Silencios

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La semana estaba pasando lentamente, apenas era miércoles y yo estaba mucho más cansada de lo habitual, estaba segura de que mi agotamiento no era físico, sino mental. Caminaba a la salida de la cafetería con mi capuccino en mano, decidida a caminar por la plaza en busca de la compra innecesaria ideal, al salir alguien me topó por sorpresa.

-Hola nena –me susurró Rodrigo al oído, y casi tiro mi café.

-¿Me estás espiando? –de repente, yo estaba de malas.

-Claro, eres mi chica.

-No soy nada tuyo.

-¿Estás de malas? Porque conozco algunas soluciones para eso –intentó abrazarme, me lo quité de encima.

-Yo también –me acerqué a él y lo miré fijamente –déjame en paz.

-Ven acá –me jaló para intentar besarme de nuevo, me volví a quitar.

-Eres de esos hombres que no aceptan un no por respuesta.

-Te mueres de ganas por estar conmigo –me respodió altanero.

-¡Uy sí! No tienes idea, no duermo por pensar en ese momento. –Me burlé.

-Vas a caer, aquí te voy a esperar.

-Te recomiendo que te sientes, porque la espera va a ser larga.

Hice el movimiento correspondiente para comenzar a caminar, al igual que Rodrigo, cuando unas niñas se emocionaron y se dirigieron a nosotros, él cambió su pose al modo "galán de telenovela" y sacó la sonrisa más falsa que se guardaba.

-¡Ana Pau! –dijo una de las chicas con emoción –no lo puedo creer.

-Hola.

-¿Podemos tomarnos una foto contigo? –le siguió la otra.

-Claro que sí –les respondí, dar fotos no era algo que me gustara, o emocionara, pero tampoco tenía problemas en hacerlo, después de todo venía con el paquete de ser la novia de Juan, actriz de cinco minutos, y anexos.

-Oye, ¿nos puedes tomar la foto?

-Sí –respondió Rodrigo enojado.

Después de tomar la foto platiqué un par de minutos con las niñas, y se despidieron; ahora era mi turno para burlarme de él y hacerlo enfurecer.

-Tranquilo, un día vas a ser famoso como yo y te van a pedir fotos.

-No es divertido, escuinclas tontas.

-Yo creo que son muy inteligentes, al no fijarse en tipos como tú.

-Eres una mujer insoportable –me miró exagerando su desprecio –te haces la difícil.

-Perdón por ser más famosa que tú y darte en el orgullo, neta perdón.

-¿Sabes qué? Me voy, no me extrañes nena.

-Adiós desconocido –hice enfásis en la segunda palabra.

Si Rodrigo quería jugar a ser maldito, yo podía serlo tres veces, después de todo el tenía la culpa de que mi relación empeorara. Saqué el móvil y marqué el número de mi hermana, tenía ganas de platicar con alguien que se burlara de mi vida y al mismo tiempo me diera un consejo, ella era la indicada.

Sonó una. Dos. Tres veces. Mi hermana no respondió.

Marqué una vez más y ocurrió lo mismo, por mi mente pasó la idea de llamar a mi mamá y preguntarle, pero era más que obvio que estaba muy ocupada trabajando, como siempre.

Decidí ver una película en el cine –sí, soy de las que entran a la sala sin compañía y no se siente rara –compré mi boleto para la función de una comedia romántica, para ser sincera no me gustaban este tipo de historias desde hace un par de años, me volví adicta a las películas de acción, pero necesitaba ser ilusa por un rato, algo que solo ese tipo de películas me podrían provocar.

La película narraba la hisotira de una chica que es atropellada por un hombre mayor que ella, y se enamoran. Durante los 120 minutos que duró, ella se encargó de enamorarlo de mil maneras diferentes, a pesar de que era mayor, y que tenía detrás de él a una ex novia que le rompió las ilusiones, ella se empeñó en quedarse a su lado.

"Cuando alguien se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves."

Escuchar esa frase me hizo reflexionar, ¿estaba intentando detener a Juan o no? Estaba segura de que tenía miedo de tomar decisiones tan importantes como casarme o no, pero ¿quería dejar a mi novio? ¿Realmente quería dejar de un lado todo lo que sentía con él?

Es verdad que no sentí nada la última vez, pero es porque tenía más culpa que otra cosa, sabía perfectamente que el engaño era una de las cosas que más lastimaban su corazón, y aún así me atreví a aceptar que me había gustado besar a otro hombre que no fuera él, claro que me llegó eso que llaman karma instantáneo y ahora tenía que soportar a ese otro hombre.

Sentí la necesidad de verlo, una parte de mí no quería dejarlo ir nunca.

La otra, simplemente no sabía qué es lo que quería.

Tomé mi celular y comencé a escribir.

"Yo: hola.

Jn: hola Pau!!

Yo: tienes plan?

Jn: sí claro, tengo una cita con mi cama.

Yo: tú y yo tenemos un final de temporada pendiente.

Pizza, netflix, no lo pienses.

Jn: te cambio la pizza por tacos, y quizá cerremos el trato.

Yo: está bien, pero cómpralos en tu lugar especial.

Jn: ha tomado usted la mejor decisión, tenemos una cita."

Le sonreí al teléfono como hace mucho no lo hacía, ahora sólo me quedaba rezar para que no termináramos peleando por cualquier cosa... Y para que el final de la serie no fuera una porquería.

CONTIGO PUEDO SER [Juan Solo Fanfiction] - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora