COMO UN SUEÑO

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Ya era la 1 de la tarde y las clases habían terminado era momento de ir almorzar a casa, nuestro horario de clases era algo complejo ya que entrábamos a las 8 y teníamos clases hasta la 1, salíamos a almorzar y regresábamos a las 3 hasta las 6:30 en teoría porque yo al tener círculo me quedaba hasta las 8 p.m
-- ¿A qué hora se supone que saldremos, ya todos han salido? - Pregunta Keyla
-- Esperemos un poco más, Héctor sigue en la puerta
-- Yyyyyyyyyyyy .......?
-- No quiero verlo
-- Estás loca, porque actúas así?
-- No sé, tengo miedo de que esto termine, aún ni empieza a decir verdad pero ambos ni éramos amigos, ni conocidos solo nos habíamos visto un par de veces e intercambiado un par de palabras
Acaso eso es suficiente para iniciar algo??? Sé que es suficiente para mí porque me él despierta cosas en mi que nunca antes había sentido ... - Pensé
-- Y no sabrás si funciona o no hasta que no lo vivas, atrévete - Dijo Keyla mientras pasaba su mano por mi espalda
-- mmm - suspire - tienes razón
Bajamos las escaleras rápidamente pero Héctor ya no estaba, logré divisarlo a un par de cuadras y me armé de valor para ir hacia él, sentía que la amamos me sudaban y un cosquilleo en mi estómago ¡las mariposas y todo el zoológico que habitaba en mi estaban de fiesta!
-- Espera Tam, suéltate el pelo - Se te verá mejor - Agrega Keyla
-- Cierto
Mientras busco mi brillo en el bolsillo de mi mochila, encuentro un Trident masticable no es que tenga mal aliento pero no está demás tener un aliento fresco cierto ?
-- Todo estará bien, así que tranquila - exclama Keyla - supongo que lo dijo porque mi nerviosismo era más que evidente.
Exhalé fuertemente y ambas caminábamos con pasos largos hasta que logramos acercarnos a Héctor y sus amigos, aún estábamos detrás de ellos pero sólo un poco.
En eso Héctor volteó y al mirarme se quedó parado esperándome, mientras sus amigos siguieron de largo no sin antes fastidiarlo con el clásico uhhhhhhh y risas
-- Llegó la hora Tam, suerte - dijo Keyla mientras me apretaba fuertemente la mano y se alejaba
-- Gracias - susurré prácticamente
-- Hola - dice Héctor al acercarse muy nervioso pero con un cierto brillo en los ojos.
-- Hola - respondí con una sonrisa tratando de ocultar mis emociones, sobretodo el nerviosismo
-- Te estuve esperando en el recreo y a la salida pero no te vi por ningún lado creí ... - hizo una pausa y bajó la mirada - ... Creí que no querías hablar conmigo...
-- No es eso, es solo que tenía ciertas cosas por hacer
-- No quiero presionarte preguntándote si es que ya lo pensaste y tienes una respuesta, pero no quiero perder ni un sólo segundo sin estar a tu lado
Lo veía mientras hablaba y él lo hacía con una firmeza increíble, serio y seguro de lo que hablaba... Sus palabras me transmitieron tal seguridad que olvidé mis miedos y sólo me deje llevar por lo que Héctor me hacía sentir
-- No tengo que pensarlo por más tiempo... Sí, quiero ser tu enamorada - Dije mientras veía a Héctor sonreír
-- Me haces tan feliz - dijo mientras se acercaba para besarnos, pero en ese preciso momento siento una gota chocar en mi frente, ambos alzamos el rostro mirando hacia el cielo y una lluvia torrencial comenzó en par de segundos
Corrimos a un lado de la calle buscando sombra
-- Ten, debes tener mucho frío - me dice Héctor mientras me ofrece su casaca
-- Gracias - digo mientras él me ayuda a ponerme su casaca, para lo cual yo estaba delante de él, de espaldas estirando mis brazos hacia atrás para ponerme con mayor facilidad, y en eso siento sus brazos rodearme y me sorprende con un beso en la mejilla, mientras apega su rostro con el mío y me susurra al oído que está muy feliz
Estaba como en un sueño sorprendida y deslumbrada por él y no era la única, ya que muchos de mis compañeros de salón y de él se quedaron observando la escena con una cara de ellos juntos ? Cuando ? Como sucedió?, pero lo que decían o sus miradas no me importaban más.
La lluvia no pararía es más con cada minuto era más intensa,
-- Creo que mejor seguimos caminando - dije mirándolo
-- Está bien - respondió y entrelazó su mano con la mía
En cuanto hizo ello yo tuve un viaje a la luna, y mi gran sonrisa delataba la felicidad que sentía
-- Aquí tomo el autobús - dije deteniéndome
-- Me encantaría acompañarte pero quedé en ir a la oficina de mi papá - dijo entristecido mientras tenía sus manos junto con las mías
-- No te preocupes, ni tengo problemas - Respondí mientras mantenía la mega sonrisa
-- Gracias - dijo mirándome a los ojos
Me acerco más a él, ambos conectamos nuestras miradas, nuestras respiraciones estaban muy aceleradas, y por fin nuestros labios chocaron; en un principio el beso fue tímido, pero cada segundo se convertía en un beso más intenso y apasionado sentía su lengua por toda mi boca y no mentiría al decir que es uno de los mejores besos que recibiré en mi vida, después de un largo rato tuvimos que separarnos para poder respirar
Ambos nos sonreímos, me abrazó muy fuerte y estuvo acompañándome hasta que subí al autobús.
Sé que a cada momento que estoy con él digo que es como un sueño y es que no logro encontrar otra forma de explicar cómo me hace sentir y toda la felicidad que el produce en mí, siento tanta pero tanta felicidad que no cabe en mi metro sesenta y seis y mis 59 kilos. Siento tanta felicidad que puedo jurar que hasta tengo felicidad para regalar y es algo que no quiero que termine, no quiero despertar

Enredos de adolescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora