En peligro

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* N/A: Chicos, este capítulo es un poco subido de tono, es por si hay público sensible (que lo dudo ya que esto es una historia de zombies :v). Pues eso, y espero que lo disfrutéis.*

Nos pusimos alerta. Les dijimos a los niños que cerraran con llave y que no abriesen a nadie que no fuésemos nosotros. Volvieron a tocar. Son persistentes. Axel subió la escalera, cuando iba ha abrir la trampilla le detuve.
- Espera. Si abres te encontrarás con lo que sea que haya ahí. - Con el extremo del rastrillo di en una parte del techo. Se oyeron pasos en el piso de arriba por donde había golpeado - ¿A dónde lleva?
- A la cocina. - Respondió Scarlet.
- Bien. Subamos. - Axel la abrió lo más suavemente posible y subió. Scarlet le siguió y por último yo. Cerré despacio para que no nos oyeran. Oímos unas cacerolas caerse y sacamos las armas mientras caminábamos hacia la cocina de puntillas.
- Vale, a la de tres entramos, si son más que nosotros retirada. ¿De acuerdo? - Ellos asintieron. - Uno, dos... ¡tres! - Nos precipitamos a entrar apuntando al único individuo que había. Era un chico y llevaba un cuchillo. Se giró sobresaltado y nos evaluó. Cuando me vio con el rastrillo me miró burlón.
- ¿Nombre? - Pregunté seria.
- Anda, una campesina - Dijo socarrón. Apreté la mandíbula y me giré mirando a Scarlet y a Axel. Retrocedieron, dejándome más espacio. Conmigo este no se mete. Salté, di un giro en el aire mientras empuñaba el rastrillo y le hice un corte en la camiseta. Bueno, fueron tres. Aterricé y le sonreí victoriosa.
- Pues la campesina te ha preguntado algo y no lo volverá ha repetir. ¿Nombre rubio oxigenado? - Oi la risa de Scarlet y a Axel aclararse la garganta intentando tapar la suya. El rubio bufó mientras me miraba con odio.
- Dolph.
- Yo te seguiré llamando oxigenado. Ahora vas a responder a unas preguntas, y como no contestes o nos mientas - Puse mi arma en su cuello - Desearás estar muerto. - Fui hacia Axel, quien estaba sorprendido. Le guiñé un ojo y él sonrió. - Revisa y saca todas las armas que tenga. - Asintió y fue con Dolph, mientras Scarlet estaba muy concentrada burlándose de que el rastrillo era más alto que yo.
- 1'63 no es poco - Dije haciendo un puchero.
- No, es poquísimo. - La lancé una mirada asesina y ella se empezó a reír.
- Lo que pasa es que tú eres una jirafa. - Le saqué la lengua.
- 1'72 es lo normal, lo tuyo es un caso aparte.
- Oh cállate
- Abie, Scarlet, ya está. - Fuimos, para encontrarnos a Dolph atado a una silla. Le examiné bien: Rubio platino, ojos negros, labios rosados, pelo desordenado, era alto y veía su cuerpo trabajado por los cortes en la camiseta. Me pilló mirándolo a lo que me sonrojé y retiré la mirada. Por el rabillo del ojo vi como sonreía pícaro.
- ¿Por qué pones esa sonrisa idiota? - Fruncí el ceño a Axel y Scarlet le puso la mano en el hombro.
- Idiota tu madre y la pondré si quiero. - Respondió desafiante. Axel apretó los puños y le pegó en la nariz, provocando que saliese sangre.
- No vuelvas a nombrar a mi madre.
- Haber si me haces lo mismo cuando no esté atado valiente.
- No tengo ningún problema. - Cogí su puño.
- Oye tranquilo, ¿sí? - Lo miré a los ojos. - Es mejor que salgas fuera. Scarlet, acompáñale. - Salieron de la habitación, dejándonos solos. Me senté frente a él.
- Empecemos. ¿Qué viniste ha hacer aquí?
- Estaba buscando supervivientes y comida.
- ¿Tienes un grupo?
- Sí.
- ¿Cuántos sois? - Tardó en responder.
- Cuatro.
- ¿Seguro? - Le amenacé con la mirada.
- Somos ocho. - Hice una mueca. Eran más. Muchos más.
- ¿Y cómo está? - Me levanté, acercándome.
- Bien, tenemos armas y podemos defendernos, aunque este sitio está mejor.
- ¿Cuántos chicos sois?
- Cinco. Y tres chicas. ¿Por qué?
- Curiosidad - Mentí - ¿Qué harías?
- ¿A tí? Lamería cada parte de tu delicado cuerpo, lo mordería mientras tus gemidos de fondo me animan a continuar haciéndote mía, tomándote. - Dijo seductor. Mis mejillas se transformaron y por un impulso le di una bofetada. - Pequeña pero dura. Me encanta.
- Cierra la boca si no quieres otro golpe.
- Cállame tú. - Alcé una ceja. Fui hasta una de las encimeras cogiendo algodón y lo moje con alcohol. - No sabes como me estoy conteniendo para no levantarme y tocar tu trasero. - Me mordí el labio, mientras me ponía recta otra vez.
- Te haré tragar el alcohol para que dejes de delirar - Volví con él y me doblé hasta estar a la altura de su cara. Empecé a limpiar la sangre, que no era poca.
- Desde aquí tengo buenas vistas - Bajé la mirada y vi el escote pronunciado que tenía. Puto uniforme. Apreté más haciendo que soltará un taco* y sonreí.
- Ya está. Sobre lo de antes... me refería que qué harías si te dijera que nos pensaremos el entrar a tu grupo. - Un pequeño destello pasó por sus ojos.
- A mí me parece perfecto. - Me dió una extraña sonrisa. De repente sentí unas manos en mi cintura y todo pasó muy rápido. Dolph cambió nuestras posiciones, sentándome a mí en la silla mientras él se levantaba y me ataba.
- ¿Pe - pero qué...?
- Shh. - Acarició mi mejilla sonrojada y se acercó a mi oído - No puedes hacer ningún ruido, ¿vale? - Dicho esto lamió mi oreja, haciéndome tragar. Cerró con pestillo y se volvió a acercar. - Tu amigo debería atar más fuerte, como yo. Voy a probarte. - Levantó mis piernas sentándose debajo mía, quedando los dos frente a frente. Se arrimó bien, agarrando mi espalda y entre mis piernas, encima de él. - ¿Nombre? - Posó sus labios en mi cuello.
- A - Abie.
- ¿Cuántos sois en vuestro grupo? - Respiró pesadamente.
- T - Tres.
- ¿Seguro? - Sentí su lengua recorrer una parte de mi cuello. Apreté los labios.
- Seis - Respondí con voz ahogada.
- ¿Sexo?
- Cua - Cuatro chicas y dos chicos. - La manos me empezaron a sudar.
- ¿Qué harías? - Empezó ha morderme.
- ¿Qué... haría? - Iba soltando suspiros a la vez que cerraba los ojos.
- ¿Qué harías si ahora yo te besara? ¿Si empezará a quitar tu ropa, haciéndote disfrutar de cada roce? ¿Si tú empezarás a decirme que quieres más? ¿Qué harías? - Mordió más fuerte, sacándome un gemido.
- Y - Yo... - Noté su mano descender hasta mi cadera, adentrándose en mi camiseta. Empecé a moverme incómoda.
- No te muevas - Me presionó más contra él. Yo apoyé la cabeza en su hombro, intentando soportarlo. - Esto debe ser una tortura para ti. - Salió de mi camiseta, puso sus manos en mi culo y volvió a pegarnos. Yo mordía fuertemente mi labio, mientras él seguía. Levantó un poco más mi falda, chocando conmigo otra vez. Quejidos leves salían de mi boca, esto era demasiado. Pero algo nos devolvió a la realidad. Un grito. Y era de Scarlet.
- Joder - Susurró.
- ¿Q - Qué pasa?
- Cuando entré no cerré la puerta.
- ¿Y?
- Que no me preguntaste como los muertos han invadido la ciudad estos días.
- Oh, mierda.

*&*

N/A: Foto de Scarlet, Abie y Axel en multimedia ewe
Bay

Pandicornia_sensuah

P.D: El sexy Dolph saldrá en el siguiente capítulo (que ya lo estoy escribiendo, siento la tardanza) con mas people x3. Por cierto... YA SOMOS 111 LEÍDOS!!!! Estoy muy feliz, se que para muchos (MUCHOS) es poco, pero ya es un comienzo, gracias ^^. Ahora sí,
Bay.

Revelation of deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora