Capitulo 54

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Euge

Estábamos con los chicos en la casa de Marian y Lali.

-¿Dicen que está todo bien? –Pregunto Cande

-Hay que confiar –Respondió Mery

Pasaron 10 minutos y mi celular empezó a sonar. Mire la pantalla y decía "Papá" así que decidí atender.

*Comunicación telefónica*

-Papá, ¿Cómo están? –Quería sonar normal para no preocuparlo

-Euge, me llamo Mariano pidiéndome información y me dijo que vos me ibas a explicar que está pasando. Habla Euge –Yo me quede callado- China por favor decime

-Secuestraron a Lali –Solté de una

-¿QUÉ? –Grito alterado

-Al parecer tiene algo que ver con Carlos. Igual estate tranquilo que Marian la está buscando -Le comunique- Se fue con los policías. Ya tienen la posible ubicación

-Con Gime decidimos volver a Buenos Aires para ver como esta todo –Dijo ya calmado

-Bueno, besos y suerte

*Fin de comunicación telefónica*

Corte y con los chicos seguimos charlando

Lali

El viaje seguía. Abri los ojos y mire el reloj del auto. Había estado durmiendo 1 hora, lo que me sorprendio fue que al girar mi cabeza, a mi lado vi a un señor distinto. Un hombre de pelo más largo que el jefe. Iba a hablar, pero este señor me interrumpió

-¿Queres agua? –Yo solo negué- Después no pidas –Me advirtió y giro su cabeza hacia el camino

-¿Quién sos? –Tenía miedo, angustia y frio

-Michael se tuvo que ir antes. Soy su amigo –Él me daba más confianza que el otro

-¿Michael? –Pregunte sin entender

-Así se llama el jefe –Me miro 2 veces y me volvió a hablar- ¿Tenes frio?

-Si –Él agarro una manta y me la dio. Rápidamente me cubrí y me volví a dormir. Aunque este señor trabajaba para Michel, me dio confianza

Mariano

El viaje en helicóptero era rápido. Al parecer llegaríamos una hora y media antes que ellos. Íbamos muy rápido, y la verdad es que un poco me asustaba. Pero por mi Lala haría esto y más. Ya estábamos llegando al lugar. Era una mansión gigante. Aterrizamos en un campo vacío que estaba cerca, bajamos y el oficial López empezó a dar órdenes.

-Tenemos que cortar esta calle, así no tienen posibilidad de pasar, la vamos a cortar con mi auto–Ordeno mirando al policía que venía con nosotros- Te necesito atrás mío por si pasa algo –Dirigió su mirada hasta mi- Mariano te quedas en el auto, y NO se discute –Yo solo asentí

Narrador

-En 20 minutos llegamos –Anuncio el que maneja

-Apúrate. Esto no me gusta NADA –Dijo el hombre a su lado

-Por favor. Déjenme ir –Grito la morocha desesperada

-CALLATE –Grito ahora el con-piloto

-Tenemos que dejarla a 10 cuadras. El jefe la espera ahí –Aviso el que ahora estaba a cargo de la misión. Giro para encontrarse con la joven, a su lado la cual esta llorando- Cálmate y no intentes escapar, porque va a ser peor –Ella solo asintió, con temor, dolor, y más llanto

Los otros chicos seguían en la dichosa casa preocupados por el último mensaje recibido

-Todo va a estar bien –Le aseguro uno a su novia

-NO SE SABE –Grito ella- Es mi hermana Nicolás

-Pero confiemos en Mariano –Le extendió el celular que dejaba a la vista el último mensaje recibido

-Por si no sabes, que me escriba "Tenemos la ubicación. Quédense tranquilos" NO ES ALENTADOR –La rubia empezó a llorar- NO entiendo porque están todos tan tranquilos. –Se separó de su novio y miro a los demás- Lali era la amiga de todos. Este mal y ustedes solo toman mate. PARECE UNA BROMA –Todos la miraron. La verdad era que ninguno estaba tranquilo, pero sabían que si lo demostraban era peor

-EUGENIA, QUE NO LLORE, NO QUIERE DECIR QUE ESTE BIEN. Y PARA QUE SEPAS, LALI NO ERA LA AMIGA DE TODOS. ELLA ES AMIGA NUESTRA –Espeto furiosa la morocha

-Cande quedate tranquila –El chico de pelo rubio y alborotado, miro a la otra chica- Euge tenemos que calmarnos y confiar en Mariano

-Todos amamos a Lali. Pero alterándonos no llegamos a nada –Intento calmar la más madura del grupo

-Tiene razón Mery. Tranquiliate Euge –Comento la morocha fiestera abrazándola- ¿Yeyo pasa algo? –Todos se dieron vuelta a mirarlo

-No pasa nada. Solo me quede pensando –Respondió este. Todos se abrazaron, dentro de su dolor, tristeza y miedo.

Pensar que hace un día, antes de que salga a la plaza para encontrarse con sus amigas, le iba a proponer matrimonio, era algo que destruía interiormente a Mariano. Él tuvo un feo presentimiento desde que su amado dijo que se iría, pero simplemente decidió dejarla ser libre, no preocuparla y que sea feliz. Ese fue su gran error, NO seguir su corazonada, esa que le indicaba el peligro. Tenía todo preparado para esa noche, la casa de campo de su familia, estaba decorada para una velada a la luz de la luna, con pétalos de flores, velas y su comida favorita. Todas cosas que no fueron utilizadas, ni vistas. Todo a causa de su inoperancia, termino esa noche solo y llorando, con un anillo carísimo del tamaño del dedo anular de su amada en la caja. Él sabía el riesgo de que salga sola, pero no lo pensó, solo la dejó irse. Y para empeorarla y que su culpa crezca, embarazada de 3 meses, casi 4, con embarazo riesgoso y riesgo de vida. Si algo pasaba, tendría que lidiar con 2 muertes, 2 muertes de lo que más ama en este mundo.

-Tienen que estar llegando –La voz del oficial López lo saco de sus pensamientos. Él oficial se paró adelante del auto, junto con el otro policía atrás suyo y Mariano del otro lado del auto. Vieron encaminarse hacia ellos a un señor, con una chica, la cual Mariano reconoció con solo mirar el pelo- QUIETOS AHÍ –El grito que pego López fue suficiente para asustar al que arrastraba caminando a la joven- ENTREGA A LA CHICA –El hombre ni se inmuto y solo miraba. La joven al verlo a él ahí presenciando todo, empezó a llorar. Mariano empezó a notar su respiración acelerada.

-LALIIII –Grito al ver como sus piernas iban perdiendo fuerza y sin importarle nada corrió hasta el hombre y le pego dejándolo inconsciente en el piso, giro y vio a su novia a la cual la pierna le fallaban más todavía. Sin dudarlo la beso, por todo el tiempo que no estuvo, por amo, felicidad y sobre todo para devolverle el aire. Ella gustosa le correspondió. Ya a ninguno de los dos le importaba que los policías estén capturando a Michael


Secretos de un amor. Mariali-TomanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora