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Capítulo 3.

*Una semana después*

-¡Auch!-aparté mis manos y las acaricié-¡Rubén, eres un bruto!

-Bruto yooo.-hizo una voz extraña haciéndome reír-Brutaaa usté.

-Odio los aereopuertos.-me despeiné y Rubén se quitó la gorra que llevaba puesta para ponerla en mi cabeza.

Imaginadme a mí con el pelo revuelto y una gorra enorme en mi diminuta cabecita.

-¿Seguimos jugando a lo de las manos?-rió y le pegué un empujón.

-No, que acabamos mal.

-Ejhé.

-¿Está aterrizando ya su avión?-pregunté señalando la pantalla en la que anunciaban los vuelos.

-Creo que sí.-suspiró-Es en la puerta 6, ¿preparada?-asentí.

************

-¡Dani!-grité al verla y salí corriendo a abrazarla.

Ella hizo lo mismo.

Mientras estábamos en un emotivo abrazo, un abrazo de esos que parecen durar siglos pero a la vez segundos, un abrazo de esos que te hace sentir que el mundo se para...
Daniela me susurró:

-Rubén te ha traído porque estais enamorados...Os vais a casar en Las Vegas y vais a tener muchos hijos...-la empujé mientras ambas reíamos.

-No estamos enamo...

-¡DANIELA!-vino Rubén y le abrazó.

-¡Rubiuuuus!-rió.

-Dejad de restregarme vuestra fama.-hice un gesto dramático.

-Ya hemos hablado de esto Ester, vuelve a Vine...-dijo Rubén y Dani le calló dándole un codazo.

-Déjala.

Salimos del aereopuerto y fuimos a comer a un Foster Hollywood.

Digamos que de cada tres personas que se cruzaban en nuestro camino, dos eran fans. O bien de Rubén o de Dani.

De un modo u otro, que les pararan por la calle me hacía sentir incómoda. ¿Qué debía hacer yo entonces? ¿Qué pensarían de mí?

-Ester, vuelve...-me llamó Dani pegándome una colleja.

-Auch...-me sobé la nuca.

Estábamos ya sentados en una mesa.

-Le estaba contando a Daniela lo de Mangel.-dijo Rubén mientras bebía de su cerveza.

-¿Lo de que te mudas?-le di un sorbo a mi Cocacola.

-Ajá. Tengo ganas de conocer a Mangel.-dijo Dani mostrándonos una sonrisa cálida.

-Es genial. Os vais a llevar bastante bien.-me guiño un ojo y Daniela me sonrió maliciosa.

-Estais tontitos los dos eh...-rieron.

-Habló la pandycornia.-comentó Rubén acariciándome la pierna con su pie.

WTF?

¿Estaba ligando conmigo?

/Ejhé ci :3/

-Dani, ¡me he hecho Vine!-exclamó Rubén sacando su teléfono.

-¿Ah sí? A ver...

Mientras ellos miraban sus cosas de famosos yo me quedaba colgada en mis propios pensamientos.

Cameron...
Uniconrios...
MagCon...
Dinocornios...
Pandycornios...
Cameron...
Más Cameron...

Era extraño ser la parte ciega de una historia. Era parte de la historia de Dani, también de la de Rubén, pero no iba a tener una importancia muy grande en ninguno de ellos dos.

************

-Y le dije: Sí, soy la del Vine de los pollos.-dijo Daniela y se rió con Rubén a carcajada limpia.

Yo aún seguía volando entre mis pensamientos.

-A mí una persona me comentó que se desuscribía porque mi pelo era demasiado extraño.-comentó Rubén riendo.

-Chicos.-corté sus risas-Me voy a casa.

-¿Ya?-preguntaron a la vez.

-Sí. ¿Quedamos mañana?

-Mañana vamos a ir a ver a Mangel, así que... ¡claro!-dijo Dani feliz-¿Hacemos un Vine, Rubén? Mis seguidores españoles lo van a flipar si nos ven juntos.

-Claro.-sonrió.

/Qué bonita sonrisa, ¿no?/

-Me voy... Hasta luego.

Entré a mi portal sin esperar una respuesta.

Subí a mi casa y me encerré en mi habitación. Encendí mi móvil.

¿Debería hacerlo?

/Claro que sí. Si te encanta./

Pero sería empezar de cero...

/No del todo, hay gente que te sigue apoyando por la cuenta de Daniela y preguntando por tu ausencia estos cinco años.../

¿Debería?

/Sí... PESAAAADA/

Vale, vale.

Me hice un selfie extraño y lo subí a mi Instagram.

"He vuelto -----> @LotsOfLaughs", escribí de pie de foto.

Al minuto ya tenía likes y comentarios de gente animándome.

¿Por qué no?
¿Tenía algo que perder?
YOLO

**************

-Esteeeeeeer.-gritó mi hermano desde una parte remota de la casa.

-¿Qué?-apareció por la puerta de mi habitación.

-Están llamando a la puerta. Mamá, papá y yo nos vamos al teatro. Nos vemos luego...

-Espera...¿Quién es el de la puerta?

-Creo que Rubén. Adiós.-salió corriendo y oí la puerta de entrada cerrarse de un portazo.

El portero sonó.

Me levanté del suelo y caminé hasta la entrada para atender a la puerta.

-¿Quién es?

-Ester...

-Pasa Rubén.-le abrí la puerta del portal y esperé a que sonará el timbre de mi casa.

-Hola...

-¿Te pasa algo?

Tenía una cara extraña. Este tipo de caras que no sabes si es fingida o no. Parecía enfadado y disgustado, pero a la vez nervioso. Igualmente pensaba que estaba actuando esas caras.

-Sí.-sonrió mientras íbamos andando hasta mi cuarto.

Lo que yo decía, estaba fingiendo ese ceño fruncido.

-Cuéntame.-me tomó de la cintura haciéndome girar 180 grados, y así quedar frente a él.

-He visto tu foto en Instagram.-me abrazó.

-En el fondo siempre he querido volver.-susurré.

-Lo sé.

Noté que había introducido un poco de su mano bajo mi camiseta, y que estaba acariciando mi vientre haciendo círculos.

-¿Qué haces?-le aparté suavemente.

-Lo siento.-bajó la mirada.

-¿Quieres jugar a la play? Se la suelo quitar a mi hermano pequeño cuando no está en casa.

-Vale.-sonrió.

Estuve incómoda, estaba demasiado raro conmigo. Más cariñoso. La cosa es que no sabía si eso era algo malo o bueno.