Capitulo 13 la alondra y el ruiseñor

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Candy se sentó en la cama rozando sus labios con la carta que había leído por la centésima vez aquella noche. Cerró sus ojos mientras sus sentimientos sitiaban su alma fatigada. Extrañamente, todos los temores, preocupaciones y resentimientos que la habían atormentado durante los días anteriores habían sido relegados a segundo término. Repentinamente, la única cosa que importaba para ella era la certeza de que Terrence estaba a punto de dejar París para enfrentar la muerte en el Frente Occidental . . .

Pasado mañana . . . .- pensaba ella mientras las manos le temblaban – ¡Estarás lejos pasado mañana! En sólo dos días te encontrarás enterrado en una de esas trincheras terriblemente oscuras esperando tu turno para ser enviado de nuevo a la línea de fuego.

Candy no podía evitar las siniestras imágenes y aterradores estruendos que invadían su mente mientras las lágrimas comenzaban a bañar su rostro. Recordó su propia experiencia la noche en que muriera el Dr. Duvall, el sonido de las detonaciones, los gritos de los heridos y la angustiosa visión del cuerpo sangrante de Terri la noche en que había llegado al hospital.

¡Dios todopoderoso! Ya sabía que esto pasaría . . .pero en el fondo de mi alma esperaba que . . . te rogué Señor. . . . tantas veces para que el final de esta guerra llegara antes . . . . para que él no fuese enviado de nuevo a ese infierno . . . Y ahora . . .- continuó ella entre sollozos – y ahora él va a regresar al Frente . . ¿ Cómo voy a vivir ahora sabiendo que él, que es mi misma alma, está arriesgando su preciosa vida otra vez?

La joven desdobló el papel una vez más y releyó las últimas líneas . . .

". . . por favor querida Candy, encuéntrame mañana al medio día, en el Jardín de Luxemburgo, estaré esperando por ti alrededor de la fuente central, frente al Palacio"

¡Él me quiere ver!- se repetía ella con aire emocionado – Terri quiere verme antes de partir . . . Pero, ¿Qué debo decir cuando lo tenga enfrente? ¿Qué puedo decir después de las cosas que pasaron entre nosotros la otra noche?

París está dividido por un río, el Sena, el cual ha sido la frontera natural entre dos diferentes áreas, los dos rostros de París. El mundo de los negocios y la vida nocturna está en la ribera derecha o "rive droite", mientras que la ribera izquierda es tradicionalmente conocida como el Barrio Latino o "Quartier Latin", el hogar de la Sorbona, los artistas y los intelectuales. Estudiantes, soñadores, Chopin y Liszt, Baudelaire y Picasso son algunos de los personajes que han poblado la "rive gauche", cada uno en su momento histórico correspondiente. Una perla en el corazón de esta versión parisina de la Academia Platónica, es el Palacio de Luxemburgo, bello y lujoso edificio rodeado de un enorme jardín que ha sido testigo de cuatro siglos de historia francesa.

El Jardín de Luxemburgo fue construido por María de Médicis al principio del siglo XVII. Es una enorme extensión de 224.500 metros cuadrados alrededor del palacio. Originalmente cubría un área todavía mayor, pero a través de los años ha sufrido un cierto número de amputaciones. A pesar de estos cambios, el jardín no ha disminuido su belleza. Luxemburgo fue abierto al público por primera vez por el Príncipe Gaston d'Orleans, durante el siglo XVIII. Aunque después de esa fecha han habido ciertos periodos en los cuales las puertas del jardín han sido cerradas a los visitantes regulares, éste es hoy en día y desde el siglo XIX, uno de los atractivos turísticos más importantes de la capital francesa, elegante parque de juegos para muchos niños, sitio de encuentro de los enamorados, usual paseo para los estudiantes universitarios y escenario de la más grande novela de Víctor Hugo.

A la derecha, el Boulevard Saint Michelle, al la izquierda la calle Guynemer, por detrás la calle Vaugirard y justo al frente la calle Auguste Compte. La Sorbona se encuentra a tan sólo una cuadra. Esa es la ubicación de ese sitio histórico ornamentado por la más grande fuente poligonal en la cual los pequeños visitantes tradicionalmente se divierten jugando con veleros de juguete. Hermosas veredas rodeadas de árboles y delicadas estatuas, callados y refrescantes rincones donde la gente puede sentarse sobre un barandal renacentista, o en una banca solitaria, o en el brocal de una fuente; eso y más es el Jardín de Luxemburgo.

Candy Candy [Reencuentro en el Vortice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora