Amar hasta morir -Harry Styles. (EDITANDO)

Cita con el destino.

-Te extraño. – Me dijo casi derritiéndome en frente del celular.

-¿Dónde vamos? – Me hice la difícil.

-Donde tú quieras, pequeña. – Dijo desafiándome.

-Acuérdate no nos puede ver nadie. – Dije.

-Tranquila, tengo todo bajo control, ¿Eso es un sí? – Preguntó.

- No lo sé… tú dime.-  Respondí.

-Claro que sí, pequeña.

-No me has dejado comer, me desnutriré. – Dije haciéndome la triste.

-Hoy te llevaré a comer, ponte linda. – Dijo.

- ¿Linda, por parte tierna o linda, por parte sexy? – Pregunté.

-Las dos cosas, nos vemos a las 7, chaoo… - Su voz se alejó y se cortó la llamada.

Siempre era así, en su trabajo no lo dejan hablar más de 10 minutos pero él hace el intento de hablar conmigo por más tiempo.

Dejé mi celular a un lado, acabé el almuerzo, apagué la televisión y me dirigí a la cocina dejando ahí los platos, para lavarlos después.

Fui a mi habitación para arrecostarme  en la cama, hoy no cocinaría, gracias a Dios, no me imagino yo cocinando unas pastas, en seguida me imagino un casa quemada… Hoy saldría con él, hace mucho tiempo que no he tenido una cita con él, espero que no haya cambiado de como era antes.

Saqué la ropa del armario después de horas en escogencias. Me metí a bañarme, demoré como 20 minutos más o menos, en cambiarme, unos 10 y maquillarme como 2 minutos. No me esforzaba en estar en estar muy pintada en la cara, siempre he sido así y así seré siempre.

Mi celular sonó, salté a mi cama para cogerlo.

Contesté.

-¿Hola?

-Ya estoy fuera. – Colgó.

Cuidadosamente, cogí mi celular y la cartera de sobre para luego guardarlo en ella y bajar apresuradamente las escaleras, abrí la puerta y subí a su Audi negro.

-¿Estás lista? – Preguntó.

-Sí. – Suspiré. - ¿A dónde vamos? – Voltee a verlo.

- Lo verás cuando llegues. – Sonrió.

Me dio un poco de escalofrío su expresión.

-Asegurado y alejado para que nadie nos vea.

“¿No va a haber nadie? ¿A qué se refiere con eso? – Pensé.

Al menos que haya una cantidad razonable de gente, pero… ¿Qué no haya nadie? ¿Dónde será ese lugar?

-¿Cómo así que no va haber nadie? ¿Dónde me vas a llevar? – Pregunté.

-No es nada malo.- Dijo.

-¿Dónde es? – Me acerqué a él con sensualidad. – Me podrías decir, ¿sí? – Pregunté en su oído suavemente.

-N…no, estoy manejando, no me distraigas. – Dijo serio.