parque de diversiones, al cine, hablábamos, visitamos cuanto lugar turístico.

Íbamos juntos al colegio, fuimos a un par de fiestas, hicimos idioteces, todas las cosas las hicimos juntos, si alguno tenía que ir al baño, el otro se quedaba afuera, al lado de la puerta, esperando, no importaba ni tan si quiera el hedor a... ya saben qué, invadía el lugar (Sí, lo sé, eso ha sido repugnante, pero ha sido así, un escalofrío acaba de pasar en todo mi cuerpo, asco al cien por ciento).

Hasta que llegó el famoso día, a la noche salía mi vuelo directo hacia Main, nos encontrábamos en dónde nos habíamos conocido por primera vez, cuando teníamos seis años, en el jardín de la casa abandonada que tan solo estaba a pocas cuadras de mí casa. 

Out Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora