CAPITULO TRES

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(HADES)

Cuando se vuelve a poner recto delante de mi levanta una funda creó que es una lamina de metal muy gruesa para que me cree mis propias espadas, pero cuando le quita la funda es una caja roja de terciopelo  con partes negras. La apoya sobre la mesa y se vuelve a inclinar hacia el cofre, vuelve a sacar otra caja idéntica a la otra con su funda correspondiente.
— Elije una de las dos cajas. — Me dice. Elijo la de la derecha la cojo, noto una atraccion familiar, la abro y hay una espada de un metal plateado carbonizado, con empuñadura negra.
— Esa espada es la de tu padre, de cuando el era un caza monstruos y luchaba en dúo conmigo, eramos impecables juntos, hasta que un día tu padre medio la espalda para irse con tu madre, pero no fue culpa suya tener que cuidarte. — Después de que termina de hablar me acerco a la otra caja, vuelvo a notar una atraccion pero esta vez estraña, la abro  y aparece una espada identica a la otra.
— Esa es la mia, en cada una de ellas están grabados nuestros nombres y son de metal demoniaco por eso tienen un aspecto muy siniestro. — Respira y continua. — Yo te puedo enseñar a utilizarlas si te  apetece. —
— Si me apetece mucho cuando empezamos. —
— Mañana a la mañana. —

(RULYT)

A la hora de cenar a mi sobrino se le veia muy contento, yo estava seguro de porque estava contento.
— ¿Sabes que paso con tus padres cuando te separaste de ellos? —
— No lo único que se es que unas figuras esbeltas estaban intentando matar a mi padre con unas espadas del mismo metal con las que estaban hechas las de Zeus, mi madre me dijo que hullera y que no volviera nunca mas a aquel sitio. — Me cuenta, me quedo asombrado porque se que son ángeles, pero lo que no se es porque  harían algo así.
—¿Qué criaturas crees que son? Para no haber matado nunca a ninguna. —
— Creo que son unos monstruos extinguidos porque he preguntado a gente y nadie a visto a ninguna criatura igual. — No se si decirle la verdad o no.
Creó que este no es el momento preciso como para decírselo ahora. Así que decido cambiar de tema.
— Sobrino vamos a recoger la mesa y te enseñare tu cuarto para que descanses que mañana es un día largo. —

Después de recoger la mesa y limpiar los platos subimos las escaleras hasta la segunda planta. Arriba ya continuamos todo recto hasta la ultima habitación que es espaciosa y añado. — Esta habitación era de tu madre. —
— Tío, — me llama cuando voy a cerrar la puerta, la vuelvo a abrir y le miro a los ojos, continua diciendo: — gracias por todo, por el sitio en el que dormir y sobre todo por ser sincero con migo.
— Buenas noches, Hades, te mereces esto y mas por todo lo que has sufrido. —
— Buenas noches. — Cierro la puerta y me voy a mi cuarto.

CAZA MONSTRUOS (LOS DOS MUNDOS): SOY EL INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora