2.Y eso que significa

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Hippo

Una imagen comenzó a formarse frente a Hippo: una fiesta. El castaño estaba en la gran plaza de su aldea, toda decorada por farolillos de colores guirnaldas y flores, justo en el centro la gente bailaba y reía, los niños se cogían de la mano y bailaban en grupos de cinco mientras de los adolescentes y los adultos se movían en parejas <<Al menos mi aldea sigue en pie>> sonrió en sus adentros mientras observaba la felicidad de su pueblo <<Parece que no lo haré tan mal, papá>>. El muchacho observó a los bailarines durante unos momentos, a un lado Bocón y Valka(su madre) daban saltos de un lado para otro,al otro Brusca agarraba fuertemente a Eret hijo de Eret dejándolo sin respiración, tras ellos Patapez y Mocoso lo miraban con envidia, al pasear sus ojos en busca de  Astrid se dio cuenta de que ella bailaba y reía con Chusco mientras que el muchacho de rastas la miraba con ojos seductores; sus celos surgieron de un momento a otro y decidido comenzó a andar hacia ellos para cantarle las cuarenta al rubio cuando de pronto algo lo distrajo por completo.

Merida

Un bosque se abrió camino ante sus ojos, era nuevo para ella, los árboles eran distintos a los de su escocia, el olor, el viento, todo había cambiado, a pesar de la oscuridad de la noche lo supo, no seguía en Dundee. Merida comenzó a caminar levantando el vestido blanco que ahora llevaba puesto, apenas unos minutos después pudo ver luces a lo lejos y música proveniente del mismo lugar. La joven empezó a correr sintiendo crujir la nieve del bosque bajo sus botas, apenas diez minutos después se plantó en la calle principal de aquel lugar desconocido, las casas estaban echas de madera basta, para soportar el frió. La música empezó a sonar más alta a medida que se acercaba y las voces iban apareciendo traes ella, multitud de risas y gritos de alegría rezumaban en el ambiente; al entrar en la plaza pudo ver una multitud de personas disfrutando de la fiesta, algunas bailaban otras bebían y algunas conversaban, se fijó en que  todos los hombres eran grandes y musculosos como su padre y las mujeres sin duda eran más altas que ella <<¿Donde estoy?>> se preguntó la muchacha fijándose en un dragón negro que descansaba junto a una de las mesas<<¿Nadie más lo ha visto?¿Por que no huyen?>>, Merida hipnotizada por la belleza del animal caminó hacia el con decisión haciendo caso omiso de los extraños a su al rededor.

Hippo

Entre la multitud y con la vista fija en él, apareció la mismísima Freyja (diosa vikinga de la belleza y el amor) que había cambiado su melena rubia por una larga y rizada cabellera pelirroja que refulgía como un atardecer. El corazón del muchacho dio un vuelco al ver a la chica, se olvidó del mundo y comenzó a observarla: sus rizos caían sobre sus caderas formando una cascada de fuego, su rostro en forma de diamante resaltaba sus rosadas mejillas y su pequeña barbilla, sus ojos eran celestes como el mar, sus labios pequeños y carnosos que junto a su pequeña y respingona nariz la hacían magnifica, la joven llevaba un vestido blando de manga larga y varias capas que le daban vuelo, en sus hombros descansaba una capa del mismo color que el vestido y un aro de oro lucía en su frente. Hippo sin poder evitarlo dejó caer su mandíbula al ver que aquella extraordinaria chica se dirijia hacia él, sin saber que hacer el castaño se irguió adoptando una pose firme y heroica y comenzó a respirar ya que al verla se le había olvidado<<¿Viene hacia aquí? Si, viene hacia aquí, bueno Hippo céntrate tienes novia¿Esta tonteando con Chusco?Si, pero al fin y al cabo es tu novia y confías en Astrid ella nunca haría algo así, no lo pienses tu, por muy maravillosa que sea esa muchacha. Eres el jefe de la aldea, ella vendrá a preguntarte algo sobre Mema y tu debes contestarla con normalidad ¿Estamos?>> pensó el muchacho nervioso. A medida que la pelirroja se acercaba la respiración del joven se aceleraba y mil frases de bienvenida pasaban por su mente, a penas a unos pasos de la pelirroja Hippo empezó a hablar:

-Bu...Buenos días..digo noches- soltó nervioso- mi nombre es Hippo el...- la joven paso de largo sin siquiera mirarlo, él se dio la vuelta y pudo ver como Freyja se acercaba lentamente a Desdentao que la miraba interrogante, cuando estuvieron apenas a unos metros el dragón comenzó a olisquearla amistosa mente, su pelo su ropa e incluso sus zapatos, la chica sin temor alguno extendió su mano derecha y al dragón se frotó contra ella alegre, Hippo que observaba la escena desde lejos no podía creerlo Desdentao nunca se comportaba así con nadie más que con él.

Merida

La chica no lo podía creer realmente el animal era un dragón y no la había devorado como las antiguas historias contaban, sino que estaba jugando con ella como si de un gato se tratara. Un pequeño sobre salto se produjo en la chica al notar una mano en su hombro, la voltear vio al joven que minutos antes hablaba solo, era guapo, mucho en realidad aunque parecía muy nervioso, tenía el pelo castaño claro, largo que le llegaba hasta los hombros con algunas trenzas desperdigadas, poseía unos ojos verdes como el bosque y su cara era cuadrada resaltando sus rasgos masculinos, vestía una camisa blanca acompañada de pantalones del mismo color adornados con cadenas de oro y emblemas, también llevaba una capa de piel negra que le llegaba hasta los pies, era alto pero no tanto como los demás hombres de la aldea, al igual que no tan fornido, en realidad más bien era bastante delgado.

-¿Si?- Preguntó la joven levantando la cabeza para mirarlo a los ojos.

-E...Este es Desdentao- sonrió el joven nervioso- mi dragón, y yo soy Hippo el jefe de la aldea.

-Encantada- contesto Merida- Yo soy...

De pronto un gran estruendo tambaleó la tierra e hizo que la música cesara de golpe, la gente comenzó a mirar hacia el cielo al propagarse un ensordecedor rugido que aterrizó en la plaza junto a la multitud haciendo que muchos se apartaran aterrados, a lomos de un gran dragón verde con cuernos por todo su cuerpo estaba Rogbir un ex caballero del padre de Merida que juró matar a toda su familia tras perder a su mujer en la guerra culpando a Fergus de su muerte; Merida corrió hacia él arrancando la espada del cinturón de uno de los guardias de la aldea.

-¡Rogvir!- grito la chica blandiendo la espada, al abrir la boca su adversario el mundo comenzó a nublarse de nuevo, de pronto volvía a estar en la tienda de la bruja que la observaba aburrida.

-Hay tienes niña tu futuro, y ahora fuera- soltó la vieja mientras levantaba a Merida de la silla y la empujaba hasta la puerta.

-Pero no la he pagado- soltó La pelirroja sujetándose al marco de la puerta.

-¡Regalo de la casa, tengo prisa princesa! ¡Vuelve cuando quieras!- la bruja cerró la puerta de golpe dejando a Merida en la calle desconcertada y sin una explicación, la joven tan solo pudo comenzar a andar hacia Angus pensativa <<Espera, en mi futuro había un dragón- pensó emocionada- y voy a encontrarlo>> La pelirroja no perdió tiempo y corriendo se metió en la biblioteca del pueblo en busca de su destino.

Hippo

Al ver a la joven correr Hippo la siguió pero antes de poder enterarse de lo que sucedía su trance terminó, al abrir los ojos vio a la Matriarca que le quitaba la mano de la frente, el castaño comenzó a bajar las escaleras de aquella casa desorientado y confuso <<¿Quien es esa chica?>> de pronto un gran bulto negro aterrizó tras Hippo que se dio la vuelta al instante.

-Desdentao, amigo- dijo Hippo acariciándole el hocico- vamos a dar una vuelta, necesito pensar.

El muchacho se subió a lomos del dragón y dejaron la isla en apenas segundos, el dragón ya harto de no volar necesitaba desfogarse y su velocidad aumentó considerablemente en minutos aunque el chico apenas se inmutaba ya de seguía dándole vueltas a la visión <<Claro, el futuro no te muestra lo que quieres ver, si no lo que necesitas saber para llegar asta ello>>


-El chico del dragón.-La chica del arco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora