Evan
Hace ya una semana que el viaje terminó.
Ayer aproveché mi aburrimiento y llamé a Shailene para poder arreglar un día para reunirnos, y acordamos encontrarnos hoy a las cuatro de la tarde en un café al que voy muchas veces. Le pasé la dirección, me despedí, y me acosté sobre mi cama pensando en el viaje. Después de la discusión con aquella chica no la volví a ver más en el hotel por más que siempre buscaba su mirada en el desayuno o en el almuerzo, en la pileta o la plaza. No estaba.
Y aunque me afecte un poco, sé que fue mejor no volver a encontrarla porque amenazaba con cambiar lo que pienso sobre mis estudios y sobre la universidad, y eso no me gustaba nada. Necesitaba relajarme, lo sé, pero para eso estaba el viaje. No iba a desperdiciar más tiempo viendo películas o cosas así. Lo mejor era prepararse para el último año de secundaria, y a lo sumo salir un poco.
Al otro día, llegué al café un rato antes de lo esperado para no hacerla esperar a ella y me senté en una mesa que daba a una plaza. Me encantaba ir a leer ahí mientras tomaba un café. Siempre había poca gente y no había ruido por lo que me era fácil concentrarme.
Luego de esperar unos quince minutos sentado en aquel lugar recibí un mensaje de Shailene que decía que estaba afuera del local: Podes entrar, ya estoy adentro. Me di vuelta en el asiento y vi como entraba la morocha por la puerta de entrada mientras me sonreía cálidamente.
— Hola Evan
— Hola Shai
Luego de saludarnos, se sentó frente mío, y mientras la mesera nos daba la carta, observó el lugar de manera muy detallada. Cuando la empleada se fue, dio un último vistazo y me miró para luego hablar.
— Está muy bonito el lugar, la vista está buena, y no hay ruido
— Me leíste la mente
Reímos y luego de charlar un rato sobre nuestras vacaciones llamamos a la mesera. Ella se pidió un batido de chocolate, y yo un café además de una porción de tarta de frutilla para compartir.
— Sinceramente, al pasar las dos semanas pensé que no me ibas a llamar
— No pude llamarte porque estaba de viaje
— Te entiendo, te entiendo, también me pasó unos veranos antes... ¿qué tal el viaje?
— Aburrido, normal
Ella rió, y yo la imité.
— Así que...¿estudias Economía?
Callé por un segundo tratando de entender a que se refería.
— No, ¿por qué?
— Oh -ella pareció sorprendida- Es que pensé eso porque el otro día habías llevado un libro de Economía
— ¿Cómo sabes eso?
Ella pareció avergonzada. Bajó la cabeza y sonriendo dijo:
— Tuve curiosidad así que le pregunté a mi amigo, que fue el que te atendió
No pude evitar sonreír. Ella pensaba en mí por lo menos un poco. Pero yo ni siquiera había salido de secundaria.
— De hecho, no voy a la universidad. Recién pasé a sexto año en secundaria
— ¿En serio? No había esperado eso, ¿ya empezaste a estudiar para la universidad?
— Sip
— Admirable
Bajé la cabeza un poco avergonzado y un poco feliz, cuando noté que ella estaba incómoda, así que decidí preguntarle.
— ¿Qué estudias?
Pareció afectada a tal pregunta pero la respondió igualmente.
— Yo...debería haber empezado la universidad hace un año pero como...
— ¿Y qué esperas?
No me di cuenta y antes de pensarlo ya había respondido secamente e interrumpiéndola. Pareció arrepentida.
— Prefiero trabajar en la librería un año más. Todavía no sé que carrera elegir, y prefiero tomarme mi tiempo con la elección
— ¿Y mientras tanto? ¿Tus padres te mantienen?
— Con la plata que gano en la librería planeo pagar un departamento pero sí, mis papás me mantienen ¿por qué?
— Se supone que hace un año ya deberías haber empezado, pero todavía no lo hiciste, empieza este año, en vez de esperar más
— Prefiero hacer la elección correcta
— Pero por favor, ¿a qué esperas?
— ¿Pero por favor qué? Yo sé cuándo tengo que hacer la elección, no tú...Tú no decides eso por mí
Me quedé callado al ver que la empleada llegaba con mi orden.
— Ya le traemos el batido
— No hay problema -le dijo Shai
— Disculpe las molestias
La empleada se fue dejándonos solos de vuelta. Tenía que admitir que había sido muy duro con la chica, pero me molestaban las personas como ellas, que decían esperar al momento correcto pero nunca hacían nada. Tenía que darle mi opinión. Antes de poder decir algo, ella me habló con un aire de enojo.
— ¿Y qué se supone que tengo que hacer? Dime
— Como yo, Shai. Estoy planeando mi futuro desde ahora, estoy estudiando. Averigua, realiza encuestas, fijate qué podes estudiar
— Si me estás diciendo esto significa que vos tenes razón y yo no
— Exacto, estoy haciendo las cosas bien
— Entonces yo las hago mal
— Podríamos decir
— Así que todos deberían ser como vos, presumiendo saber qué van a estudiar dos años antes de tener que hacer la elección. Todos deberían ser exitosos, y estudiar todo el tiempo. Todos deberían ser egocéntricos con los demás. Todos deberían hacerles sentir inferior a las personas que tienen su propia manera de hacer las cosas. Y solo por una razón: porque te crees superior porque en un futuro vas a tener más dinero y vas a viajar y comprar cosas más que los demás porque lo único que hiciste en tu vida fue estudiar, estudiar y evadir a la gente que...no es como vos, ¿cierto? Digamos, gente inferior
Me quedé helado sin poder decir nada.
— Que buen ejemplo para seguir
Agarró su bolso con fuerza y después de pararse, me miró por última vez y dijo:
— Creo que no tengo que interrumpir tu camino de éxito, me voy
Y sin más, se fue.
Y con ella.
Mi perseverancia.
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EE Film
Teen Fiction× Edith siempre ha sido una chica callada que anda por el mundo sin saber donde está parada. Con sus 17 años, en vez de preocuparse por su promedio y su entrada a la universidad, pasa el día controlando que ninguna de sus películas esté rallada. Tod...