Capítulo Cinco.

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Creo que me he ruborizado porque noto el calor subiendo por mis mejillas.
Continuamos nuestro camino hacia la panadería, nerviosos por todo: La cosecha, el sueño, Los Juegos, el beso, nuestro futuro.
Camino lentamente y con la mirada dirigida al suelo, sin levantar la visión por nada del mundo, observando como mis zapatos relucientes hace unos minutos, ahora están llenos de tierra y mi vestido impecable, ahora tiene un poco de harina que se escapó por un agujerito de uno de los grandes sacos que llevaba Peeta.
Pongo por un momento mi mente en blanco y sigo caminando al lado del Chico del Pan y mi pequeña hermana trotando frente a nosotros.
Cuando miro detalladamente a Peeta noto algo de lo que no me había percatado: Peeta tiene la mano derecha sangrando y un tobillo torcido, lo sé por la forma en que caminsDe un solo movimiento me atrevo a acercarme a él, arrancar fuerte y rápidamente un trozo de la parte inferior de su playera, limpiarle la mano e improvisar una venda con la misma.
-Te lo agradezco. - musita regalándome una sonrisa.
Le devuelvo la sonrisa y le doy un beso en la mejilla, demasiado roja y caliente, por cierto.
-No es nada, tu me alimentaste una vez.- respondo y suspiro de inmediato.Noto como sus tiernos ojos, pasan a dilatarse y su hermosa sonrisa desaparece al mencionar eso.-Recuerdo lo del pan, Peeta, al principio ni siquiera me mirabas, pero yo sí te miraba a tí, y veía como tu madre te golpeaba por haber quemado esos panes de nueces y pasas, aún no sé si hiciste eso a propósito, al verme desde tu panadería, ahí, bajo la lluvia, sentada bajo las gruesas ramas de un árbol, buscando sobras de comida en el contenedor de la basura. ¿Porqué hiciste eso?
-¿Sabes eso? siempre pienso en eso, en cómo te arrojé ese pan, debí haber ido hasta tí, en la lluvia y dártelo. Lo hice porque desde el primer día que te ví, me enamoré de tí, de tu complicada forma de ser y tus habilidades, de todo. Por eso lo hice.-me explica delicadamente.
Y lo analizo por un momento, pero antes de que pueda contestar, vislumbro unas trencitas rubias,dos manitas pegadas a un cristal y unos piecitos ligeramente de puntitas como si tratara de ver algo. Es Prim, y me doy cuenta de que hemos llegado a la Panadería.

Entonces, No Fué Real.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora