- Hnnnnn!- Shizuru gimió a través de las capas y capas de cobijas bajo las que se encontraba , el toque en la puerta volvió a sonar. Y entonces ella recordó donde estaba...la casa Kuga! A la velocidad del rayo se enderezo y hablo- voy en un momento!- gritó, los toques secaron. Miró frente a la cama y Natsuki dormía plasidamente. Tenía que levantarle. Aventó un par de cojines sobre ella y susurró- Natsuki, despierta! Sube a la cama! Tus padres están en la puerta y no pueden ver que has dormido en el suelo!
- Grrrrr...- a trompicones y con los ojos semi cerrados Natsuki levantó sus cobijes y subió a la cama.
Todo listo!
- Pasen!- respondió animadamente Shizuru para dar cabida a las personas tras la puerta, su vista escaneo la cama y encontró la fábrica de bebés mezclada con las cobijas. - No, no, la fábrica de bebés no!- exclamó tomando la cobija y lanzando ella a una de las sillas .
Natsuki se limitó a ignorarle y se acomodó en las calientes sábanas y se acurrucó contra la castaña.
- Awww son tan lindas!- exclamo la madre de Natsuki con una brillante sonrisa mirando como Natsuki se acurrucaba en su prometida - cuando Natsuki despierte, bajen a desayunar...y buenos días!- el padre de Natsuki sólo asintió a lo que su esposa dijo y volvieron de donde habían llegado.
- Kuga! Despierta de una buena vez! - gruño Shizuru arrancando las cobijas del cuerpo pegado a ella, donde de paso, dejo expuesto el vientre bien formado de la peliazul, donde su camisa se había levantado. Shizuru tragó saliva ante la vista de su asistente. Cuando se había vuelto tan caliente!?
Natsuki sintió el frío en su piel y con un gruñido se puso de pie- ya voy, ya voy!- y entró al cuarto de baño.
Shizuru despejó sus malos pensamientos y salió de la cama.
Despues del desayuno se marcharon a la ciudad en busca de provisiones .
Mientras Shizuru y la madre de Natsuki se encontraban en la tienda de abarrotes , Shizuru podía ver a Natsuki platicar animadamente con una chica pelirroja que parecía muy cercana a ella dando ligeros toques a su brazo y riendo de cada palabra que la peliazul decía. Shizuru frunció el ceño sin siquiera darse cuenta.
- Me alegra que esas chicas se hablen de nuevo. Es una lástima que lo suyo no haya funcionado...pero Natsuki pared ser feliz contigo y me alegro por ello. Ella y Nao estarán mejor como amigas- dijo la madre de Natsuki a la vez que se acercó a donde estaba ella.
- Fueron novias?- Shizuru no pudo evitar preguntar
- Estaban comprometidas ...pero luego Natsuki quería ir a Toronto y Nao quería permanecer aquí y abrir su clínica veterinaria...
- Oh...- fue lo único que Shizuru pudo decir.
Mas tarde Natsuki se reunió con ellas para cargar las provisiones en la lancha.
Y mientras Shizuru y su madre se disponían a preparar la comida. Natsuki fue en busca de su padre, que como siempre estaba lanzando pelotas de golf al lago.
- Mamá dice que la comida estará pronto ...
- Bien...- respondió el hombre golpeando otra bola.
Natsuki resopló y se giró para regresar.
- Quien es esa mujer?- cuestiono el hombre, mirando a Natsuki que detuvo su andar y le miró
- Shizuru Fujino, mi prometida- enfatizo Natsuki
- Hoy recibí una llamada peculiar del personal del consulado, preguntando si conocía a la señorita Fujino...
- Que has dicho?- cuestiono Natsuki mirando fijamente a su padre
- Lo que tenía que decir. No tengo pensado causar a tu madre un ataque al corazón por verte en prisión . Porque haces esto? A caso te has vendido a cambio de que publique alguna de tus novelas!? Tan bajo has caído!? Rechazas tu herencia y talento natural para dirigir la empresa familiar para una tontería !?
Natsuki rió - Tu nunca lo has entendido! Es por eso que me fui! Tu ves mi pasión como una tontería! No voy a estar cerca de alguien que piensa que lo que hago es una idiotez! - refuto Natsuki antes de salir de donde estaba su padre. Tenía que salir de ahí.
Emprendió una carrera por la playa del lugar poniendo su teléfono a todo volumen en su lista de reproducción. Su padre después de todos estos años continuaba denigrando su trabajo. Tenía que calmar sus pensamientos. Después de esta noche ya había reservado sus boletos para volver a Toronto
Tras dos horas de hacer sus músculos doler, Natsuki entro en la casa cubierta de sudor, y el olor exquisito de la comida le llevó hasta la cocina, deteniéndose en el umbral, observo a Shizuru dar los últimos detalles a la comida en compañía de su madre mientras reían de alguna tontería. La vista hizo que el corazón de Natsuki saltara.
- Natsuki! Ve a bañarte. Donde fuiste!?
- Sólo estire los músculos - su madre dio una mirada de reproche sabiendo que seguramente había tenido una pelea con su padre.
Shizuru miró a la mujer cubierta en sudor y respirando irregularmente , y no podía dejar de pensar en el incidente de la mañana.
- Ire a ducharme vuelvo para la comida
Su madre asintió y Shizuru no dijo nada. Natsuki le restó importancia y subió a su habitación .
La mañana había llegado y después de una larga despedida con su madre y abuela Natsuki prometio enviar las invitaciones a la boda desde que aún no tenian nada en concreto . Su padre jamás se presentó y Natsuki de alguna manera se lo agradecía .
Minutos después estaban en una avión
Para cuando llegaron a el aeropuerto de Toronto ya era casi media noche y decidieron tomar unas bebidas en el bar del lugar. Un par se convirtió en el barman llamando a un taxi para su viaje a un hotel cercano.
El elevador se sentía caliente.
- Asi que tu y esa chica Nao se iban a casar...?- dijo Shizuru recargada de la pared en el pequeño elevador
- Si, pero no funciono...- respondió Natsuki imitando la postura de su jefa
- Por que?
- Yo tenía muchas ambiciones lejos de Fukka, ella no...
- No era la mujer para ti...- concluyó Shizuru su oración , ambas ahora mirando la una a la otra
- No, no lo era...ella no era testaruda, exigente, mandona, inteligente...- con cada palabra que salía de su boca sus rostros se acercaban más y más , podían sentir el aliento la una de la otra
- Ella no supo encausar tu hambre y hacerte crecer...- las demás palabras murieron en su boca cuando los labios hambrientos de Natsuki de posaron sobre los suyos.