15 de Junio
Estuve una semana completa encerrada en mi cuarto o en las bibliotecas de la academia y la mansión Mukami. En la academia, como dije anteriormente, no encontré ninguna leyenda diferente a la más popular, sin embargo en la biblioteca de la mansión logré encontrar un pequeño libro donde se explica vagamente el origen de los vampiros.
Al releer aquella cita sobre Adán y Eva, me di cuenta que ambos fueron despojados de su inmortalidad y juventud, sin embargo... cómo es posible que sus hijos adquirieran tal poder si ellos carecían de ello. Seguí leyendo, pero la duda seguía sin ser respondida. Tampoco me servía meditar sobre ello porque cualquiera que fuera mi teoría sonaba del todo alocada e inútil. No le daban el mínimo sentido racional a la situación.
Me habría gustado discutir con "Esa persona" sobre mis hallazgo, pero no le encontraba en ninguna parte, da igual donde, tampoco nadie sabía nada de él. Mucho menos era capaz de contactar con él, ya fuera por otras personas o por algún número telefónico.
Como ya he dicho, apenas salía de mi habitación, ya fuera para comer o cualquier otra cosa. Tampoco me molestaban mientras hacía mis estudios, algo que me resultaba cada vez más extraño. Desde que llegue a la casa, ninguno de los Mukami me ha puesto los colmillos encima. Sí, sé que eso es algo bueno, pero... también me hacían sentir menospreciada. ¿De verdad no soy importante? Sólo me usaran para saber el secreto, y luego, ¿qué? ¿Me echaran a la calle, me usaran como banco de sangre ...? ¿Me matarán? No puedo evitar preguntarme qué harán conmigo tras decirles el secreto.
Por primera vez, desde hace mucho tiempo, uno de los vampiros irrumpió en mi habitación, apareciendo de la nada.
- Eva... es hora... de cenar... – habló Azusa, muy relajado.
- En seguida bajo... - respondí seca – Y... te agradecería que no me llamaras Eva, no soy vuestra "chica milagro"– me levanté de la silla del escritorio – Mi nombre es Lisbet – le dije a la vez que me giraba y le lanzaba una dura mirada.
Azusa siquiera reaccionó y salió de la habitación ignorando mi comentario.
Salí de la habitación, cerrando las puerta. Le seguí por las escaleras hasta llegar al comedor.
Al entrar, observé a Kou intentando coger la comida de plato ajeno, Yuma le regañaba, y Ruki, sin molestarse por el escándalo, disfrutaba de su cena. Parece ser algo común en esta casa.
- ¿Entonces, has descubierto algo nuevo? – me preguntó Ruki mientras intentaba acomodarme en la silla.
- Es de mala educación hablar mientras se está en la mesa – dije, y entonces me comí un trozo de carne.
Todos, menos Azusa, quien estaba distraído jugando con su comida, se quedaron mirándome.
- Por lo visto, Reiji te tenía la correa bien corta – dijo Yuma a mi lado.
Dejé el tenedor al lado del plato, y empujé este último hacia el centro de la mesa.
Estoy muy harta de todo este asunto de la "Manzana de Adán", aunque me da mucha más rabia ese tipo de comentarios. Hubiera preferido seguir en la calle, muriéndome de hambre, que estar aquí.
- Debo seguir con mis investigaciones – me levanté de la mesa y caminé hacia la puerta.
- Siéntate – habló Ruki cortante.
Su voz sonó penetrando en mi interior, sonó con la misma autoritaria que Reiji. Sentí temblar mi cuerpo cuando solté el pomo de la puerta para regresar a mi asiento. Estaba asustada. Sobre todo después de haber sobrevivido a las torturas de Reiji por mi "falta de modales".
- Come – volvió a hablar.
Cogí el tenedor. Mis manos temblaban, cosa que me hacía ponerme más nerviosa incluso. Comencé a picar los trozos de carne para metérmelos en la boca, y una vez acabé, pedí permiso a Ruki para irme.
Volví al cuarto y me tumbé en la cama. Al rato de estar tumbada, tapando mis ojos humedecidos, apareció Ruki, quien hablaba algo alejado de mi posición.
- Sabes cuál es tu cometido. Juegas tu vida en esto - escuchaba sus pasos acercarse - Eres consciente de todo ello, sin embargo... no vuelvas a cuestionar nuestra paciencia. Recuerda que solo eres ganado. Y tu existencia prescindible.
Sonreí amargamente a su comentario. Sabía todo eso sin la necesidad de decírmelo, pero su afirmación me destrozó.
- ¿Por qué esperar? De todos modos acabaréis matándome, ¿me equivoco? – lancé una sonora y breve risa.
Ruki quedó en silencio, respondiendo así mi pregunta.
- No he descubierto nada relevante, ni creo poder hacerlo, así que acaba con mi vida ahora y ahórrate otro fracaso – le dije entre lágrimas, las cuales intentaba ocultar con mis brazos – Sólo "Él" lo sabe, y seguro sepultará ese secreto con su cadáver.
Ruki llevó mis brazos por encima de mi cabeza, dejando al descubierto mi rostro lloroso. Su respiración chocaba con mi cara. Lentamente se deslizaba por mi cuello hasta mi pecho. La sensación de la envoltura de su aliento en mi piel me estremecía. Su boca se abría a medida que se acercaba a mi cuello. Emití un ligero sonido de dolor chasqueando mi lengua, al sentir el pinchazo de sus colmillos en mi carne. Estaba inmovilizada por su cuerpo y el dolor era insoportable.
Al fin, después de absorber toda la sangre que pudo, se apartó.
- Por favor... mátame... - pedía mientras sollozaba – No quiero seguir con esto.
De nuevo, Ruki, clavó sus colmillos en mi cuerpo, concretamente, un poco por encima de la clavícula. Esta vez no dolió tanto, casi parecía estar mordiéndome con cuidado, o tal vez he comenzado a acostumbrándome.
- No te preocupes. Cuanto antes averigües el secreto, antes calmarás tu conciencia intranquila - dijo sonriendo y mordiéndome por última vez.
***
(¿Recuerdas que te dije que los Sakamaki eran peores que los Mukami? Pues estoy dudando de esa afirmación.)
(Ruki, me recuerda un poco a Reiji. Ambos son tranquilos, manipuladores, y al mismo tiempo, muy agresivos, sádicos... me dan miedo, y tampoco puedo confiar en ellos.)
(Quiero irme de aquí lo antes posible, puedo vivir de nuevo en la calle, o incluso volver a uno de esos mugrientos orfanatos. Si es necesario, me suicidaré para huir de todo esto.)
(Ahora mismo, te pido: Por favor, escríbe argumentos convincentes para seguir teniendo ganas de vivir.)
HyLIHH5
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Bite My Freedom (Fanfic Diabolik Lovers)
FanficKarlheinz (Tougo Sakamaki), decide recoger a una chica perdida en las calles de Tokyo. Ella ayudara a los Mukami a descubrir el secreto de la "Manzana de Adán", y tendrá que sobrevivir en el proceso. Una huérfana como ella ya ha pasado por gran cant...