14. Heridas, peleas y muerte

59 10 4
                                    

15 de Julio

Tan sólo han pasado tres días.

Estuve en mi cuarto a oscuras bajo las mantas queriendo ocultarme de todos los presentes; poco a poco comencé a salir de la habitación vigilando que nadie estuviera en la casa, pues quería evitarlos a toda costa.

Ayer apenas había vampiros acechando entre las sobras, la gran mayoría fueron a la playa junto a Yui y no regresaron hasta que el sol se apagó sumergiéndose en el océano; para entonces ya había vuelto a encerrarme en la habitación.

Los pocos que se encontraban en la mansión fueron Shu, Subaru y Azusa. Solo permanecieron "vigilándome" los peor indicados para esta misma tarea; Shu no hacía mayor esfuerzo que buscar un lugar cómodo para dormir, en el caso de Subaru... era imposible no notar su presencia en la casa debido a los ligeros temblores que provocaban sus golpes y los gritos de ira que en algún momento se escuchaban retumbar entre pared y pared, por otro lado Azusa andaba sigiloso por la cocina buscando algo afilado para rasgar su piel.

Cuando al fin encontró un cuchillo lo suficientemente afilado para deslizarlo por cualquier parte de su cuerpo, me acerqué a él acariciando su brazo suavemente sin asustarlo hasta llegar a su mano y arrebatarle el cuchillo que sostenía.

- Hay formas mejores de sentir algo.

- Para mi... esta es... la mejor... de todas....

Quiso recuperar el cuchillo, pero no le dejé.

- Yo lo haré por ti. Te resulta más satisfactorio cuando otra persona lo hace, ¿cierto?

Sujeté el cuchillo más firmemente pero las manos me temblaban, tenía miedo de hacerle daño, de herirle gravemente, de... disfrutar haciéndole todo eso.

Él deslizó sus dedos sobre mi mano y en el momento en que nuestros ojos se encontraron dejé de temblar. Corté la palma de su mano, me sentí culpable, y quise compensarle con algo de cariño besando la herida que acababa de hacerle. Mis labios se mancharon de su sangre. Succioné mi labio inferior saboreando inconscientemente la sangre; no tenía sabor, salvo por un ligero toque a óxido.

- Hazlo... otra vez... - dijo sin despegar su mirada de mí.

Esta vez corté su muñeca en horizontal, de este modo la sangre emergía fácilmente sin ser del todo mortal.

- Lámelo....

Me quedé confusa unos segundos, luego acerqué su muñeca hasta mi boca para lamer la herida. La sangre cada vez iba obteniendo un sabor más dulzón.

- Otra vez....

El acto de cortar y lamer se volvió natural, mi boca se llenaba de su sangre hasta el punto de escaparse por los laterales, pero me acabé cansando de ello. Tiré el cuchillo al suelo, aferré sus manos y lamí sus heridas por última vez. Había sabores muy diferentes al mismo tiempo, desde el dulce de un pastel, hasta el salado del pescado y el ácido del limón; todos ellos me resultaban deliciosos.

- Azusa... yo....

Antes de continuar la frase, se me acercó algo feroz y lamió la sangre que aún se escapaba por la comisura de mis labios. Me pilló totalmente por sorpresa. Sentía su lengua fría como el mismo hielo repasar el contorno de mis labios, retirando cada gota de sangre, hasta que sentí un pinchazo terrible. Sus colmillos agujerearon mis labios para luego chupar mi sangre mediante una especie de beso.

- Gracias... - sonrió muy feliz.

Tal acto me hizo sonrojar. No el "beso", sino el poder ver en su rostro una sonrisa sincera por primera vez.

Bite My Freedom (Fanfic Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora