Pov. Belle
Perdida. Esa sería la palabra que mejor me describiría en este momento.
A pesar de las explicaciones del Doctor Booth, El chico que venía conduciendo aquella noche y mí preocupado Hermano. Aún no logro entender por qué estoy Amnésica. Sí, esa es la palabra médica para describir mí estado mental.
Para mí es un doloroso martirio no recordar nada, a nadie. Ni siquiera a mí misma.
Después de seis meses en estado de coma, me dirijo a casa con mí supuesto hermano. Dónde se supone yo también vivo. La verdad me sentía más cómoda en el Hospital. Al menos allí, conocía a todos los pacientes que padecían como yo.
Era una casa hermosa. Algo rústica, como el resto de este lugar. Según sabía, estaba en París. Todo era nuevo para mí. No conocía nada. Era como sí hubiera vuelto a nacer.
—Esta es nuestra casa, ¿Puedes tratar de recordar?—.Indaga Dereck, mí hermano.
—No. Lo lamento, todo..desdé que hemos salido del hospital es nuevo para mí.. Es frustrante..—Digo en un hilo de voz.
—Tranquila, te ayudaré en todo este proceso. Ven, vamos para que te enseñe todo—.Me dedica una sonrisa algo lastimera. Le doy lastima a un extraño. Me doy lastima a mí misma.
El interior es mucho más moderno. Todo esta en un perfecto orden, impecable y limpió.
—Adelante, te llevaré a tú recámara—.Me dedica una sonrisa. Toma mí mano y ambos subimos.
—Esta es tú alcoba, hice algunos cambios. En los muebles, lo demás esta todo como lo dejaste—.Dice, me adentro y observo todo. Es linda he igual de impecable que el resto de la casa.
Hay una enorme cama, un tocador, un armario gigantesco, unas cómodas, algunos estantes, todo esto de color blanco. Al parecer el quería que siguiera familiarizada con el Blanco del Hospital. Sonrió ante ese fugaz pensamiento.
Entonces algo llama mí atención, las miles de cámaras fotográficas desdé la más antigua hasta la más actual. Fotografía, así que ese es mí especie de afición.
—¿Por qué hay tantas cámaras fotográficas?—Indago tímidamente.
—Estudias fotografía, eres mucho más que buena. Eres maravillosa en ello. Además aquí tienes increíbles paisajes para eso...Pero no te preocupes, empezaremos de ceros. Esperaremos a que poco a poco recuerdes todo. Por ahora, debes descansar. Yo iré abajo a llamar a nuestros Padres..No tardo, sientete cómoda—.Sonríe de nuevo con lástima. No me gusta ese gesto. Pero aún así le correspondo con una sonrisa de labios pegados.
—Gracias..—Musito antes de verlo desaparecer por la puerta.
Dejo las cosas que tenía desdé al parecer ese día. El día del accidente.
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El Amor...¡Duele! 2
Roman pour AdolescentsSegunda Parte De: ©El Amor...¡Duele!® Esta Prohibida La Copia O Adaptación De La Presente Obra.