"El Después" - Último Capítulo

1.5K 65 19
                                    



Algo se despertó dentro de mí de un instante a otro. Algo cambió y creo incluso, que mi cuerpo se puso en tensión a causa de ello. Como esos momentos en los que estas durmiendo, sueñas que te caes de algún lugar y te despiertas sobresaltada, agarrándote a lo que tengas a mano, hasta que descubres que estás en tu cama completamente a salvo. Algo sí me acaba de suceder, con la diferencia de que no estoy durmiendo y esto no es un sueño.

─¿Estás bien? ─me preguntó la voz de Anahí, consiguiendo que deje de sentir el peso de su cabeza sobre mi pecho ─De pronto te pusiste tensa.

─¿Qué hora es?

Tardó unos segundos en responder y sentí la cama moverse, como si se hubiera dado la vuelta para buscar un reloj.

─Las 6 de la mañana.

No hemos dormido ni un solo minuto durante toda la noche. Besos, caricias, juegos, risas, conversaciones... en definitiva, hemos estado haciendo el amor de forma incansable e insaciable durante las últimas horas. Pero también hemos disfrutado de la deliciosa calma que se siente después... Del silencio... del único sonido que producen nuestras respiraciones y el latido de nuestros corazones.

La mejor noche de mi vida...

─¿Qué ocurre? ─vuelve a preguntar con tono preocupado.

─Los médicos no comienzan a revisar hasta las 8 o las 9 ¿No? O sea que aún tenemos dos horas...

─Me sorprende que aún tengas la esperanza de que no se hayan dado cuenta de nuestra fuga ─rio ─¿Crees que tus padres no fueron a visitarte en todo el día de ayer? Si el teléfono de casa no ha sonado es porque ya nos dan por caso perdido... Aunque bueno, quizás deberíamos prender la televisión para asegurarnos de que no armaron un equipo de búsqueda y captura.

─Creo que mi madre es más bien de esas que sabiendo que estamos juntas, nos da por caso perdido y ni se molesta.

─Yo también lo creo... Pero igual no deberíamos volver muy tarde. ¿Por qué lo preguntabas? Quieres otra ronda de...

Su voz adquirió un tono de lo más seductor que consiguió erizar mi piel como hizo hace apenas unos minutos. Es increíble lo que consigue hacer con mi cuerpo esta mujer.

─No me tientes... ─pedí casi a modo de súplica.

─¿Por qué? ─preguntó comenzando a besar mi cuerpo y acelerar mi respiración.

─Porque como sigamos haciendo el amor, no vamos a poder ni andar.

Una carcajada por su parte invadió todo el espacio a nuestro alrededor y en mi corazón se instaló una sensación de libertad y plenitud que sólo provoca su risa.

─¡Dios mío! ¡Que viva la sutileza y el romanticismo! ─exclamó con ironía.

─Estamos en confianza. ─reí ─Pero... oye, no me habías contado nunca que fueras tan insaciable.

─No lo soy... Pero creo que me estoy volviendo adicta a ti. Voy a tener que ingresar en un centro de desintoxicación de Dulces antes de que la cosa vaya a más.

─¡Ni se te ocurra!

─¿O qué?

─O me vas a obligar a perseguirte dónde quiera que vayas ─susurré con misterio mientras mis manos buscaban su abdomen comenzando un ataque de cosquillas ─para hacerte caer en la tentación.

Se retorcía entre risas, tratando de pararme sin éxito. La risa se lleva toda su fuerza y eso me da una ventaja que siempre he aprovechado.

─¿Estoy condenada entonces? ─preguntó, cuándo poco a poco dejé de torturarla.

Creer Para Ver (Portiñon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora