Capítulo 2.

1.6K 118 24
                                    

Irreconocible.

La chica rubia sin esperar más fue corriendo en dirección a donde su madre. ¿Ella tendría una explicación para esto? La respuesta es no, pero no perdía nada intentándolo. A lo mejor la confundiría con una ladrona pero eso no lo pensó.

― ¡Mamá! ―Grito desesperada al llegar a la cocina, y como supuso su madre estaba allí haciéndole el desayuno como todas las mañana― ¡Mamá! ―Volvió a gritar un poco más feliz al menos su mamá no había cambiado nada―

La mujer de cabello castaño claro y ojos verdes se giró en dirección a su hija un tanto confundida. Jamás en toda su vida su hija había sido así de escandalosa. La observó unos segundos fijamente inspeccionando la ropa de la rubia molesta, ¿Falta poco para entrar al colegio y ella aún con la ropa de ayer?

― Ni siquiera te has cambiado de ropa. No puedes desayunar hasta que te vistas correctamente ―Habló su mamá dando por terminada la conversación, se dio media vuelta y empezó a hervir la tetera mientras tostaba pan―

― ¿Notas algo diferente en... mí? ―Preguntó temblorosa, ni siquiera su propia madre era capaz de reconocerla, le dolió el pensar que nunca más lo haría

La mujer mayor suspiró cansaba, no tenía tiempo para que la estuvieran retrasando su trabajo de oficinista le ocupaba casi todo el tiempo que tenía libre, sin contar que tenía que levantarse temprano para cocinar a su familia y para el colmo su hija no es siquiera capaz de seguir una orden tan simple.

― No, no noto nada distinto en ti. Ahora ______Herzen, si no quieres que me enfade anda inmediatamente a cambiarte de ropa ¡Ahora! ―La última palabra la gritó haciendo que la joven se sobresalte y vaya corriendo a su habitación―

Sin más tiempo que perder cerró la puerta a su espada y se apoyó sobre está cerrando los ojos angustiada. Pero luego de unos segundos el sentimiento desaparecía extrañándola, desde que momento se empezó a sentir así.

― _____ Herzen, ¿Eh? ―Preguntó sonriendo con una voz que no era de ella―

Y cómo si no pudiera controlar lo que hace su cuerpo empezó ir al baño para ducharse. Por más que ella intentará hacer algo su cuerpo no respondía... ¿En qué clase de lío se metió ahora?

Al terminar la ducha se enrolló el cuerpo con una toalla -que por suerte estaba allí- y se fue a vestir.

¡Detenté! ¡No quiero seguir con esto! Gritó en sus adentros, eso tuvo que haberlo pensado antes de hacer el trato con Moth.

Se vistió con un vestido color rosa pastel –Lógicamente antes se puso ropa interior― pero se puso abajo un pantalón corto blanco para que en caso de accidente no se le vea nada. Se sentía aún más extraña no usando su típico uniforme. Y por último se puso unas bailarinas blancas. Después de eso pudo moverse a su gusto nuevamente.

Desesperada se observó en el espejo de su recamara, su vestimenta le daba un toque inocente. Quiso llorar, pero llorando no se arreglará nada.

Suspiró varias veces conteniendo sus lágrimas y bajo a desayunar. Allí ya estaban su padre y su madre desayunando, ni siquiera habían tenido la amabilidad de esperarla.

― Por fin bajas, ______ ―Habló su padre cuando la chica se sentó al frente de él―

― Lamento la demora ―Habló en un tono casi inaudible observando su tasa de café y allí se dio cuenta de que poseía el anillo de su abuela y este estaba brillando de una forma extraña―

― Te noto rara ¿Pasa algo? ¿Estás nerviosa por tu primer día de clases? ―Preguntó su padre observando que aún no tomaba ni un sorbo de la tasa―

Traidora ―Adrien Agreste/Chat Noir y  tú―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora