Capítulo Dos.

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¿Porque soñé con que yo liberaba a Panem? ¿Porque me enamoraba de ese chico, Peeta Mellark? Sí, en la escuela lo he visto pero jamás le he hablado, ni él a mi; sin embargo, en mi sueño yo lo amaba y él a mi, y sufría porque me apartaban de él. ¿Qué tiene que ver con mi futuro?»
Lo se, toda la escuela decía que él estaba enamorado de mi, en ocasiones lo descubrí mirándome fijamente, un sentimiento tan tierno reflejaban sus ojos, sus ojos azules tan bonito. Recuerdo el día que yo estaba afuera de la panadería Mellark, estaba bajo la lluvia, hambrienta, su madre lo estaba regañando por haber quemado los panes, lo golpeó y le dejo una marca roja en la mejilla, su madre le gritaba que se los diera a los cerdos porue nadie iba a comprarle el pan quemado, y vi como el comenzó a arrancar las partes quemadas y a tirarlas al comedero, el volteó hacia la panadería esperando que no lo viera su madre y acto seguido arrojó un pan en mi dirección y pocos segundos después, el segundo lo siguió; entonces me quede ahí, mirando el pan sin poder creermelo; sinceramente le agradezco, ese día, yo, moría de hambre y el me alimentó.
Tengo el presentimiento de que ese sueño va a volverse realidad y, eso definitivamente no lo quiero, si eso ocurre, mi hermana y muchas más personas morirán por mi culpa, pero sólo yo tengo el poder de cambiar mi futuro, cambiaría muchas cosas, pero dos cosas definitivamente haré realidad: Primero voy a ir a buscar a Mellark y segunda, iré a los juegos y desataré una revolución en Panem, no importa si el nombre de mi hermanita no sale en la cosecha, yo me ofreceré como voluntaria para ganar esos juegos e iniciar la rebelión que liberará a Panem de las manos de Snow.
-Catnip, ¿pasa algo?-cuestiona Gale.-Ibas corriendo detrás del conejo y de pronto te tiraste sin razón alguna.-me levanto bruscamente de entre las hojas secas de los árboles aún un poco perdida.
-Tengo que irme.
Salgo corriendo hacia la Veta y en mi casa están esperándome mi madre con un estofado de cordero sobre la mesa como almuerzo, y mi hermana ya sentada en un extremo del sofá con un precioso vestido que extrañamente es igual al de mi sueño, su rostro refleja miedo y, a la vez inseguridad, es su primer año y estoy casi segura que su nombre no saldrá en la cosecha, a no ser, que mi sueño se torne en mi única y futura realidad. Me siento en la mesa no del todo dispuesta a almorzar, pues ahora tengo que decidir si iré o no a los juegos y, en caso de ser así, no se si lograré convertirme en la líder de una revolución; y Peeta, él si tiene que formar parte de mi vida, ese chico tan dulce y tierno, ahora si que puedo decir que es el hombre de mis sueños.
-¡Katniss!- grita mi madre-llevas cinco minutos viendo el estofado, ¿No piensas comer?.
-No mamá, no tengo ganas de estofado hoy.- Respondo neutral, volteo hacia el sofá dónde esta Prim, entonces ahí si esbozo una sonrisa y alegremente le cuestiono.-¿Qué tal un pastel o unos panecillos, Patito?-Se levanta inmediatamente del sofá con una enorme sonrisa y me abraza.
-Si, Katniss, ¡Vamos! ¡Vamos!- grita entusiasmada mientras toma mi mano y mr lleva hacia la puerta- ¡Katniss, de Prisa!
-Si, Prim, tranquila, sólo deja me doy un baño y me pongo mi vestido, ya volveré, cinco minutos, lo prometo.-Prim suspira y termina por decir:
-De acuerdo, ¡Cinco minutos KATNISS EVERDEEN!

Entonces, No Fué Real.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora