Capitulo 3 corriendo a la orilla del acantilado

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Tal y como la señorita Pony y la hermana María sospechaban, Candy no contaba en sus cartas ni la mitad de todos los horrores que estaba presenciando.

La guerra en Francia había sido desde el principio una lucha de trincheras. Desde el Sur hasta el Norte del país se habían construido trincheras a lo largo de las fronteras con Luxemburgo, Bélgica y Austria. Tanto Alemania como Francia había luchado ferozmente durante años, la primera intentando ocupar el territorio enemigo, y la última defendiendo sus tierras. A pesar de las sangrientas batallas en las cuales miles y miles de hombres habían perdido la vida, para 1917 no se habían logrado muchos avances. Ambas partes, los Aliados y la Triple Entente habían mantenido más o menos las mismas posiciones por largo tiempo y las hostilidades no habían cesado desde 1914. Toda esa gran área era conocida como el Frente Occidental, uno de los escenarios más horrendos de la Primera Guerra Mundial.

Los alemanes habían ocupado Bélgica sin ninguna dificultad durante el primer año de la guerra. Desde esa plaza habían tratado de invadir Francia y tomar así control del Mar del Norte. Un punto muy estratégico para una futura invasión al Reino Unido, el más poderoso enemigo que los alemanes tuvieron antes de que los Estados Unidos entraran en la guerra. La región deFlandes, una amplia área entre Francia y Bélgica, había sido prácticamente devastada en ese intento invasor. Cuando Candy llegó a París hacia fines del mes de mayo de 1917 una gran campaña estaba a punto de comenzar en Flandes, una vez más.

La plaza en disputa era una ciudad belga de cierta importancia llamada Ypres. De hecho, el

lugar había sido ya peleado en dos otras ocasiones pero los resultados habían sido desastrosos para la causa Aliada. En junio, los primeros ataques de las fuerzas británicas tuvieron éxito al ganar Messines, una población clave cerca de Ypres. Entonces los Aliados empezaron un ataque masivo en la zona. A pesar del optimismo generalizado la batalla resultó extremadamente larga y se convirtió en una verdadera tragedia que duró meses.

Se enviaba personal médico desde París y otras grandes ciudades francesas a los hospitales

ambulantes en los campos de batalla del Norte, con el fin de cuidar de miles y miles de heridos en el frente. El dramático procedimiento era más o menos como sigue: las ambulancias y los equipos de primeros auxilios levantaban a los heridos de entre los muertos cuando cesaba el fuego; después se les enviaba a la retaguardia en trenes especialmente acondicionados, hacia verdaderos hospitales en donde los heridos podían recibir completa atención médica. Muchas veces el transporte tomaba días enteros, mientras tanto la gente de los hospitales ambulantes, el cual podía ser una simple tienda o un lugar improvisado en las ruinas de un edificio devastado, tenía que hacerse cargo de los heridos e inclusive realizar cirugía con escasos recursos. Mucha gente moría antes de poder recibir cualquier tipo de atención médica efectiva.

Como Flammy Hamilton había estado en Francia desde el primer año de la guerra, era ya una

enfermera militar experimentada. Flammy había trabajado en algunas de las grandes batallas

del Frente Occidental, incluyendo Verdun y la primera batalla del Marne. Recientemente había sido promovida al puesto de jefa de enfermeras del hospital Saint Jacques, pero en aquellos días de angustia nadie estaba totalmente a salvo de ser enviado a los hospitales ambulantes cuando la situación lo requería. Había escasez de ayuda médica y cualquier mano lista para coopera era siempre bienvenida.

Desde su llegada al hospital, los superiores de Candy se habían dado cuenta de que la muchacha contaba con la fortaleza y coraje necesarios para ser una excelente enfermera en el campo de batalla. Pero dos cosas la mantuvieron alejada de esa responsabilidad. La primera fue una fuerte oposición por parte de Flammy, quien no creía que Candy fuera apropiada para ese tipo de trabajo, y la segunda era una carta que había recibido el director del Hospital, Mayor André Legarde. En dicha misiva era especialmente recomendado por alguien de suma importancia que la Srita. Andley fuese excluída de cualquier expedición en el frente.

Candy Candy [Reencuentro en el Vortice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora