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No logro respirar, este lugar me marea, quiero salir corriendo de aquí. 

Unas gotas de sudor recorren mi frente, estoy nerviosa, mis manos están heladas.

Debo parecer una tonta por haber llegado tan lejos pero no puedo dar marcha atrás... debo hacerlo.

No quiero imaginar su cara cuando me vea así.  No merezco tanta humillación.

Un paso al frente. 

-Hermosa - Suelta el de traje blanco

-Lo sé, no se por que no se animaba a salir, estas preciosa -Dijo Vals caminando hacía mi

-Me veo ridícula y me siento peor, no acostumbro a usar este tipo de cosas - Solté mientras lo esquivaba y me dirigía al espejo. 

El vestido era rojo brillante y para que resaltara mas tenía brillos en el pecho, me llegaba mas arriba de la rodilla por lo pomposo que era, me sentía una quinceañera; nunca me había sentido tan elegante.

En el espejo aparecía otra yo, alta y con porte, solté mi cabello, y traté de peinarlo con las manos pero no había mucho que arreglar,  Vals tenía razón, me veía muy bien. Sonreí.

-¿Ahora entiendes que eres hermosa? -Dijo Vals detrás de mi-. Traté de borrar mi sonrisa pero no podía.

-Gracias -Me sonrojé. 

-Bien chicos - dijo el de traje blanco -No quiero dañar este momento pero tengo una boda en 2 minutos ¿Vamos?

-Si - Dijimos los dos al tiempo.

El salón era inmenso, con sillones elegantes para los invitados y muchos sirvientes atentos a mantener las copas llenas, habían una barra iluminada y varias personas al rededor pidiendo sus tragos.

-¿Quieres tomar algo? -Preguntó Vals

-Bueno -Asentí 

En la parte de afuera habían varias sillas bien ordenadas con un espacio en el medio para que pasaran los futuros esposos. al fondo de ese camino un hermoso marco decorado con flores y un altar. 

Vals me extendió la copa con una bebida color amarilla, la miré intrigada tratando de adivinar su sabor.

-Te va a gustar, es mi favorita, salud - Levantó la copa

-¿Por qué brindamos? -pregunté

-Por el accidente de habernos encontrado-. Ambos reímos, copas arriba, chin!

-Ahora dime ¿Que hacías en el desierto esta mañana? 

-Salí a correr, quería despejarme un poco -me extrañó mi sinceridad.

-¿despejarte?

-Si, ya sabes, dejar de pensar...-Di un trago a la bebida

-¿En quien quieres dejar de pensar? -me miró fijamente y yo hacía un esfuerzo por mantener la mirada.

-Nunca dije que se tratara de alguien...

-Siempre se trata de alguien.- Me interrumpió

-No, no es mi caso. AL contrario creo que ese es el problema, mi madre quiere encargarse de que halla alguien -Termine mi bebida de un sorbo

-¿Pretendes que crea eso? 

-Cree lo que quieras -La gente comenzaba a salir hacía donde estaban las silla -Deberíamos ir -le entregué mi copa y caminé hacía donde se dirigía la multitud. 

El sol estaba iluminado todo el lugar haciendo que resaltara el color blanco; me quedé inmóvil por un momento contemplado la hermosura de aquel lugar, soñando con mi boda, cuando fuera mi turno, cuando caminara vestida de blanco con el chico que yo eligiera.

No Encuentro La SalidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora