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Capítulo 14.

  -¡MADRIIIID, MADRIIIID, MADRIIIIIIIIID!-canturreaba Daniela mientras caminábamos.

  -Dani, cállate...-susurré pues la gente de la calle nos miraba muy mal.

  -¡PEDAZO DE LA ESPAÑA...!

  -¡CÁLLATE!

Se hizo el silencio. Estaba pasando verdadera vergüenza. Estábamos en pleno centro de Madrid y sin llevar nada que ocultara nuestros rostros, que en ese momento eran bastantes famosos. Añadiendo, claro, que Dani estaba gritando cual verdulera. También estaba Beemo con nosotras y también gritaba.

AKDBKXLAOWKFKF.

Ayuda. ;-;

Llevábamos ya un par de días en la capital española. Los primeros los pasamos con nuestras respectivas familias, cebrando cualquier cosa y estando juntos. Hacía un tiempo que no veíamos a los nuestros y estaba bien pasar tiempo con ellos.
Admito que también estaba algo decepcionada porque quería ver a Rubén y no me lo había encontrado. Es estúpido ya que Madrid es enorme y se había mudado de nuevo a no sé dónde, por lo cual la rabieta que tenía por no haberle visto era propia de una niña de cinco años.

De la nada un montón de gente se nos acercó gritando y murmurando cosas entre las que solo llegué a oír nuestros nombres. Entendí entonces que eran fans. Nos pidieron fotos, autógrafos y nos dieron millones de veces las gracias por todo. No comprendí del todo a lo que se referían pero yo también tuve que darle las gracias por haber cambiado mi vida. Eso era verdad, si no fuera por todo el apoyo de la gente que nos seguía no estaríamos dónde nos encontrábamos en ese momento.

Cuando todas los fans se fueron, Beemo nos interrogó aún flipando, como si no llegara a asimilar del todo nuestro éxito.

  -Madre del amor de la Virgen María, Jesucristo y los apóstoles.

  -Ale, y todo el cielo ya de paso.-rió Dani.

  -Pero... ¿Os ocurre eso todo los días?-preguntó.

  -Casi todos, estamos acostumbradas...-murmuré como con miedo a que alguien me escuchara.

  -Oye, estás como apagada.-me dio Dani un codazo.-Vamos a un Starbucks, y se te pasa seguro.

Salí corriendo nada más oír la palabra Starbucks. Corrí lejos de mis amigas y del Starbucks. No me gustan los hipsters.

  -¡ERA BROMA, ESTÚPIDA!-oí gritar a Beemo detrás de mí.

Al girarme las encontré a ambas con vasos del Starbucks entre las manos y sonrisas perversas en la cara.

/Yo las dejaba ahí.../

Caia. :v

***************

Caminamos un poco más y pronto llegó la tarde. Madrid, aunque estuviera abarrotada de gente en la hora vespertina, era un lugar tranquilo para mi parecer. Comparándolo con Los Ángeles, no había ni la mitad de gente ni nos paraban tanto por la calle, cosa que agradecía.

  -¿Qué os parece si esta noche nos vamos de fiesta?-dijo Beemo emocionada.

  -No.-respondí seca.

  -¡Sí!-exclamó Dani feliz.

  -¡Genial! ¿A qué hora quedamos?

En ese momento básicamente desconecté. No tenía ganas de irme de fiesta y no sabía el porqué, siempre había sido una persona muy marchosa e hiperactiva pero desde que habíamos vuelto a casa estaba diferente.

/Tía, no me fastidies, es por Rubén... LO SABE TODO EL MUNDO/

Caia ;-;

Pasaron las horas y de un momento a otro estaba en la barra de una discoteca jugando con el limón que habían puesto a la CocaCola que había pedido. No me gustaba el alcohol pero tampoco me gustaba el limón en la CocaCola.

/Qué difícil eres chica.../

Miré hacia atrás y solo vi a Daniela y Beemo bailando con otras personas desconocidas. Se lo estaban pasando muy bien y eso, de una manera u otra, me gustaba. Me gustaba verlas felices, muchísimo.

Pasó un rato largo hasta que alguien me dirigió la palabra.

  -Hola.-me dijo esta persona.

Al girarme para ver a la extraña persona vi a...

  

¡EL RARITO QUE VINO A PEDIRME HARINA! ¿Cómo etruscos se llamaba?

¡ALEX!

  -¡Eres tú!-le señalé con el ceño fruncido.

  -¡Soy yo!-levantó los brazos y rió.-¿Me conoces? Yo a ti sí, eres la de "guivi tu mi aim guorzit".

/JAJAJAJAJAJAJJAJA guivi tu mi aim guorzit JAJAJAJAJAJAJJAJA/

  -Tú... Tú me pediste harina...

  -¿Qué dices?-rió extraño.-Yo solo te conozco porque eres famosa... ¡Yo no te he hablado en mi vida! Bueno... Ahora sí...

  -Dijiste que me ayudarías o algo así en la historia...

  -¿Qué historia? ¿De qué hablas?

  -¡Eh, Alex!-llamó otra voz.

Me giré rápido, con miedo a verle. Sabía que era él, tenía la misma voz.

Era él.

Seguro.

/Madrecita, claro que es él, sino esto no tendría gracia.../

CAIA >:|

Y cuando nuestros ojos se conectaron perdí la noción de todo lo que me rodeaba. Estaba muy atractivo, había cambiado bastante durante esos años. Había madurado y seguramente me había olvidado, se le notaba en la mirada.

  -Alex, ¿no te acuerdas de que tienes novia?-preguntó guasón dando una colleja a su amigo, supongo.

  -No estaba ligando con ella, es que la reconocí porque es la de la cancioncita esa que ponías antes todo el rato...

Rubén me miró con una sonrisa y, tras poner mucha atención en mi rostro, pareció reconocerme.

  -¡Ah sí! Las chicas esas americanas...

  -Y luego ha empezado a decir cosas raras...

  -¡YO NO HE DICHO NADA RARO!-grité sintiendo como mis mejillas se teñían un poco de rojo.

  -¿Ester?-dijo entonces Rubén.

Volí a conectar nuestros ojos. Vi entonces en los suyos sorpresa, emoción y... enfado.

  -Has vuelto...-musitó.

Alex se fue poco a poco hasta perderse entre la gente que bailaba.

/¿Me puedo ir con él?/

  -¿Cómo te atreves a volver?-dijo de nuevo molesto.

De la nada tuve muchísimas ganas de llorar en sus brazos. Pareció leer mis pensamientos porque me abrazó con una fuerza inhumana llegando a hacerme sentir segura después de tanto tiempo.