Ella y Yo

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Con una nueva actitud decidí comenzar mi nuevo día después de haber sido diagnosticado con una enfermedad cardiovascular poco común y en extremo peligrosa, sabía que era un nuevo comienzo, lo que no sabía era lo que me iba a deparar ese día, comencé mi día desayunando junto a mi hermano, platicamos sobre su escuela, compañeros, lo que solía hacer en el recreo, y por un momento me sentí muy cercano a él, luego nos dirigimos a tomar el autobús y todo siguió su camino.

Era ya mucho tiempo que había transcurrido desde que había visto a la muchacha de los ojos color café, además de saber que era mi vecina, su mirada aún seguía rondando en mi mente, estaba expectante ese día de verla, al entrar a la clase su sonrisa resalto en medio de todos mis compañeros, fue tal la alegría que en ese momento me tropecé con mi propio pie y caí enfrente de ella, me quedo mirando con una cara de sorpresa y como un ángel mandado del cielo me sonrió y me extendió su mano dándome la esperanza de que algo podría surgir de ese momento.Ten mas cuidado me exclamo la bella muchacha de los ojos color café, respondiéndole con una sonrisa de idiota en mi cara le dije, La tendré la próxima, es increíble cómo me sentí en ese momento, es sorprendente como una persona te puede hacer olvidarte de todo, sin importar si todo tu mundo se está viniendo abajo, esa persona en particular siempre te dará esperanza, pero al mismo tiempo representa una desventaja porque esa persona que te hace feliz y hace que te olvides de todo, también puede ser la persona que termine acabando tu mundo y todo con él.

Su nombre era Elizabeth, paso de ser la muchacha de los ojos color café a la bella, simple y tierna Elizabeth, entonces me presente con ella y le dije, Mucho gusto mi nombre es Roberto, desde ese día ya no era el muchacho que estaba encerrado en mi propio mundo, Elizabeth vino y me saco de él, ahora solo éramos Ella y yo...


El Día que MoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora