~Alone~[Re-editada]

Ella era hermosa.

Libros, -Internet, -Información.

Por suerte no hubo mas apariciones. Estaba todo mas tranquilo.

O eso creía.

-Adiós, Victoria, cuídate mucho.- Dijo Jazz Saliendo por la puerta principal.

-Adiós Jazz.- Sonreí.

Me dispuse a leer unos libros que había traido Jazz.

En total había 15; 10 ya leídos y 5 los que me quedaban por leer.

Abrí el primer libro Misterios de la Demonología.

-Los fantasmas... Nop.

-Apariciones... Quizás.

-Invasión mental... ¡Bingo!

-Posiciones.

Los fenómenos del mundo pueden estar en millones de maneras, una de ellas, y la segunda mas peligrosa es la Invasión Mental.

Puede presentarse por causa de un "Ente Maligno" su propósito es meterse en tu cabeza hasta volverte loco.

En algunos casos puede hacerse pasar por trastornos mentales, y obligar a la victima hacer cosas que no quiere.

Pasa en uno de cada quinientos casos, porque generalmente el ente necesita algo de la victima y por esta cuestión se apodera de el.

                           >>Confidencial, para mas información consultar con el escritor<<

Fuck.

Voltee el libro allí decía John Greegan.

Y había un numero de teléfono.

Si conseguía que este tipo me ayude, mas la ayuda de Cecilia y la sabiduría de Jazz, quizás lograríamos algo.

Bien, es ahora o nunca.

Un pitido...

Dos pitidos...

Tres pitidos...

Cuatro pitidos...

-Hola?- Habló una voz varonil al otro lado.

-John Greegan?-Pregunte, intentando que mi voz no suene desesperada.

-Si, habla el mismo, necesitas algo?

-Tengo un gran problema, Doctor.-Mi voz se quebró

-Hey, tranquila. ¿Puedes ir al cafe Whreetom? Allí hablaremos.- Bien, Victoria.

-Si. Claro, ¿A que hora?

-En una hora.¿ Como es tu nombre?

-Victoria, Victoria Hamilton.- Respondí.

-Bien, Victoria, te veo en una hora.-Colgó

-Victoria- Un susurro- Virginia.

Sentí una respiración en mi nuca y gire sobre mi eje. 

No debería haberlo hecho.

Ahí estaba la sombra, ahora parecía un hombre. Se notaban sus ojos violetas,  su sonrisa psicópata y un brillante cuchillo en su mano.

Grité.

-Gritar no va a servirte de nada, Virginia - Carcajeó. Diabólico, esa era la palabra que lo describía.

-Quien eres?.- Tartamudee.

-Tu peor pesadilla.- Sin darme cuenta estaba llorando y temblando.

-Derek?

-El mismo, aunque también tengo otros nombres.... William, Mattew, Philip, Justin, Jason. En fin, soy quien quiero ser.

-¿Que quieres?- Bien, Victoria, hablaste normal.

-A ti. Pero primero deja que te cuente una historia.

Todo empezó un 7 de Agosto de 1730, tenía una novia. Ella era realmente hermosa, tenía ojos verdes brillantes y su pelo color chocolate caía hasta su cintura. Acababa de cumplir diecisiete, yo tenía dieciocho. Amaba a Virginia, pero ella era una puta. Ese día desperté y corrí a buscar flores, fui a su casa, caminé cuadras y cuadras, después de un año de relación les diríamos a todos que pensábamos casarnos.-Se rió negando- me la encontré de puta con un niñito del pueblo. ¿Quieres saber lo que hice con el? - Rió- Lo até en un árbol, despellejé sus piernas, dibujé hermosos tajos en su pecho y corte sus testículos.- Iug.

-Y con ella- Continuo- La hice mía y luego la prendí fuego. Sus ojos verdes suplicaban piedad.. En los siguientes 10 años murieron 1.000 chicas morenas de ojos verdes. ¿Y sabes quien las mato? ¡Yo! ¿Y sabes porque? Simplemente me hacían acordar a ella. Luego de matar a mis dos hermanas y mi madre me suicide. El me hizo su hijo, y me dio el poder para atormentar a las perras morenas y matarlas. Tal y como lo voy a hacer contigo, puta.- Me estremecí.

-Vas a matarme?- Pregunte temblando.

-Aun no, Virginia. Pero voy a dejarte un regalo de mi parte- Se acercó hasta arrinconarme a la pared, tomo el cuchillo y rasgó mi brazo derecho haciendo que este sangre.

-Adiós, Virginia, nos vemos pronto.- Desapareció.

Corrí temblorosa hasta la cocina y vende mi brazo, que dolía como las mil mierdas.

- ¡Mi nombre es Victoria!- Grité cuando el ya había desaparecido.

<<Grave error>>

Algo me empujó hacia atrás, y caí  sobre la mesa ratona, rompiéndola.

Sentí que mi espalda tenía rasguños, pero salí corriendo de mi casa.

No podía dejar de llorar.

Ahora debía enfrentarme a John.

Y sobre todo a Derek.

<<Cuidate, Virginia>>