Prólogo

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El ser humano es un ente complejo, intrincado tanto en su fisiología mágica como en su propio psique.

El ser humano podría compararse perfectamente a un árbol. Bien es sabido que su nacimiento es diferente, y su fin es variopinto, pero ambos crecen tanto por fuera como en su interior cual fractal infinito, abriéndose camino desde sus raíces hasta la más fina, minúscula y delicada de sus ramas.

Se dice que si aunásemos todos los vasos sanguíneos de una persona, incluyendo su amplia red capilar, darían la vuelta a la tierra, no una, sino dos veces completas... ¿Increíble no?

También es cierto que las raíces de las personas no las ancla la tierra. La palabra raíz puede tomar dispares significados. En el caso de un árbol el término es simplemente literal. Crecen en direcciones opuestas, ramificadas, multiplicadas, pero siempre sujetos a un mismo hábitat.

Las personas se desplazan, pasaron su época nómada históricamente hablando para volverse habitantes de lugares, muy distintos, depende del individuo y su entorno, pero se relacionan con otros seres humanos.

Se dice que las personas son seres sociales por naturaleza, es posible que ocurra exactamente lo mismo con los árboles. Crecen juntos modelando bellos bosques de todos los climas y formas, frondosas selvas, creando extraordinarios ecosistemas...

Ahora bien, es curioso el caso del bello pero intrigante fenómeno natural llamado "la timidez de los árboles" en el cual, ejemplares de la misma especie nacen y crecen pegados, pero sus copas no se llegan a rozar entre sí jamás, pudiendo plasmar imágenes caleidoscópicas, formando un dosel con huecos similares a nada menos que canales fluviales de unos diez a cincuenta metros de distancia entre las ranuras.

¿Es posible que el curioso efecto de la timidez de los árboles pueda ser extrapolable hacia ciertos seres humanos en un acto conductual del todo innato en ellos?

Esta es la aventura de una vida, la aventura y el descubrimiento, el reaprendizaje, la intrusión al frío del mundo real del roce de las copas de esos árboles.

La timidez de los árbolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora