Louis estaba sentado de piernas cruzadas en el frío suelo de su habitación, brazos cruzados y ceño fruncido observando con cierta frustración al minino que jugaba frente a él con una pequeña bola de estambre. Alzó una ceja hacia al pequeño gatito que en cierta forma había estado ignorando su pregunta desde hacía ya varias horas.
— Así que... ¿No volverás a transformarte en chico? — El castaño preguntó y el gatito ni se inmutó ante su voz que ya cargaba un deje de enojo. — Pues bien, sino te vas a transformar. Ve, busca tu propia comida y tu estambre — refunfuñó quitándole al pequeño gato su juguete justo cuando había saltado para caer encima. Así que cuando Louis tomo la bolita, éste cayó en el suelo golpeándose la panza, quedándose allí en posición fetal debido al dolor que sentía en su pancita.
El chico se dio cuenta y lo tomo en sus manos de inmediato esta vez sintiéndose mal por lo que había hecho. — Lo siento tanto, perdón —. Bramó arrepentido y agachó su rostro mientras se regañaba así mismo mentalmente.
Una pequeña sensación húmeda y aterciopelada fue captada por la piel de su mejilla, cuando levantó su mirada azul se encontró con los ojos verde—dorados del minino, éste se había dispuesto lamer su mejilla en señal de que lo había perdonado. Louis entonces se sintió mejor y llevó sus dedos detrás de la oreja del pequeño gatito para hacerle mimos justo ahí, rascando la piel detrás de su oreja y bajando por toda su espalda — Eres un gatito lindo ¿Quién es mi Lindo gatito? ¿Quién es mi pequeño y dulce gatito? —. Repetía el joven mientras hacía cosquillas por todo el cuerpo del felino, éste maullaba y ronroneaba en aprobación.
Eso había pasado todos los días, no importa cuánto Louis tratara el pequeño gato seguía siendo un gato. A veces creía que solo pudo haber imaginado aquel chico de hermosa cabellera rizada, ojos verdes con orejas y cola de gato, pero luego recordaba sentirse cada noche rodeado por unos brazos y un calor inmenso llenar su cuerpo en las noches más frías, aunque siempre estuviera tan adormilado que era incapaz de abrir los ojos para ver a que se debía. Además, amaba la sensación de sentirse protegido por su pequeño gatito—chico quizás debía ganarse su confianza primero.
— Sabes, yo te cuidare y protegeré siempre no debes sentirse mal. Puedes confiar en mi — murmuró recostado frente al gatito, como respuesta solo recibió una curiosa mirada de lado del pequeño animal. Louis suspiró. — Puedes contarme cualquier cosa. No te juzgare — De nuevo no hubo respuesta. Louis iba a agregar algo más, pero escuchó la voz de su madre llamándolo. — Espera aquí — dijo y salió de la habitación.
Louis bajó las escaleras, siempre trataba de mantener encerrado al gatito después de todo era callejero y podía huir cuando quisiera. Ya lo había alimentado y acicalado, estaba mejor de salud podía irse si quisiera, pero no lo hacía, el castaño quería pensar que se quedaba por él. Sonrió con ese pensamiento antes de llegar a la cocina dónde su madre le encargó varias labores para cuándo terminó de hacerlas subió apresurado a su habitación para ver a su gatito — ¡Tito estoy de vuelta! — gritó tan pronto abrió la puerta de su habitación, pero la sonrisa enorme que llevaba en su rostro se borró al instante al darse cuenta que su ventana estaba abierta y el gatito ya no estaba.
— No, no, noooo, no — dijo nervioso mirando por todos lados — No, no. Díganme que no — murmuró a nadie en sí y revisó todo su cuarto, pero no había rastro del minino en ninguna parte. — No, se ha ido. ¡Dios! Mi pequeño... G—gatito se fue — su voz se fue achicando y las lágrimas se acumulaban en sus ojos azules. Antes de darse cuenta estaba llorando sobre su cama, él era hasta ahora su único amigo, su única mascota. El único que lo abrazaba cuándo se sentía solo.
Su cuerpo temblaba con el llanto y su nariz ardía al igual que su garganta ¡Su gatito se había ido!
— Louis amor te faltó... Louis ¿qué sucede? — su madre entró a su habitación y se apresuró a su cama al escucharlo llorar. El castaño ocultó su rostro en la almohada que abrazaba justo donde dormía su gatito, sin responder a ninguna de las preguntas preocupadas de su madre.
— Se fue — alcanzó a murmurar y su madre algo confundida preguntó de que hablaba — Mi gatito se fue — dijo más fuerte y su madre parpadeó para luego hacer una mueca y poner su mano en su cabello.
— Oww amor. Mientras fuiste a comprarme las cosas, escuché los maullidos y rasguños de tu gatito en la puerta así que lo dejé salir un rato de tu habitación, está en la sala. — Ella explicó con suavidad y al oír eso, el muchacho se levantó de un saltó y bajo corriendo las escaleras hasta la salita de su casa, dónde encontró el pequeño gatito durmiendo en el sofá mientras sus hermanitas veían la televisión.
Su corazón comenzó a latir de nuevo más rápido y en un segundo lo tuvo entre sus manos, pero esta vez su alegría y preocupación de antes se convirtieron en enojo — ¡Tú, pequeño animal rastrero! Ahí estas. No.... ¡No vuelvas a asustarme así! — murmuró hacia el gatito y este, aunque algo confundido por el reciente trato, sonrió cerrando sus ojitos y luego lamiendo la mano de Louis como si estuviera dando besos.
Su madre sonrió enternecida. — Nunca te había visto así por una mascota — comentó de nuevo acercándose al gatito y haciéndole mimos también. Louis sonrió.
—¡Él es especial!
Aquella noche, Louis se llevó el gatito de nuevo a su cama y le murmuró un "buenas noches" pero a pesar de todo el amor que sentía hacia aquel minino deseaba saberlo todo — ¿No confías en mí? — La pregunta salió de su boca casi al instante de pensarla.
El pequeño felino entonces sorprendió al muchacho cuándo agachó su cabeza y sus orejas y la movió de un lado a otro en negación. Louis abrió su boca sorprendido y luego la cerró, sentándose en la cama.
— Entonces vete sino confías en mí. No te quiero cerca — Dijo de nuevo sin pensar señalando la ventana, que olvidó de nuevo. Estaba abierta.
Antes de que pudiera hacer algo por detenerlo, el gatito saltó por la ventana cuando Louis logró ponerse de pie y alcanzarlo este no se veía por ningún lado. Salió corriendo a la calle y lo busco por dos horas en los alrededores sin encontrarlo para cuando regresó a su casa sus pies dolían y sus labios estaban hinchados por morderlos al igual que sus ojos por tanto llorar. Regresó a su habitación que ahora era completamente fría producto de aún haber dejado la ventana abierta se acerco a su cama viendo la pequeña bola de estambre, la sostuvo en su mano y luego de nuevo la rabia lo invadió — Idiota — gruño lanzandola contra la pared para luego abrazar la almohada dónde dormía — Yo sólo quería que confiarás en mi — gruño antes de cerrar sus ojos y por el cansancio quedarse dormido.
En la mañana, de nuevo se percató aquella de una sensación húmeda y aterciopelada contra su mejilla, pero esta vez era mucho más grande. Cuando abrió sus ojos, frente a él estaba aquel chico de nuevo, usando un suéter rosa que le quedaba muy grande.
— Confío en ti —. Escuchó aquella voz gruesa y rasposa de nuevo y como la primera vez un escalofrío recorrió su cuerpo.
— Me llamo Harry y soy un neko.
�Y��k
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Bien creo que debo pedirles disculpas, trataré de actualizar más pronto. No se sí saben que tengo cuenta "fake" en facebook y los últimos meses he estado metido en mucho drama pero tengo un compromiso con ustedes y prometo cumplirlo no importa que, espero les haya gustado el capítulo. Gracias a la chica de la portada cuándo pueda conectarme por pc te doy todos los créditos que te mereces cariño.
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Lindo Gatito, XxLarryxX
FanfictionDónde Harry es un híbrido de gato/humano (neko) perdido en el mundo y Louis lo encuentra. Trabajando por un final feliz