Minerva McGonagall golpeó repetidas veces la puerta de la casa sin haber usado el llamador. Eran las siete de la mañana y había recibido la carta "urgente" de Dumbledore a las once de la noche del día anterior. Mientras esperaba, observó las rosas blancas de la entrada, notando que ya estaban algo marchitas. En eso, el hombre de la barba plateada apareció a su lado:
— ¡Minerva, querida! Al fin llegas ¿cómo has pasado tus cortas vacaciones?
— Albus, por favor, déjate de bromas y dime que está ocurriendo.
El anciano la miró con diversión y la hizo pasar al interior de la mansión. Cerró la puerta tras él y dijo:
— Veras, Minerva, soy padre. — Albus sonrió.
— ¿QUÉ? — la cara de la bruja expresaba una mezcla de confusión y sorpresa— ¿Qué estás diciendo, Albus? ¿Acaso la edad ya te afec...
Y entonces, se escuchó un llanto.
Los ojos verdes de la mujer se abrieron más de lo que ya estaban, se dirigió a la habitación continua, de donde provenían los sollozos.
Observó toda la habitación decorada en rosa y llena de peluches de criaturas mágicas. Su mirada fue a parar a la cuna que se encontraba en una esquina. Caminó lentamente hacía ella, pues no estaba muy lejos. En su interior, logró ver a una niña de ojos grises y cabello negro que la miraba sonriente. La bruja se la quedó viendo un largo rato, sin darse cuenta que había sonreído a causa de la ternura que le había provocado.
— Ya, Albus ¿de quién es?
— No lo sé.
— Pues ¿quién la trajo?
— El joven Lupin vino anoche, me explicó que estaba dirigiéndose a los bosques para ya sabes qué y la encontró en un contenedor de basura. — la cara de Minerva pasó de asombro, a confusión y por último a enfado.
— ¿UN BASURAL? ¿QUIÉN SE ATREVERÍA A HACER SEMEJANTE COSA? — el hombre le sonrió a la bruja, le parecía gracioso verla tan enfadada.
— No lo sé. Lo malo es que olvidé preguntarle a Remus dónde la había encontrado. Tal vez una familia mágica viva por la zona y la haya abandonado, pero no encuentro razón para hacerlo.
— De todas formas ¿la has adoptado?
— Bueno... de hecho no pensaba hacerlo hasta hace unas horas. El muchacho me había dicho que la cuide mientras él no estaba condicionado. Pero, me he encariñado mucho con ella ¿sabes? Hasta le hice esta bonita habitación. Minerva ¿quieres un caramelo?
La mujer rodó los ojos, sonriendo, mientras decía:
— No, Albus, gracias. Entonces ¿para qué me llamaste?
— Como supondrás, no sé cuidar a una niña. Me habías mencionado que tenías sobrinos ¿verdad? Pensaba que tal vez tenías un poco de experiencia o conocimiento sobre esto...
Minerva se lo quedó mirando unos segundos, mientras pensaba.
— Supongo que al haberla encontrado, deberías llevarla al hospital para saber si está del todo sana ¿no? Después, habría que esperar a que Lupin regrese y comentarle que quieres quedártela. Recuerda, Albus, un hijo es muchísima responsabilidad. — hizo una pausa — Si al final, la adoptas, debes ir al Ministerio y registrarla como tu hija, son muchos papeles, a decir verdad... Deberás decidir su nombre y sus padrinos, ya sabes, si tú mueres, ellos se encargaran de ella, así que deben ser personas en las que confíes mucho.
Dumbledore sonrió mientras se acariciaba la espesa barba.
— Sin duda, su padrino será Remus. Con respecto a su madrina... Minerva ¿quieres serlo?
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[EN PAUSA] Lena Dumbledore y la Piedra Filosofal. (LD1)
Fanfictionn/a: Todos los personajes como Harry Potter, Albus Dumbledore, la familia Weasley, etc. y los lugares descritos en esta historia son propiedad de J.K. Rowling, así como también ciertas narraciones (las cuales han sido modificadas para que tengan sen...