Cordiales extraños

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Llegué a la casa y Juan estaba dormido, o eso pensé; caminé directamente al baño, abrí la regadera y me quité la ropa, me metí sin fijarme que tan caliente o fría estaba el agua y me quedé ahí, mojándome completamente, dejándo que mi cabello se humedeciera y con la esperanza de que el agua se llevara lo pasado, "soy la peor persona del mundo", me repetía una y otra vez en mis adentros.

Me enjaboné el cabello, tratando de despejar mis ideas y dirigir mis pensamientos a otro lado; cuando salí de la regadera encontré a Juan recargado en el marco de la puerta del baño, con los brazos cruzados.

Dios, era una escena hermosa, tenerlo frente a mí, con el torso desnudo, el pantalón de pijama y el ceño fruncido.

Y no sentí nada.

-¿Todo bien? –me preguntó sin cambiar la expresión.

-Sí, estoy engentada.

-¿Segura?

-Sí –caminé al lavabo, cogí el cepillo de dientes para ponerle pasta e intenté ser indiferente, pero sentía su mirada, me amenazaba.

-No es normal que estés así –me abrazó con cautela por la espalda y besó mi hombro.

-Estoy bien. –Nos quedamos en silencio, y no pude más.

-Perdón –susurré, y mi novio liberó una tristeza que se me impregnó en el alma.

-Ya lo veía venir.

-No –me liberé de sus brazos y lo enfrenté, mirándolo confusa –no sé qué pasó, pero fue diferente, no quiero lastimar a nadie... Te amo... Estoy borracha –miré al piso.

-Estas perfecta.

-No es correcto.

-Tranquila, en la mañana hablamos –y se fue.

Hay algo peor que tener una pelea con tu novio, y es el hecho de que tu novio haga como si no fuera importante una infidelidad y se vaya a dormir tranquilo, porque entonces te sientes más culpable de las cosas, te sientes la villana de una película, a la que nadie quiere por no tener consideración con el noble corazón de quien le rodea.

No dormí a su lado, no podía compartir la cama con tanta tranquilidad, yo sé que sólo fue un beso, pero tengo dignidad y respeto ante los demás, eso no era correcto.

...

Desperté –literalmente, lo único que hice fue dormitar –en el sillón con una cobija sobre mí, Juan se estaba preparando el desayuno, me dirigí a la cocina porque necesitaba mucho saber de qué humor estaba.

-¿Ya no estás borracha? –me dijo de golpe.

-No.

-Entonces te enredaste con ese tipo –afirmó.

-No me enredé con él, solo me besó.

-¿Te besó?

-Estas enojado, y lo entiendo.

-Entiende esto; me traicionaste con él, te pedí que no lo hicieras y me traicionaste. No puedo seguir contigo sabiendo eso, no quiero pelear, sólo quiero irme.

-Me encanta que evadas los problemas –me burlé.

-¿Y qué quieres? ¿qué nos matemos? –alzó la voz.

-¡No! Pero tampoco quiero que actúes como un mártir, me equivoqué y estoy aceptando mis errores, pero tú lo único que haces es huir de los tuyos como si así fueran a desaparecer –comencé a alzar la voz, estaba desesperada por decir mil cosas -¡Me encantaría que por una vez en la vida se tratara de nosotros! Que no dependiera de ti y tus prioridades.

-¿Qué tienen que ver mis prioridades con que me engañes?

-¡Nada! Sólo estoy tratando de decirte que ya me cansé.

-Yo estoy cansado de esperar a que te decidas a estar conmigo, bien.

-Perdón, pero he sacrificado mil cosas para estar contigo, no tienes derecho a decirme eso.

-¡Gracias por cambiarte de casa! Me hiciste un honor.

-¡Y España! La loca de tu ex, mi antiguo trabajo, mi familia, mis amigos, mi vida... Puedo seguir, ¿De qué sirve?

-Yo he puesto todo de mi parte.

-No Juan, tú no entiendes nada –intenté no llorar –tú no tienes que estar bajo mi sobra, soportando que la mitad de la gente piense que me gano las cosas por ser tu novia, y la otra mitad crea que soy una arribista que se aprovecha de tu fama.

No tienes que soportar a personas que ni siquiera conoces diciendo que te odian por estar contigo, no dejaste a tu mamá con un coraje tan grande ni te dejó de hablar, nunca haz tenido que sentarte a decirte a ti mismo que está bien lo que haz hecho, porque es tu felicidad.

Ni siquiera tienes que aguantar a quien sea que se le ocurra decirte "eres muy afortunada, no la cagues". Estoy cansada de ser "la novia de...", ya no sé si es lo que quiero.

-Siempre te he dado tu lugar, te defiendo, reconozco tus méritos... -se pasó las manos por la cabeza, frustrado -¿Estás terminando conmigo?

-Necesito pensar.

-¿O necesitas ver hasta donde puedes llegar con Rodrigo?

-Ten cuidado con lo que dices.

-Es lo que pienso.

-¡Bien! Si quieres pensar eso, házlo, -me acerqué a él –¿quieres ayuda? Lo besé... Y me encantó hacerlo.

Mi novio inhaló profundamente... Y se fue.

Decidí pasar el fin de semana en casa de mi mamá, para limar asperezas con ella, mi hermana tenía razón, era mi culpa que estuviera algo sentida conmigo, yo fui la que evadió cualquier tipo de plática con ella cuando decidí mudarme con Juan.

El sábado de mi madre y estaba reservado, y el domingo... No me molesté, quizá lo único que quería era estar sola, antes de irse me pidió que limpiara la que fue mi recámara y sacara lo que ya no quería, mi hermana saldría con su novio misterioso y eso me dejaba en completa soledad en casa.

Mi teléfono había estado sonando entre Rodrigo y mi jefe, trabajo y más trabajo, cuando yo solo esperaba que una persona me marcara, la misma que nunca lo iba a hacer.

Estando ya en mi habitación, comencé a remover cosas del librero/escritorio/mesadetrabajo que tenía, comencé a sacar los libros de la Universidad, aquellos que sólo me sirvieron para gastar dinero en valde, porque en el colegio nunca hice uso de ellos.

Una hoja se resbaló y cayó al piso, en cuanto dejé los libros dentro de la caja que puse en mi cama la levanté, desdoblé y comencé a leerla, era una carta.

"Soy Ana Paula, tengo 17 años y es probable que lea esto cuando mi mamá me pida deshacerme de todo lo que ya no quiero –en esta parte me reí –en realidad esta es mi forma de perder el tiempo, son vacaciones y me aburre mucho no tener nada que hacer.

Soy fan de Juan Solo, es un cantautor poblano, Dios... Es tan guapo, y hay algo en el, en sus ojos, algo que no puedo dejar de mirar, más de una vez he soñado poder estar cerca de Juan, eso no me hace perder el piso, soy una fan mas en este mundo, un decimal en el infinito que conforma al comando Solo, eso nunca va a pasar.

A pesar de esto, tuve un sueño extraño, estábamos en una fiesta y él iba conmigo, se enfurecia al verme con Mario, no tengo claro que pasó luego, pero al final del sueño me besó, y fue tan real... Creo que estoy enloqueciendo, tengo que dejar de ver películas de amor.

Ahora que escribo esto, a mi yo de quién sabe cuantos años quiero decirle una cosa: POR NADA DEL MUNDO DEBES DE DEJAR A JUAN, PORQUE EL LE DA COLOR A ESE MOMENTO DEL DÍA, EN EL QUE LA REALIDAD ES DEMASIADO ABSURDA COMO PARA SEGUIRLA SOPORTANDO."

Cuando terminé de leer la carta, no tuve palabras para describir lo que sentía, quizá la vida me quizo prevenir, ella ya sabía que mi destino estaba en él, y ahora me encontraba dudando de si debía seguir con Juan o dejarnos, arriesgarse o seguir, vivir o morir.

CONTIGO PUEDO SER [Juan Solo Fanfiction] - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora