"El Despertar" - Capítulo 2

1.7K 66 1
                                    


Día 4.



Mentiría si les dijese que no llevo toda la noche llorando. Prácticamente puedo asegurar, que estoy incluso deshidratada. De hecho, por la cabeza jamás se me había pasado que pudieran existir tantas lágrimas en el cuerpo humano. Si lo que Anahí pretendía, era que dejara de dormir y llorara todo lo que hasta el momento no había llorado, desde luego, mató dos pájaros de un tiro. La he necesitado tanto durante estas últimas horas, que si no llega a ser porque lanzó mi teléfono por los aires, ya le habría enviado un mensaje, para aunque sea poder leer un insulto, un reproche o... algo suyo. No es cierto. Ella jamás me trataría mal, si hubiera decidido buscarla. Es la que mejor conoce cuan orgullosa soy y sabría que si lo hago, es porque estoy realmente abatida y sólo necesito que esté conmigo. Pero desgraciadamente, no tengo poderes telepáticos para hacerle llegar mi llamada. De ser así, desde luego ya estaría aquí, porque no ha habido ni un solo minuto de esta noche, en el que no haya pensado en ella.

De pronto, noto el colchón de mi cama hundirse ligeramente, como si alguien se hubiera sentado, pero la oscuridad es tanta, que no soy capaz de distinguir nada. Además, ni siquiera escuché que alguien hubiera entrado en mi habitación. Quise averiguar de quien se trata. Pero ¿Conocen esa sensación de abatimiento, en la que tu cuerpo te resulta tan pesado, que no tienes fuerzas ni para moverte? Pues así es exactamente como me siento. Y el terrible dolor que tengo en la cabeza, me dificulta enormemente que pueda siquiera abrir los parpados. Pero aún así, lo intento y lentamente mis ojos van adaptándose a la oscuridad, adquiriendo un mejor enfoque y consiguiendo que mi corazón lata a toda velocidad cuando la descubro a ella ahí, sentada a la altura de mi cintura, observándome en completo silencio. ¿Al final va a resultar que si tengo poderes telepáticos y conseguí llamarla con mi mente? ¿O será que Anahí me estaba necesitando tanto como yo a ella?

Continúa observándome sin decir, ni expresar absolutamente nada. Así que supongo, que ahora me toca hablar a mí... ¿No? Pero... ¿Qué le digo?

─¿Tú no te rindes, verdad? ─Susurro con el único hilo de voz que me queda.

─Cuando se trata de ti... jamás.

¡Por Dios, Anahí! ¡Eres la persona más increíble que existe sobre la faz de la tierra! Eso no se lo digo... pero lo pienso, y lo siento con cada partícula de mi cuerpo. Ella acaricia mi rostro con dulzura, sabiendo perfectamente, que a pesar de que tengo mil cosas que decirle, no soy capaz de emitir ni una sola de esas palabras. Sin embargo, por una vez, estoy cansada de callar...

─Te necesito tanto... ─Volví a susurrar.

─Lo sé... ─responde con una leve sonrisa ─Por eso estoy aquí.

Sin decir más, comenzó a apartar las sábanas bajo mi atenta y confusa mirada. A continuación, se acostó a mi lado, dándome la espalda y agarrando mi mano para colocarla sobre su cintura. En cuanto su espalda se pegó a mi pecho y el olor de su pelo invadió mi corto espacio, absolutamente todo el cuerpo, de pies a cabeza, comenzó a temblarme.

─¿Qué estás haciendo? ─Le pregunté confundida.

─Quedarme contigo, hasta que estés preparada para levantarte.

─¿Por qué? ¿Y si eso no ocurre?

─Si eso no ocurre, entonces nos quedaremos aquí, juntas, el resto de nuestras vidas. ¿Por qué? Pues porque ambas llevamos toda la noche sin dormir, seguramente llorando como unas niñas. Y me parece una completa estupidez. ¿No te quieres levantar de esta cama? Muy bien, pero yo no voy a dejar que te hundas sola, mientras sufro en mi casa por no poder estar contigo. Así que, si no puedo levantarte, Dulce, me acostaré a tu lado, hasta que tú sola puedas y decidas hacerlo. Se produjo un silencio. Técnicamente me tocaba hablar a mí, pero las lágrimas volvieron a empañar mis ojos involuntariamente. Es cierto eso de que cuando el grifo se abre, ya no hay quien lo cierre.

Creer Para Ver (Portiñon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora