Cinco de la mañana en
la Tierra.
No sé que hora tendrán
los anillos de Saturno,
pero mis pisadas
se oyen hasta en las estrellas
y retumban en mi cabeza
contra el mundo.
Cinco de la mañana en
la Tierra
y aquí todo sigue siendo
la misma mierda
de siempre.
Una chica llora en la esquina
de un edificio que ayer
fue su casa,
luchando,
mientras se reconcome
por dentro.
Qué esperabas,
no tiene nada más que comer.
Entre todos intentamos
no ser devorados por
una contaminación hambrienta,
causada por los mismos
que huyen y luchan
contra esta.
Guardamos el secreto del
enfado en nuestro cuerpo.
Soportamos unas cuerdas
que nos mueven
y no estamos de acuerdo.
Cinco de la mañana en
la Tierra,
y años y años de injusticia.
En la esquina de los besos
hay alguien que ha dejado
de ser hombre
por pegar a su mujer.
Soy impotencia ante todo,
debatiendo entre el "no puedo"
y el deber del "debo hacer".
Estamos encerrados.
Atrapados.
Condenados.
La tierra es un circo controlado
por ricos
incapaces de pagar.
Ya no valen indicios,
necesitamos una bomba.
Esto no da para más.
No es una crítica
a esta sociedad.
Es una súplica de ayuda
para una revolución ficticia
que DEBE hacerse realidad.
Cinco de la mañana en
la Tierra
y yo sólo escribo.
